Disponer de agua en cantidad y calidad y de un saneamiento limpio en tiempos del Covid-19 es posible gracias a los trabajadores del sector del ciclo urbano del agua. En la actual coyuntura de emergencia sanitaria y de estado de alarma la labor de estos trabajadores resulta indispensable y, a menudo, también invisible, afirma Aqualia



Garantizar la seguridad de los trabajadores y, al mismo tiempo, asegurar la prestación de unos servicios esenciales para los ciudadanos, como son los de agua y saneamiento, no es una tarea fácil en estos momentos de crisis sanitaria provocada por el Covid-19, afirma Aqualia, una de las principales empresas dedicadas al ciclo urbano del agua en España. Las operadoras del agua han tenido que adaptar sus sistemas de trabajo e implementar planes de contingencia en tiempo récord, añade.
El servicio de agua siempre ha sido esencial, pero aún más en la actualidad, en la que una pandemia como la que estamos sufriendo no lo puede detener. Aunque pueda parecer algo sencillo, el simple gesto de abrir un grifo para lavarse las manos, cuando la higiene es fundamental para combatir el virus del Covid-19, conlleva un trabajo indispensable y, a menudo, invisible. Por ello, y coincidiendo con la celebración del Día Internacional de los Trabajadores el 1 de mayo, es necesario poner en valor el trabajo de este colectivo.
A los profesionales de empresas como Aqualia les ha tocado vivir situaciones de crisis por diferentes motivos, como sequías, episodios de calidad del agua y otras similares. Situaciones que les llevaron a perder el sueño algunas noches y a tener que dar lo mejor de ellos mismos en circunstancias difíciles. Fueron, eso sí, situaciones excepcionales y puntuales, localizadas en algún territorio concreto. Pero nunca se habían enfrentado a un fenómeno como la actual pandemia, que ha atacado a toda la sociedad sin excepciones geográficas.
“Los profesionales de la empresa han demostrado una gran capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias sobrevenidas, aunque sean tan inimaginables como la que estamos viviendo”, afirma Santiago Lafuente, director España de Aqualia. “En solo unos días, han sido capaces de aplicar a su día día planes de contingencia, que han modificado la forma habitual de trabajar, en algunos casos radicalmente”.
Planes de contingencia
Desde el inicio del estado de alarma, Aqualia desarrolló un Plan de Contingencia con dos objetivos fundamentales: limitar y minimizar el impacto de la crisis sanitaria en los empleados, y garantizar el suministro de agua y el saneamiento, protegiendo las actividades y activos críticos. Una tarea en la que la colaboración público-privada está siendo fundamental, mano a mano con los ayuntamientos de toda España.
La plantilla de Aqualia está integrada por 12.117 trabajadores y la cadena ha funcionado a la perfección para combinar el teletrabajo con la necesaria asistencia presencial en determinadas tareas. “Algunas tareas, como la toma de muestras, la reparación de averías, la limpieza del alcantarillado para evitar incidencias, o la atención al cliente, se han mantenido, siempre bajo las medidas higiénicas y recomendaciones sanitarias”, añade Lafuente.
Especialmente delicado ha sido el garantizar la protección de los profesionales que se encuentran en primera línea; primero por su seguridad personal y, segundo, en beneficio del entorno en el que trabajan. “Las actuaciones desarrolladas por Aqualia, impulsadas por su departamento de Salud y Bienestar, han priorizado siempre la seguridad de la plantilla, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias”, añade el director de España de Aqualia.
En el Plan de Contingencia implementado se han tenido en cuenta todos los aspectos relacionados con la puesta en marcha de medidas higiénico-sanitarias, formación e información a los trabajadores, adquisición y entrega de equipos de protección, y asesoramiento permanente por parte de todos los integrantes del departamento de Salud y Bienestar al conjunto de la línea productiva.
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Y todo ello para seguir prestando el servicio con total normalidad para el conjunto de los ciudadanos en todos los ámbitos, desde la captación del agua, su tratamiento, almacenamiento, distribución a las viviendas y locales, así como su evacuación para su tratamiento en las estaciones depuradoras antes de devolverla al medio ambiente.
En este camino, Aqualia no ha olvidado a las personas en situación de vulnerabilidad. Antes de que se publicara el primer decreto que incluía la prohibición del corte de suministro a personas en situación de vulnerabilidad, Aqualia adoptó diferentes medidas para garantizar el abastecimiento a todos los ciudadanos mientras persistiera la situación de excepcionalidad provocada por el Covid-19. Entre ellas, la suspensión de todos los cortes de suministro.
“Hoy, más que nunca, creo que el equipo de Aqualia está demostrando su compromiso con el servicio público que prestan. Los trabajadores del sector del agua, esencial para el bienestar de los ciudadanos, ha sabido estar a la altura de las circunstancias”, añade Lafuente.
