El último informe científico sobre cambio climático en el Mediterráneo refleja un calentamiento de un grado en los últimos 35 años, que alcanza los dos grados durante los meses de junio y julio. El ‘Mare Nostrum’ se calienta entre dos y tres veces más que los océanos en el ámbito global



El calentamiento medio del Mediterráneo peninsular ha sido de un grado en los últimos 35 años, un incremento que se produce fundamentalmente en los meses de junio y julio, cuando el ascenso alcanza los dos grados, y que evidencia que el verano «empieza antes, dura más y es más intenso». De hecho, según los expertos, junio ha dejado de ser un mes primaveral y hay que considerarlo ya como «totalmente estival».
Son algunas de las conclusiones del último informe científico sobre cambio climático en el Mediterráneo, coordinado por el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, y el catedrático de Geografía Humana de la Universitat de València (UV), Joan Romero, y que recoge los trabajos de 30 investigadores.
El estudio refleja que el Mediterráneo, El Mediterráneo, por su forma semicerrada está catalogada “como una zona de calentamiento rápido, donde el incremento de temperatura es superior”. Así, se calienta «entre dos y tres veces más» que los océanos en el ámbito global. Además, este calentamiento es el doble de rápido en las zonas de interior y altas que en la franja litoral.


Respecto a las precipitaciones, evidencia una pérdida destacable de las precipitaciones en las cuencas del Segura y Júcar -especialmente grave en esta última, con una reducción del 20% de lluvia anual-, mientras disminuye la frecuencia de lluvias moderadas en favor de las extremas, que favorecen fenómenos como la DANA o las ciclogénesis. En este sentido, destaca la importancia de preparar las ciudades para estas lluvias cambiantes causadas por la alteración de los procesos atmosféricos debido a un mar cálido.
Según Olcina, el cambio climático es «una oportunidad para hacer las cosas mejor«. hay «soluciones» desde la técnica, la ingeniería, la buena planificación del territorio o la adaptación de los cultivos y de los destinos turísticos; y es «un tema de Estado», el más importante del siglo XXI, en el que «no hay signo político posible».
Temperaturas interiores
La catedrática de Geografía Física de la UV María José Estrela ha aportado datos sobre temperaturas muy preocupantes. “Junio ha dejado de ser un mes primaveral, para ser considerado de verano”, ha asegurado la investigadora. “Se ha comprobado que hay un incremento térmico tanto en máximas y mínimas, mayor en máximas, pero también el mínimas en el litoral. Se confirma la pérdida del confort térmico porque cada vez son más frecuentes las noches tropicales de más de 20 grados. Pero hay que acuñar otro término, el de las noches tórridas o ecuatoriales, en las que no baja la temperatura de 25 grados”, ha explicado. “Si hablamos de un aumento de medio grado en la zona litoral, en las zonas del interior es de un grado y en alta montaña es de 1,5 grados”, ha constatado Estrela.
La catedrática ha alertado de que, si no se ponen medidas, se va a llegar a una situación «bastante dramática. Es el momento de actuar. Esta es la última generación que puede intentar poner freno al reto del cambio climático«.
