Las Islas Canarias, a excepción de Fuerteventura, rechazan decretar la emergencia hídrica al considerar que el abastecimiento de agua está garantizado durante los próximos meses, pese a que las precipitaciones son un 75% menos de lo normal y el nivel los embalses del archipiélago están entre el 22% y el 57%



La falta de lluvias en el archipiélago canario, un 75% por debajo de los niveles normales, ha provocado una tremenda sequía en los ocho cabildos de las islas afortunadas, que, a pesar de la situación, se resisten a excepción de Fuerteventura, que lo hizo el pasado enero, a decretar la emergencia hídrica con las consiguientes medidas de restricción contempladas en la Ley de Aguas.
La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias ha mantenido un encuentro de trabajo con los representantes de los distintos consejos insulares de Agua del archipiélago y la Viceconsejería autonómica de Agricultura para analizar la situación de escasez de agua que algunas islas registran a estas alturas de año.
Todos los cabildos insulares, a excepción de Fuerteventura, descartaron la posibilidad de decretar la emergencia hídrica en sus territorios, teniendo en cuenta las medidas contempladas en la ley vigente para esta declaración «muy contundentes» cuando se activa tal emergencia, como requisas o restricciones al consumo.
Estas reuniones se repetirán de manera mensual para analizar los balances hídricos de cada isla, mejorar la coordinación y hacer un seguimiento de la sequía en todos los sectores afectados.


Durante el encuentro, el consejero regional responsable del Área, José Antonio Valbuena, mostró la predisposición del ejecutivo para apoyar cualquier medida de urgencia que pueda paliar esta situación de bajas precipitaciones y descenso notable del caudal de los acuíferos en el archipiélago.
Los cabildos de La Palma y Lanzarote ya habían aprobado, en su momento, la emergencia climática, pero de momento han decidido no decretar la alerta por sequía.
La Gomera, que tiene todas sus cuencas con un nivel de reserva por debajo del 25%, también ha descartado dar tal paso. Al igual que El Hierro, Tenerife y Gran Canaria.
Las reservas de Tenerife, al 57% de su capacidad, son las que presentan un mayor volumen de reservas. Las presas de Gran Canaria están, en cambio, al 22% de su capacidad.
En Gran Canaria, el 50% del agua para el consumo humano se obtiene de las plantas desaladoras
En este sentido, se trabajará en la eficiencia de la conducción del agua y se mejorará la calidad de las aguas regeneradas para su uso en el sector primario.
Todos los cabildos coincidieron en la necesidad de poner en marcha campañas informativas para que la población canaria tome conciencia de este problema y sea prudente en sus hábitos de consumo, teniendo en cuenta que estas carencias se pueden prolongar en el tiempo a causa del cambio climático.
“Las políticas de todas las administraciones implicadas en la gestión del agua deben dirigirse hacia una mayor eficiencia hídrica en la producción, conducción y consumo de este recurso”, señaló Valbuena.
Del mismo modo, el consejero regional quiso “poner en valor la gran labor” que realizan los consejos insulares en esta materia y las medidas que ya están poniendo en marcha para paliar esta situación de escasez.
Las autoridades canarias quieren mejorar la calidad de las aguas regeneradas para su uso en el sector primario
En Gran Canaria, el 50% del agua para el consumo humano se obtiene de las plantas desaladoras, pero con el cambio climático habrá más sequía por lo que la mejora de los planes de desalación son fundamentales para poder garantizar el abastecimiento doméstico y el destinado al riego.
Sobre el uso agrícola, el presidente del Cabildo incidió también en que es preciso avanzar en la depuración de las aguas residuales hasta lograr el 100%, pues en la actualidad solo se llega al 50% de reutilización.
Cultivos afectados
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno canario, dirigida por Alicia Vanoostende, tiene previsto invertir 11,2 millones de euros en obras de riego para este año; un 30% más que en 2019. Mejorar la red de transporte de agua resulta clave en estas condiciones para reducir las pérdidas que en el archipiélago alcanzan el 29% según el INE.
El plátano, al ser muy exigente en agua, es uno de los cultivos más afectados, pero también el aguacate y los viñedos.
