Las aguas subterráneas serán las protagonistas hídricas de 2022

Las aguas subterráneas serán las protagonistas hídricas de 2022

Hacer visible lo invisible. Naciones Unidas ha anunciado que el Día Mundial del Agua de 2022 estará dedicado al agua subterránea, que representa el 97% de los recursos del líquido elemento disponibles en el mundo y cuyas reservas corren serio peligro por el cambio climático y la sobreexplotación


Por mucho que normalmente sean los ríos y lagos los que atrapan nuestra imaginación cuando hablamos de agua dulce, en realidad nuestra principal fuente de este preciado recurso corre bajo nuestros pies. Aunque pasen desapercibidas, las aguas subterráneas que se encuentran repartidas en acuíferos a lo largo y ancho del mundo representan el 97% de los recursos del líquido elemento disponibles para consumo humano, además de cumplir otras importantes naturales como la de sostener los ecosistemas acuáticos y mantener el flujo base en los ríos. Sin embargo, a pesar de ser también un elemento de almacenamiento crítico para la adaptación al cambio climático, la extracción insostenible de las reservas de los acuíferos y el aumento de las temperaturas derivado de la actividad humana están poniendo en serio peligro estos recursos de valor incalculable, que necesitan ser mejor estudiados y conservados.

Ante esta situación, Naciones Unidas ha decidido que el tema del Día Mundial del Agua de 2022, que se celebrará como todos los años el 22 de marzo, tendrá como objetivo hacer visible lo invisible y situar las aguas subterráneas en el centro de la conversación hídrica global. Así se ha anunciado este viernes en la última jornada de la Semana Mundial de Estocolmo, en una sesión en la que han participado analistas y dirigentes de organizaciones internacionales como la FAO, la Unesco, el Centro International de Evaluación de Recursos de Aguas Subterráneas (IGRAC) y la Asociación Internacional de Hidrogeólogos. Además, se ha presentado un pequeño avance del próximo informe sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo, que será clave a la hora de movilizar a la comunidad internacional en torno al agua a lo largo de los próximos meses.

Dependemos en gran medida del agua subterránea que usamos todos los días, pero mucha gente no lo sabe. El Día Mundial del Agua 2022 tiene que ayudar a que las personas, la sociedad civil, el sector privado, las organizaciones internacionales y los gobiernos, es decir, a toda la comunidad internacional, vean que necesitan hacer que el agua sea más visible. Tenemos que trabajar juntos para que todos los países puedan gestionar de forma sostenible sus recursos hídricos», ha asegurado Abou Amani, director de la División de Ciencias del Agua de la Unesco. Esta entidad será precisamente la encargada de redactar el informe sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo, que también tendrá las aguas subterráneas en el centro. 

“El informe proporcionará un análisis detallado del contexto, los desafíos y las oportunidades relacionados con las aguas subterráneas», ha explicado Michela Miletto, coordinadora del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos de la Unesco, que ha avanzado algunos descubrimientos clave como el hecho de que la evolución de la extracción total de agua subterránea ha sido realmente grande a nivel global, pero es especialmente preocupante en un puñado de países liderados por India, EEUU y China, que son responsables de más de la mitad de la explotación. «Para explotar todo el potencial de los acuíferos a nivel mundial, la asunción de responsabilidades, el intercambio de conocimientos, la difusión de buenas prácticas y la colaboración deberán estar en el centro», ha señalado.

Mujer saca agua de un pozo en Tanzania, Africa

Estas declaraciones apuntan a algo que debería ser evidente pero todavía no lo es para mucha gente: las aguas subterráneas son absolutamente clave para la supervivencia del planeta. De hecho, la humanidad lleva milenios cubriendo gran parte de sus necesidades de agua de buena calidad con recursos subterráneos, pero es sobre todo a partir del siglo XX cuando se transformó en un recurso clave de respaldo del bienestar humano y el desarrollo económico, sobre todo en los sectores agrícola e industrial. Es más, en tan sólo cinco décadas se ha triplicado la utilización de este recurso, que en la actualidad satisface las necesidades básicas de 2.500 millones de personas, casi el 50% de la población mundial, además de suponer casi al 43% de toda el agua utilizada para riego en la agricultura.

Sin embargo, la sobreexplotación de este recurso, sumado a la presión que ejercen las altas temperaturas derivadas del cambio climático, está agotando los principales acuíferos del mundo. Según un estudio reciente publicado en la revista Nature, alrededor del 20% de las cuencas de drenaje del mundo ya han alcanzado el punto de inflexión, donde la extracción ya ha superado el flujo de la corriente. De hecho, ya hay regiones especialmente en el Norte de África y Oriente Medio que dependen en gran medida del agua subterránea para la producción de cultivos y ya están experimentando una disminución de los flujos de ríos y arroyos. Y las proyecciones son incluso peores: entre el 42% y el 79% de las reservas de aguas subterráneas donde hay bombeo, no podrá mantener los ecosistemas acuáticos asociados para el año 2050.

Adaptar los ODS al agua subterránea

Ante este sombrío escenario futuro, urge más que nunca situar los acuíferos en el centro de las conversaciones y proyectos no solo en torno al ODS 6, sino en el centro de gran parte de la Agenda 2030. Y es que según un estudio elaborado en 2019 por el Instituto Universitario de las Naciones Unidas para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud, 53 de las 169 metas concretas de los 17 ODS tienen un vínculo con las aguas subterráneas. Por ejemplo, estos recursos con vitales para metas como la 2.4 de los ODS, que versa sobre sistemas sostenibles de producción de alimentos y prácticas agrícolas resilientes. También se necesita una buena gestión de las aguas subterráneas para lograr la meta 15.1 de los ODS sobre la conservación de los ecosistemas de agua dulce y sus servicios o incluso para la meta 3.1, reducir la tasa mundial de mortalidad materna, porque el suministro de agua potable para los servicios de parto también podría aprovechar las aguas subterráneas disponibles como recurso para los servicios municipales.

En total, se analizaron 126 metas de los ODS para el informe, y se encontró que el 42% de estas (53 metas) tenían implicaciones para las aguas subterráneas. Los autores identifican el ODS 6 (agua limpia y saneamiento), el ODS 12 (consumo y producción responsables) y el ODS 13 (acción climática) como los que tienen los vínculos más estrechos con las aguas subterráneas. Incluso, los autores del informe también señalan que los ODS sin a priori vínculos directos con los acuíferos también tienen conexiones importantes con ellos: por ejemplo, el acceso al agua subterránea tiene implicaciones para la paz (ODS 16) y la descarga de agua subterránea a las zonas costeras tiene implicaciones para la calidad del agua marina (ODS 14).

Aguas subterráneas de Chile
Las aguas subterráneas deben estar mejor incluidas en los ODS.

Sin embargo, a pesar de la enorme importancia del agua subterránea en la Agenda 2030, la palabra «agua subterránea» o «acuífero» no aparece mencionada en ningún momento en los ODS en sí, por lo que la tarea de visibilización de este valioso recurso que se va a realizar con motivo del Día Mundial del Agua se anuncia como más importante que nunca. Según apunta la Asociación Internacional de Hidrogeología, hay razones fundadas para definir nuevos “indicadores de estado del recurso hídrico subterráneo” para las metas 6.3, 6.4 y 6.6 de los ODS, ya que «los recursos hídricos subterráneos son fundamentales para ellas, pero actualmente no se los aborda de manera adecuada». Además, también indican que es imprescindible y urgente «fortalecer los protocolos de recolección de datos actuales para hacer foco más claramente en el nivel, tipos y modos de uso del agua subterránea para redes municipales de abastecimiento de agua y para el suministro directo de agua potable».

El Día Mundial del Agua 2022 intentará empezar a resolver estos retos, además de con la habitual campaña de concienciación, mediante la celebración del 9º Foro Mundial del Agua, que se llevará a cabo en Dakar, Senegal. En el Foro, el Informe sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 2022 del que se ha ofrecido un avance este viernes se presentará como parte de la celebración al analizar el estado y las tendencias de los recursos de agua subterránea a nivel mundial. También aclarará el papel que desempeñan las aguas subterráneas en una variedad de problemas sociales y ambientales: desde los humedales hasta la producción de alimentos y desde el saneamiento hasta el cambio climático.

Además, también se celebrará en París a finales de 2022 la primera Cumbre de Aguas Subterráneas, que tratará sobre cómo acercar la implementación del Marco de Aceleración Global del ODS 6 a los acuíferos, con la atención centrada en la colaboración a través de fronteras y actores tanto públicos como privados. En este evento será clave el catálogo de herramientas, medidas e instrumentos de gestión y gobernanza de las aguas subterráneas que está preparando el IGRAC, centrado en permitir a los responsables de la formulación de políticas explorar soluciones adecuadas para los problemas complejos de las aguas subterráneas, basándose en estudios de casos y referencias académicas.

La Semana Mundial del Agua cierra un año clave

Este viernes se clausuró la 30 edición de la Semana Mundial del Agua de Estocolmo, un evento que tras décadas de experiencia se ha confirmado un año más como una de las mayores referencias a nivel mundial a la hora de generar y compartir conocimiento relacionado con el mundo hídrico. Durante cinco días, las más de 16.200 personas inscritas de un total de 170 países han podido participar en las 418 sesiones temáticas distintas que se han ido retransmitiendo por videoconferencia a todos los rincones del mundo. Estas cifras indican que, aunque la pandemia de coronavirus ha impedido la celebración presencial del evento, su paso al mundo virtual ha demostrado ser todo un éxito al poder atraer a muchos más participantes de los que habitualmente podían desplazarse a Estocolmo.

A lo largo de la semana, ha habido espacio para tratar todo tipo de temas relacionados con el líquido elemento, centrándose especialmente en todo lo que tenga que ver con la adaptación y resiliencia de los recursos hídricos en un contexto de cambio climático. Y es que, tal y como explicó en la sesión inaugural la vicesecretaria general de las Naciones Unidas, Amina Mohammed, las diferentes crisis relacionadas con el agua que se derivan del calentamiento global exigen situar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, agua limpia y saneamiento para todos, en el centro de la Agenda 2030 ya que «es crucial para la salud, la alimentación, el bienestar de la población, la igualdad entre mujeres y hombres, el equilibrio de los ecosistemas y el desarrollo de la acción climática».

Otra palabra clave de esta Semana Mundial ha sido la aceleración, que implica aumentar los esfuerzos globales para resolver los retos de escasez, abastecimiento o tratamiento que plantea el continuo crecimiento demográfico en un escenario de crisis climática. En este sentido, muchas de las ponencias del evento han hecho hincapié en la enorme importancia de la colaboración y las alianzas entre investigadores, tomadores de decisiones, representantes empresariales, ONG, estudiantes y organizaciones internacionales para poder hacer que el derecho humano al agua y el saneamiento sea un realidad para toda la población mundial cuanto antes.

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