El nuevo paradigma de la circularidad aplicado al ciclo integral del agua urbana ha convertido a las nuevas biofactorías en una herramienta de mitigación del cambio climático



Hace un año, en la ciudad polaca de Katowice, Naciones Unidas reconocía con el premio “Momento del Cambio” a la biofactoría de Aguas Andinas en Gran Santiago, en la Conferencia de las partes sobre el cambio Climático COP24, destacando su compromiso con el medio ambiente y en el combate del calentamiento global.
Hoy en el stand de Chile en la XXV Conferencia COP25, en Madrid, se ha vuelto a apostar por la implantación de biofactorías como instrumento para conseguir el objetivo de ir más allá de los residuos cero e implantar un cambio de paradigma que supone aplicar un modelo de economía circular para combatir de forma efectiva el cambio climático.
Narcís Berberana, actual director general de Agbar en Cataluña y Baleares y ex CEO de Aguas Andinas, ha explicado este martes en una conferencia en la COP25 que estas infraestructuras de depuración de Gran Santiago, en Chile, consiguen «producir cada día 600 millones de litros de agua depurada, electricidad para una ciudad de 110.000 habitantes, gas natural para 33.000 hogares y agua de riego e industrias para 150.000 habitantes, así como abono orgánico para 5.000 usuarios, regenerando ecosistemas de biodiversidad y mejorando el entorno social».
Máxima eficiencia


El cambio climático y el agua están íntimamente relacionados, ha explicado Berberana. “Los encargados de gestionar los recursos hídricos tenemos que tender a la máxima eficiencia y sostenibilidad y para eso hace falta cambiar el paradigma y gestionar con una visión global entendiendo los costes de este cambio en términos de retorno globales.”
Para Berberana el aumento del nivel del mar, su acidificación, el estrés hídrico o las inundaciones provocadas por el cambio climático nos obligan a ser más eficientes y resilientes.
«Todos podemos contribuir a reducir las emisiones de CO2, también las de otros gases como el metano que se emite en menor cantidad pero es más contaminante». En este sentido, la tecnología aplicada en las biofactorías del Grupo SUEZ, matriz de Aguas Andinas, permite su transformación en biogas que puede inyectarse en la red.
El desarrollo tecnológico y el conocimiento también nos permitirá avanzar, ha señalado Berberana, en la reutilización del agua regenerada en las biofactorías para devolver el recurso a la naturaleza en buenas condiciones, tanto aguas arriba, para riego o para recargar artificialmente los acuíferos.
«La implantación de un modelo de economía circular se ha convertido en un paso esencial en la estrategia de SUEZ en España para poder combatir de forma efectiva el cambio climático y conseguir instalaciones que sean autosuficientes desde un punto de vista energético y que permitan conseguir el objetivo residuos cero», ha asegurado.
En España, las biofactorías de Sur y Vados, según explica la compañía, son capaces de reutilizar el agua para usos agrícolas en una zona de elevado estrés hídrico, dar valor a los residuos y lodos y, además, producir suficiente biogás como para autoabastecerse energéticamente y producir un excedente para alimentar una flota de vehículos.
En Barcelona, concretamente en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de El Prat de Llobregat, también quiere aplicarse este modelo y convertir la depuradora en una biofactoría 100% autosuficiente energéticamente, con un balance de emisiones cero de CO2.
