Los cenotes mexicanos, un ecosistema acuático en peligro

Los cenotes mexicanos, un ecosistema acuático en peligro

Los cenotes mexicanos, un ecosistema acuático en peligro

El desarrollo desenfrenado del turismo en Riviera Maya, la falta de regulación y la actividada agropecuaria ponen en peligro la calidad del agua en los famosos cenotes, dolinas que se exitenden ríos y cuevas subterráneos en la península de Yucatán (México)


Fernanda Caballero
Madrid | 4 febrero, 2022


Los mayas pensaban que los cenotes, cuevas y ríos subterráneos eran entradas al inframundo. Estos cuerpos acuáticos han sido venerados por las comunidades indígenas de la península de Yucatán durante centenares de años. En época precolonial los mayas depositaban ofrendas e incluso realizaban sacrificios humanos en los cenotes. Pues para ellos estas dolinas y corrientes debajo de la tierra eran las entradas al Xibalba (el inframundo en la mitología de este pueblo mesoamericano).

En nuestros días ya no se arrojan a personas como sacrificio a estos pozos de agua subterráneos, pero es muy común encontrar altares en las entradas de estos lugares. El cenote es todavía considerado un sitio casi divino, pero hoy, su belleza y la calidad de su agua se encuentran en peligro.

Según la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán se tienen registro de 2.711 cenotes y 335 grutas tan sólo en esa entidad, pero la red es sin lugar a dudas mucho más extensa. La ONG Gran Acuífero Maya defiende que el agua en el subsuelo del sureste mexicano es un recurso natural primordial. La organización afirma que su explotación es sobre todo para el uso doméstico y calcula que cerca del 95% del agua que sale de los grifos de hoteles y viviendas proviene del subsuelo. La ONG advierte que el ritmo de explotación no es sostenible y debe ser regulado.

“Las ganas desenfrenadas de desarrollo en la Península de Yucatán están dañando estos ecosistemas”, afirma Camila Jaber en una entrevista telefónica con El Ágora. Jaber, quien es una apneísta mexicana, ganó el certamen #CreateCOP26 con un cortometraje llamado Yo Soy Cenote.

La joven. que es originaria de Campeche y se crió en Quintana Roo, conoce y se sumerge en los cenotes desde su infancia. Jaber está alarmada con el deterioro acelerado en el agua de los cenotes de la región, que en su opinión es notorio a simple vista: “Hace cinco años yo acudía a algunos cenotes con aguas que eran cristalinas y ahora es un secreto a voces que si te sumerges en ellos saldrás con una infección de oído en el mejor de los casos”, afirma. El fondode muchos de estos ojos de agua está contaminado y para Jaber los factores son diversos.

Presión turística

Según Jaber, parte del problema en los cenotes es sin lugar a dudas el turismo desenfrenado: “No hay capacidad de carga, límite de turistas o regulación para que se pueda disfrutar de los cenotes sin dañarlos”. Los ojos de agua subterráneos son para muchos ejidos o comunidades un importante sustento a través de su explotación turística. La apneísta reconoce el derecho que tienen estas comunidades de usarlos como un atractivo, pero sugiere una reglamentación.

Jaber pone de ejemplo a los guardianes comunitarios de Chemuyil, un grupo de jóvenes que vigilan los cenotes y áreas adyacentes en este municipio de Tulum. De hecho, la apneísta donó un porcentaje del premio que obtuvo en la COP26 a los guardianes de Chemuyil.

Jaber, quién con su pieza audiovisual convenció al jurado de no sólo la belleza si no la importancia medioambiental de estos yacimientos de agua subterráneos, cree que el turismo responsable es posible. “Si vas a un cenote debes ser consciente de su cuidado”, sugiere Jaber.

cenotes
Un submarinista en el Cenote Ponderosa, Riviera Maya, México.

La apneísta propone evitar el uso de cremas solares antes de sumergirse e inclusive enjuagarse el cuerpo previamente, no dejar deshechos, no comer ni beber cerca del sitio y buscar los cenotes menos frecuentados. “Los cenotes necesitan tiempo para recuperarse después de que los visitamos, tenemos que ser conscientes que una sola persona altera el ecosistema”.

En plataformas de alquileres turísticos es posible encontrar más de un millar de propiedades que presumen de cenotes privados. Esto se debe a que la legislación mexicana no contempla ninguna clase de protección legal o regulación de las cuevas y ríos subterráneos. Si un cenote se encuentra en tu propiedad, pasa a ser tu posesión. Esto es un problema ya que la interconexión de estos cuerpos acuáticos es todavía desconocida. El alcance del daño cuando se provoca a uno es imposible de saber.

Contaminación agropecuaria

El impacto del turismo no es lo único que está dañando el sistema acuífero en el subsuelo de la Riviera Maya. Según un informe realizado por la Fundación para el Debido Proceso en 2021, el 30% de la población en Yucatán bebe agua de pozo o cenotes que está contaminada por plaguicidas o agrotóxicos.

Esto se debe a que el tipo de suelo de la región (kárstico) es poco eficiente para atenuar la contaminación generada por la actividad humana. El exceso de nutrientes que favorece a la agricultura en la superficie provoca el crecimiento de las algas en los depósitos acuíferos subterráneos. Esto altera el balance medio ambiental en los ecosistemas.

cenotes
Cenote Ik-Kil

La península de Yucatán también se encuentra en una situación de riesgo cuando se habla de contaminación hídrica, ya que sus suelos son calcáreos y esto produce infiltración al subsuelo. Esto provoca que los acuíferos no son superficiales, se depende casi totalmente de lo que proveé el subsuelo. Así que cuando las aguas residuales de cualquier industria y el uso de pesticidas en la explotación agrícola contaminan el manto acuífero bajo la superficie, el problema se acrecenta.

Dentro de las industrias más disruptivas para los cenotes y reservas subterráneas está la porcina. En la región se calcula que hay aproximadamente un millón de cerdos y Yucatán proveé el 9% de la carne de cerdo producida en México. Las aguas residuales generadas en ese sector han tenido un impacto ecológico y en el horizonte no existe ningún plan para regular esto. La contaminación del agua superficial por el excremento de los cerdos se manifiesta por la presencia de amonio y sulfatos en el agua del subsuelo. El exceso de amonio perjudica a peces e invertebrados que habitan los cenotes. El desarrollo económico pone en peligro el elemento vital para toda una región y los cenotes como los hemos conocido hasta hoy.



Se adhiere a los criterios de transparencia de

Archivado en:
Otras noticias destacadas