El sector del agua combate y se adapta al cambio climático

El sector del agua combate y se adapta al cambio climático

El sector del agua combate y se adapta al cambio climático

El 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático. Mitigar y adaptarse al calentamiento global es una tarea en la que el sector del agua lleva la delantera gracias a la iniciativa innovadora de empresas que reducen emisiones, se adaptan a los impactos y ponen en marcha soluciones eficientes de economía circular y recuperación de recursos


El Ágora
Madrid | 24 octubre, 2022


El 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático, una cita creada para alertar a la comunidad mundial sobre los impactos del cambio climático en la sociedad y el planeta. Es una efeméride oficiosa, que no está incluida por la ONU en el listado de sus días mundiales, pero que no obstante ha ganado una enorme popularidad y es celebrada por organizaciones de todo el mundo.

La cita de este año llega cuando apenas faltan unos días para la apertura de la próxima cumbre del clima. La Conferencia anual de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP27), que tendrá lugar del 6 al 18 de noviembre en Sharm el-Sheij (Egipto), reclamará a los países acciones concretas para la reducción de gases de efecto invernadero y no solo palabras.

Faltan dos cuestiones esenciales por dilucidar en la COP27: confirmar cómo se van a llevar a cabo esas reducciones elevando si se puede el nivel de ambición de cada estado y, en segundo lugar, esclarecer cómo se van a ayudar unos países a otros, especialmente a los miembros menos desarrollados la comunidad internacional, mediante transferencias de tecnología, mecanismos de mercado y, también, inversiones.

«Si hablamos de la contribución española a la mitigación y adaptación al cambio climático hay que destacar la aportación del sector del agua»

Sin duda, la alteración de los mercados energéticos y de las relaciones internacionales causados este año por el conflicto entre Rusia y Ucrania, seguido de la crisis inflacionista en los precios de la energía y las dudas sobre la  seguridad de abastecimiento, provocan un panorama de incertidumbre, tanto sobre las decisiones energético-climáticas a escala global como sobre la gobernanza internacional. Estos factores pesan sobre la próxima COP27.

Es evidente, a días vista, que para la celebración de la COP27 aún persisten importantes lagunas por resolver tanto en la agenda concreta del evento como en la organización práctica del mismo, que discurrirá además bajo el temor de que la crisis global opaque o condicione su desarrollo.

El histórico Acuerdo de París fue firmado en 2015 hace ya casi siete años y aún hay mucho trabajo por hacer para cumplir el objetivo que marcaba de contener el aumento de temperaturas en 1,5 grados respecto al nivel industrial.

De hecho, ya estamos en el rango de 1,2º y estamos sufriendo las consecuencias, como hemos visto este verano con una sucesión de sequías e inundaciones por todo el mundo que superan los niveles conocidos y responden a una mayor carga de energía en la atmósfera, que ocasiona fenómenos cada vez más extremos.

Así las cosas, encontrar el modo de financiar los proyectos para mitigar el cambio climático, la adaptación a los cambios generados por la emergencia ambiental y las indemnizaciones por los daños causados por esta «amenaza existencial para la humanidad» serán los temas centrales de la próxima Cumbre del Clima según declaraban recientemente sus portavoces.

La delegación española contará con un pabellón propio en la COP27, algo que solo había ocurrido previamente en la COP25 celebrada en Madrid en 2019. El objetivo es compartir buenas prácticas con la comunidad internacional y los avances del sector público y privado español tanto en mitigación de emisiones como en adaptación a los efectos del clima cambiante que ya estamos viviendo.

La contribución del sector del agua

Y si hablamos de mitigación y adaptación al cambio climático, hay que destacar la aportación del sector del agua, encabezado por empresas punteras que llevan años aplicando tecnologías eficientes e innovación a sus procesos, antes incluso de que la emergencia climática pusiera de primer plano de actualidad estas cuestiones. El propio ciclo del agua es un ejemplo señero de circularidad en nuestro planeta y quienes gestionan esta valioso recurso integraron en su mindset antes que otros que la sostenibilidad era esencial en su tarea.

Abastecer de agua a las poblaciones y tratar las aguas residuales es algo que llevan a cabo las empresas del ciclo urbano del agua. Y nuestro país destaca internacionalmente por la excelencia en el manejo del recurso hídrico y por la gestión de los elementos energéticos o de manejo de materiales o subproductos asociados.

El primer paso de cara al cambio climático es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen a él. Esto es algo en lo que las empresas del ciclo urbano del agua están comprometidas desde hace años, siendo líderes avanzadas del compromiso con estas cuestiones.

Además de las mejoras en eficiencia y reducción de consumo, las empresas de agua son ya generadoras de energía renovable, bien sea por la instalación de fuentes como la fotovoltaica o por la introducción de sistemas que convierten en fuentes de generación energética lo que antes eran residuos, como es el caso del biogás, cuestiones varias que un reciente artículo en nuestro diario explicaba con motivo de la celebración del Día Mundial del Ahorro de Energía.

Biofactoría Sur en Granada.

Pero además de reducir emisiones, es necesario adaptarse a la nueva realidad climática. Como explican los científicos, aunque hoy mismo consiguiéramos detener todas las emisiones de CO2, el efecto de las que ya hemos acumulado se dejaría sentir durante décadas.

La temperatura global ha aumentado y eso se va a dejar sentir en una meteorología más impredecible y extrema, con fenómenos como sequías o lluvias torrenciales más frecuentes.

España, por sus circunstancias geográficas, es uno de los países europeos más expuesto al cambio climático. Basta ver el estado de nuestros pantanos, tras un año de falta de lluvias, para darse cuenta de ello.

El acceso a agua es un desafío presente y futuro, y para resolverlo es esencial apostar por enfoques sostenibles, basados en el conocimiento, la tecnología y la buena gestión. Se precisa poner en marcha soluciones de adaptación que proporcionen mayor resiliencia y garantizar el acceso al recurso para los usos urbanos, industriales y agrícolas. 

En ese sentido, destacan herramientas como la red Dinapsis puesta en marcha por el grupo Agbar para mejorar la gestión del agua. Esta plataforma ofrece soluciones para la digitalización de la gestión del agua y la mejora de la eficiencia, la previsión de eventos meteorológicos y la alerta temprana y la mejora de la salud ambiental de los territorios.



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