Desde su fundación en 2014, Cetaqua Andalucía ha ido creciendo sin prisa, pero sin pausa hasta convertirse en un centro de investigación y tecnología que es referente en gestión de recursos hídricos no solo a nivel regional, sino también nacional y europeo



La innovación y la digitalización son dos pilares fundamentales para el futuro del agua. En un escenario como el actual, donde los efectos del cambio climático ya se dejan sentir en los recursos hídricos y el aumento de la población ejerce una mayor presión sobre su disponibilidad, mejorar la eficiencia y la eficacia en el abastecimiento y saneamiento del líquido elemento es una obligación de la que depende nuestra capacidad de adaptación al calentamiento global. Y esa es precisamente la misión de Cetaqua Andalucía, un centro tecnológico de innovación en el ámbito del agua que gracias a su apuesta por las alianzas permite la transmisión de conocimiento entre la academia, el sector público y las empresas privadas.
En concreto, desde su nacimiento en 2014, este centro tecnológico suma las fuerzas de la compañía de agua urbana Hidralia, la Universidad de Málaga (UMA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), imitando el modelo que se ha aplicado en otros centros Cetaqua, que son independientes entre ellos pero que comparten estrategia y trabajan de manera coordinada. “La estrategia de colaboración público-privada que impulsamos tiene la transferencia de conocimiento en el foco central del modelo. Como fundación intentamos llevar el conocimiento que está en el mundo académico a la operadora, integrando las dos piezas gracias al patronato”, explica Enrique Gutiérrez Díez, gerente de Cetaqua Andalucía.
Bajo esta premisa, este referente de investigación en España utiliza los Objetivos de Desarrollo Sostenible como hoja de ruta, aplicándolos a través de diferentes líneas de investigación que tienen un solo propósito común ofrecer soluciones que orienten los procesos del agua hacia un mayor aprovechamiento del recurso gracias a la digitalización y la economía circular. Todo, con un enfoque eminentemente práctico que se deriva de su política de alianzas: las investigaciones de Cetaqua se realizan directamente en infraestructuras en funcionamiento para contribuir a la necesaria transformación del sector hídrico mediante iniciativas con impacto.
Agua 4.0 y gestión integrada de recursos hídricos
Eso sí, aunque la vocación de los proyectos de Cetaqua Andalucía es universal, su implantación en esta región del sur de España hace que todo su trabajo se deba especialmente al contexto local. “La misión de Cetaqua es desarrollar soluciones a partir de proyectos de investigación que contribuyan a mejorar la sostenibilidad y la eficiencia del ciclo integral del agua teniendo en cuenta las necesidad locales”, apunta Gutiérrez, que explica que Andalucía es una región en la que el estrés hídrico y la escasez son temas prioritarios. Por eso, Cetaqua Andalucía “tiene entre sus focos de atención todo lo que es la gestión integral de los recursos hídricos, con una especial atención al mundo de la hidrogeología, es decir, de las aguas subterráneas”. Esto se explica por este tipo de aguas cobran una importancia muy grande a nivel de abastecimiento en varias zonas del litoral andaluz, especialmente en la Costa del Sol donde opera Hidralia.
Por otro lado, Cetaqua está situada en el Parque Tecnológico de Andalucía, que está haciendo que Málaga compita incluso con Barcelona como polo digital en el sur de Europa, con centros de desarrollo de grandes tecnológicas como Google o Oracle. Por ello, su otro gran foco de especialización es la aplicación de inteligencia artificial al ciclo del agua, como comenta Gutiérrez “es natural que de alguna manera nos dediquemos a estos temas”.
«En Cetaqua llevamos años trabajando en tecnologías y proyectos que adelanten a nuestro sector en cuestiones de inteligencia artificial»
“Nosotros intentamos sobre todo anticipar las tecnologías del mañana y aunque la digitalización está ahora muy de moda, desde Cetaqua llevamos años trabajando en tecnologías, algoritmos y proyectos que adelanten a nuestro sector en cuestiones de inteligencia artificial”, explica el gerente de este centro tecnológico para evidenciar su apuesta por el “agua 4.0”. Una estrategia que sobre todo se traduce en una colaboración continua con Dinapsis Costa del Sol, que forma parte de la red de hubs operativos con las que el grupo Agbar está impulsando la transformación digital del sector del agua urbana. Esto se traduce en que, a pesar de haber sido inaugurado hace tan solo un año, Dinapsis es ya el receptor directo de muchas de las tecnologías desarrolladas por Cetaqua Andalucía.
En concreto, gracias a Dinapsis, es posible unificar toda la gestión del ciclo integral del agua en una única plataforma, ya que todos los procesos que se llevan a cabo en el ciclo urbano del agua desde su captación hasta el saneamiento se monitorizan en tiempo real. Esto permite no solo optimizar la gestión, sino mejorar el mantenimiento y conservación de las infraestructuras, así como la reducción de fugas o el control de la calidad del agua. Además, gracias al trabajo de Cetaqua Andalucía, se puede usar la inteligencia artificial para estimar los recursos hídricos disponibles, la demanda de agua y los impactos ambientales, económicos y sociales de distintos escenarios de reparto de agua en situación de elevado estrés hídrico.


«Estamos poco a poco consiguiendo involucrar cada vez más a la gente de a pie de las operadoras, que son las que se enfrentan a los problemas reales, en el marco de nuestros proyectos. Esa es la clave, que trabajemos totalmente en equipo e incorporando desde ya a diferentes actores”, apunta Gutiérrez, que considera eso sí que las tecnologías digitales son “solo un medio” cuya verdadera importancia está en sus áreas de aplicación.
“Hablamos de un centro tecnológico de apenas siete años de existencia que todavía es relativamente pequeño, por lo que, sin una especialización, es difícil llegar a tener éxito para conseguir financiación pública, tanto a nivel nacional como europeo. Para conseguir este tipo de inversiones, que tienen mucho mayor impacto, necesitas ganarte una cierta referencia en el ámbito científico”, expone Gutiérrez, que tilda de “éxito” esta especialización gracias a los esfuerzos del equipo de investigación. De hecho, en 2019 se concedió un premio a Cetaqua por parte del Club del Agua Subterránea, una organización no gubernamental donde están representados todos los actores de este ámbito en España.
Optimismo “apabullante”
Pero, sobre todo, la prueba del éxito de esta apuesta de Cetaqua está en su propio crecimiento desde 2014. Lo que inicialmente eran pequeños retos locales se ha transformado en hasta tres proyectos europeos liderados por este centro tecnológico andaluz. “Hemos llegado, en el ámbito de la hidrogeología y la gestión integrada de los recursos hídricos, a ese ideal en el que podemos hacer una combinación entre proyectos de financiación pública europeos y nacionales con otros de financiación privada, que suelen ir más orientados a problemáticas concretas”, apunta Gutiérrez.
En concreto, dos de esos proyectos europeos forman parte del Programa LIFE, un instrumento de la Unión Europea para financiar iniciativas de conservación ambientales y el desarrollo de la política y legislación comunitaria en materia medioambiental. El primero de ellos es LIFE Nirvana, que a través de una planta piloto en Zarandona (Murcia) pretende desarrollar una tecnología innovadora y efectiva para la biorremediación in-situ de las aguas subterráneas, lo que permitirá reducir la concentración de nitratos allí presentes de forma sostenible. Hay que tener en cuenta que más del 50% de las masas de agua subterránea en Europa que se encuentran en mal estado químico lo están por culpa de los nitratos. Para ello, utilizará inyecciones de nanopartículas de hierro cerovalente en los acuíferos contaminados por nitratos, contribuyendo a la recuperación de su buen estado químico.
«Hay que hacer investigación de medio y largo plazo pero siempre con orientación estratégica detrás»
El segundo es un proyecto denominado MATRIX, cuyo objetivo es la puesta en valor del agua regenerada en la EDAR de La Víbora (Málaga) mediante recarga gestionada de acuíferos. Se trata de almacenar esa agua en el acuífero para darle un uso posterior, controlando en todo momento la calidad del agua en los distintos puntos del sistema. La operadora de agua involucrada en el proyecto es en este caso ACOSOL, que cuenta con un potencial de regeneración de agua en la Costa del Sol superior a 30 hectómetros cúbicos anuales.
Además, a estas dos iniciativas LIFE se suma el liderazgo de Cetaqua en el proyecto europeo PRIMA GOTHAM, que tiene como objetivo desarrollar y validar una herramienta digital que permita una gestión eficiente de las aguas subterráneas para preservar la cantidad y calidad de este recurso estratégico en el Mediterráneo, con un piloto en la zona del Poniente Almeriense.


Esta relevancia europea era precisamente el objetivo que se marcó Cetaqua Andalucía en su fundación, pero no marcan ni mucho menos el final del camino y los responsables de este centro tecnológico miran al futuro con ilusión. “Soy apabullantemente optimista. Estamos en un momento ahora mismo de crecimiento importante. Gracias a los proyectos que lideramos, hemos podido entrar en una rueda en la que otros potenciales socios europeos se fijan en que ganas proyectos y empiezas a generar un ecosistema de colaboración y alianzas, que es lo que te lleva a la estabilidad”, explica Gutiérrez.
En este sentido, ya en el 2022 la idea es que el peso de la financiación del centro a nivel de financiación pública esté en torno al 60%, lo cual según apunta Gutiérrez “ya da una salud financiera muy importante que para este tipo de fundaciones es el equilibrio ideal”. “Lo importante es continuar en esta buena línea y ser capaces de sinergiar muy bien los proyectos de financiación pública que llevamos consiguiendo con aquellos de financiación privada, siempre desde un punto de vista de ayudar al sector a impulsar una estrategia de modernización”, apunta el gerente de Cetaqua Andalucía, que señala al gran reto de “gestionar esta dualidad” entre lo público y lo privado. “Hay que hacer investigación de medio y largo plazo pero siempre con orientación estratégica detrás, para que luego seamos capaces de aterrizarlo a la realidad del día a día”, concluye.
