El reconocimiento, otorgado por Foment del Treball, distingue a Ángel Simón por su liderazgo y compromiso para garantizar el agua y el saneamiento durante la pandemia de la COVID-19, y a Agbar como referente mundial en la gestión de agua



En un acto celebrado este lunes con la asistencia de la vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera; Salvador Illa, ministro de Sanidad; Pere Aragonès, vicepresident de la Generalitat de Catalunya en sustitución de la Presidencia; y Jaume Collboni, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona; Ángel Simón, presidente de Agbar, ha recibido la Medalla de Honor al Empresario del Año, otorgada por Foment del Treball. La institución ha reconocido su defensa de la colaboración público-privada y los esfuerzos por garantizar el acceso al agua y al saneamiento, un servicio esencial y cuya continuidad se ha garantizado durante la pandemia de la COVID-19.


Este galardón premia la trayectoria profesional de Ángel Simón y su liderazgo al frente de la compañía que preside. Asimismo, se ensalza la posición de Agbar como un referente a nivel mundial en la gestión del agua, en un momento en el que la creciente escasez de los recursos hídricos y el desafío del cambio climático exigen una gestión basada en el conocimiento, la experiencia y la innovación. Todo ello unido con su compromiso social de garantizar el servicio de agua y saneamiento a la ciudadanía, reforzando las medidas para los colectivos vulnerables.
Simón ha recogido un galardón que le despierta “especial ilusión” y ha destacado que se trata de un “premio colectivo” que pertenece “a todos los trabajadores que forman parte de la compañía”, a quienes ha agradecido su compromiso y “el compromiso de esta empresa con la ciudadanía, porque no dejamos a nadie atrás y no lo haremos nunca”.
“Tenemos un pacto social con la ciudadanía, pero también con la innovación, con la calidad en el trabajo, con la calidad en la formación, con la inclusión y con la excelencia”, ha señalado.
La agenda de la recuperación, verde y azul
En un contexto en el que agua y el lavado de manos se han erigido como una de las medidas más eficaces para evitar los contagios, y donde el saneamiento se ha convertido en una herramienta clave gracias al control de las aguas residuales y su utilidad como sistema de alerta temprana frente a los rebrotes, el presidente de Agbar habló de un futuro sobre el que debemos ser optimistas. “Un futuro que viene marcado por los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) en nuestro caso el número 6, agua y saneamiento de calidad, pero también fundamental el número 1, la lucha contra la pobreza, y no podemos olvidar el número 17, el de la cooperación”.
Y es que para hacer frente a desafíos como los planteados ahora por la crisis sanitaria, pero también crisis económica y social, es fundamental la generación de alianzas sólidas y la cooperación entre instituciones y empresas.
Alianzas que ahora además se antojan, si cabe, más imprescindibles que nunca si se tienen en cuenta los requisitos exigidos por la Comisión Europea para la concesión de los fondos Next Generation UE. En el reto de la reconstrucción europea “hay que saber escoger cuáles son los proyectos fundamentales y además ejecutarlos con eficiencia y rapidez. Y las empresas vamos a estar ahí para que esto pueda ser posible. Cuenten con nosotros”, afirmó también Simón.


La vicepresidenta, Teresa Ribera, quien acudió a este acto de entrega de los XIII Premios Carlos Ferrer Salat en representación del Presidente Sánchez (obligado a guardar cuarentena hasta el próximo día 24), apeló asimismo a la “obligación” de que Gobierno y empresas se “escuchen, trabajen juntos y cooperen” para maximizar talentos. “Tenemos en nuestras manos la gran responsabilidad de activar un plan de recuperación, transformación y resiliencia que nos permita invertir uno pero ganar cuatro”.
Un plan de recuperación que sin embargo, el Ejecutivo parece estructurar, pese a las recomendaciones y advertencias de la Comisión Europea, sin tener en cuenta los esfuerzos y ofrecimientos del sector del agua, que se muestra tremendamente preocupado por el riesgo que supone para el país desaprovechar la oportunidad de usar los fondos europeos para paliar el déficit estructural de inversión pública en el sector. Un sector del que el país además precisa para reconstruir la economía sobre las premisas de resiliencia, mitigación y adaptación al cambio climático, digitalización y economía circular que exige Europa.


La ausencia del agua urbana en la agenda del Gobierno y de los planes de recuperación –recordemos que, pese al anuncio cuando se presentó el Plan España Puede, el sector ya se quedó sin Foro de Alto Nivel específico, y tuvo que tratar sus temas en el Foro sobre Infraestructuras y Ecosistemas Resilientes–, también se evidenció en la intervención de Ribera, en cuyo discurso el agua quedó diluida a una leves referencias, como cuando en torno a la reconstrucción señaló que “tenemos que pensar en esa agenda verde y azul, que incluye el agua”. Escasa mención en un día en el que el agua era la principal protagonista, y que no hace sino demostrar que ésta no se encuentra dentro de las prioridades del Ministerio dirigido por Ribera.
Foment del Treball instauró en 2007 las Medallas de Honor y los Premios Carles Ferrer Salat -máxima distinción de la entidad-, que concede a aquellas personas o empresas que han destacado en el ámbito empresarial durante el año anterior, y que son referencia por su trayectoria empresarial ejemplar.
