El camino hacia la eficiencia energética pasa también por el agua

El camino hacia la eficiencia energética pasa también por el agua

El camino hacia la eficiencia energética pasa también por el agua

Este sábado se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, cuyo objetivo es sensibilizarnos sobre la necesidad de reducir el consumo de energía mediante su uso razonable y sostenible. Una tarea en la que el sector del agua tiene mucho que aportar


El Ágora
Madrid | 4 marzo, 2022


La transición energética, que busca conseguir un mundo más limpio, sostenible y mejor, tiene múltiples caras. Si queremos energía limpia, tendremos que por supuesto desarrollar y usar tecnologías como la solar o la eólica, pero también tenemos que utilizar mejor todos nuestros recursos de una manera inteligente y eficiente. Es decir: hacer más con menos. Concienciar sobre la importancia de esta transformación para el futuro energético del planeta es precisamente el objetivo del Día Mundial de la Eficiencia Energética, una conmemoración institucionalizada desde la primera Conferencia Internacional sobre este tema, celebrada en Austria en 1998.

En los últimos años, la eficiencia energética se ha consolidado como una de las herramienta preferidas por Gobiernos de todo signo para frenar el cambio climático y caminar hacia sociedades más sostenibles, por lo que ha sido uno de los sectores energéticos –junto al desarrollo de energías renovables y la electrificación del transporte– que más ha avanzado en los últimos años. Y es que esta apuesta por racionalizar recursos tiene grandes ventajas, ya que no implica renunciar a la calidad de vida, sino apostar por la obtención de los mismos bienes empleando menos recursos, contando con innovaciones como la mejora de los procesos, el uso de productos menos contaminantes y un consumo inteligente de la energía.

El objetivo final no es otro que utilizar solo aquella energía que realmente necesitamos, aunque también puede significar una mejora notable de la competitividad de cualquier país en el entorno empresarial internacional y una forma de convertir gastos energéticos en empleos y liquidez para aumentar inversiones. Por eso, tanto la Unión Europea como España han puesto en marcha diferentes marcos regulatorios que fomenten la eficiencia energética en todas sus formas. Por parte de Bruselas, el pasado julio fue el momento de dar el pistoletazo de salida a una nueva directiva que busca seguir estimulando los esfuerzos de la UE en este sentido.

La eficiencia energética implica la obtención de los mismos bienes y servicios energéticos a un menor coste.

“Las medidas de eficiencia energética se consideran cada vez más un medio no solo para conseguir un abastecimiento de energía sostenible, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar la seguridad del suministro y reducir los costes de las importaciones, sino también para fomentar la competitividad de la Unión”, ha asegurado la comisaria de Energía de la UE, Kadri Simon, durante la presentación de esta última revisión. Un área temática por tanto imprescindible a nivel comunitario que, en el caso de nuestro país, tiene como principal herramienta de aplicación el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, pieza clave en todo el proceso de transición ecológica de España.

Poniendo en marcha las medidas previstas en el PNIEC se espera alcanzar un 39,5% de mejora en 2030, lo que se traducirá en un consumo de energía primaria (sin incluir los usos no energéticos) de 98,5 Mtep en ese año y superará con creces 32,5% aprobado por la Unión Europea para 2030. Para ello se apostará por las soluciones más habituales, como la rehabilitación energética del parque edificatorio o el fomento de la eficiencia energética del turismo y la hostelería. Sin embargo, hay un sector al que ha menudo no se presta tanta atención a pesar de tener también mucho que aportar en materia de eficiencia energética, tal y como demuestran ciudades españolas como Sabadell, Granada o Alicante: el ciclo integral del agua.

Sabadell, una apuesta integral

La apuesta de la urbe barcelonesa de Sabadell por la eficiencia energética a través del agua tiene nombre propio: Biotop. Esta estrategia, lanzada por el Ayuntamiento de Sabadell y la compañía Aigües Sabadell -empresa mixta participada por el propio Ayuntamiento y Agbar como socio privado- consiste en hasta 10 iniciativas y 28 proyectos estructurados en diferentes ejes entre los que destaca el aprovechamiento de las infraestructuras del agua urbana para generar energía verde. De hecho, una de las actuaciones estrella es la instalación el pasado enero de dos parques fotovoltaicos en las dos Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de Sabadell (Riu Sec y Riu Ripoll), que producirán cerca de 1.400 MWh/año para las necesidades energéticas de las dos plantas, una cantidad equivalente al consumo anual de 400 viviendas.

«Convertimos las dos depuradoras que tenemos en espacios de vida y fuente de recursos a disposición de la ciudadanía, en los que les devolvemos en forma de aguas regeneradas y energía renovable lo que hasta ahora eran residuos», explicaba recientemente a El Ágora la alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés. Y es que la energía fotovoltaica no es la única fuente de aprovechamiento energético de las depuradoras: también está la producida por los aerogeneradores y el aprovechamiento del biogás generado durante el proceso de digestión anaerobia para la generación de electricidad, que hará posible el logro del 21% de autoproducción de energía limpia en el conjunto de las dos plantas depuradoras, mejorando notablemente su eficiencia energética.

humedales
Vista aérea de las placas solares instaladas en la EDAR de Sabadell.

Además, con esta actuación, que ha supuesto una inversión superior a los 880.000 euros a cargo de la Agencia Catalana del Agua, se evitará la emisión de 649 toneladas de CO2 a la atmosfera. En paralelo, Aigües Sabadell ha instalado también cubiertas solares en los principales depósitos de la ciudad (Serra Camaró, Serra Galliners, Ca n’Ustrell) para autoconsumo. En cualquier caso, ya sea autoproducida por la propia compañía mixta o bien comprada, el 100% de la energía que consumen proviene de fuentes renovables.

Los logros del proyecto no parecen en cualquier caso que se vayan a detener aquí. La Agencia Catalana del Agua, el Ayuntamiento de Sabadell y Aigües Sabadell ya trabajan en la ampliación de los dos parques fotovoltaicos y la implantación de dos nuevos en las estaciones de bombeo, que se prevé llevar a cabo a lo largo de este 2022. Una vez se hayan llevado a cabo estas nuevas actuaciones, ambas depuradoras de Sabadell generarán 2.656 MWh/año con energía solar, un 76% más que con la producción que se generará a partir de la actuación.

De Granada a Alicante

Aunque sea una de los más destacadas por la amplitud del programa Biotop, Sabadell no es ni mucho menos la única urbe española en la que el sector del agua urbana también está liderando la apuesta por la eficiencia energética. Porque en el sur del país hay otra ciudad muy vinculada históricamente con el líquido elemento cuyas depuradoras no solo han mejorado el aprovechamiento de energía, sino que se han convertido en auténticas biofactorías que generan incluso un excedente en recursos. Es el caso de Granada, donde una EDAR ha tenido un grado de abastecimiento energético a lo largo de 2021 del 116%.

De esta manera, la biofactoría produce lo suficiente para alimentar todos sus procesos y su propia flota de vehículos eléctricos y, además, “ha generado electricidad sobrante como para verte a la red más de la que recibe de ella”, explica José María Torre-Marín, responsable de Operaciones de la Biofactoría Sur de Granada. Esta capacidad de producción se debe al uso de diversas tecnologías como la de cogeneración con biogás, que ha inyectado el 91,4% de la producción total de este 2021, y una aportación adicional de paneles fotovoltaicos, que han contribuido con un 8,6% del abastecimiento eléctrico. De hecho, gracias a la cogeneración, la planta consigue transformar lo que antes eran emisiones difusas de gases de efecto invernadero en una fuente limpia de abastecimiento.

Biofactoría Sur en Granada.

También en Alicante se ha hecho una apuesta por la eficiencia energética. Desde 2017, Hidraqua y sus empresas participadas Aguas de Alicante, Aigües d’Elx, Aigües de l’Horta, Aigües de Cullera, AGAMED y Aigües de Paterna decidieron que la compra del 100% de la energía eléctrica procediera de fuentes renovables con garantías de origen. Además, la producción de energía renovable, a través de nuevas instalaciones como placas solares o a través del aprovechamiento de los propios procesos de gestión del ciclo integral del agua, y la apuesta por la eficiencia energética son las dos líneas por las que estas empresas más están apostando en los últimos años.

“La energía es un elemento clave en la gestión del ciclo integral del agua y, por eso, dentro de la gestión eficiente por la que apostamos en aquellos municipios en los que prestamos servicio, hemos recurrido en todo momento a soluciones que nos permitan generar esta energía y eficientar al máximo nuestras instalaciones”, apuntan desde la compañía gestora en 80 municipios de la Comunitat Valenciana. Ejemplo de ello son los 7,16 GWh de energía que se ha producido en las instalaciones gestionadas por estas empresas, como pueden ser depuradoras o huertos solares.



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