Las aguas costeras de Roquetas de Mar, Almería, gozan de buena salud según certifican los últimos estudios de Cetaqua Andalucía para el control de los agregados flotantes (“natas”) de origen natural y ajenos al sistema de saneamiento



Los episodios esporádicos de espumas o natas que aparecen en las playas de Roquetas de Mar, en la costa almeriense, son de origen natural y se deben a la movilización de sedimentos finos del lecho marino que, al alcanzar la superficie, se adhieren entre sí y facilitan la aglutinación de otras sustancias, especialmente cuando tienen lugar vientos de Levante.
Esta es la principal conclusión del estudio ejecutado por Cetaqua Andalucía (Fundación Centro Andaluz de Investigaciones del Agua), para Hidralia, empresa concesionaria del servicio de agua potable y alcantarillado de Roquetas, en colaboración con la Universidad de Almería y el Ayuntamiento de Roquetas, para determinar la procedencia de los episodios de espumas que aparecen en las playas de Roquetas.
Los resultados muestran que las espumas no están relacionadas con fallos en el sistema de saneamiento, ya que se han extraído minerales detríticos, como calcita y dolomita, o evaporíticos, y, en menor medida, materiales arcillosos. Todos ellos se encuentran relacionados con los relieves de la zona, que suponen la principal fuente de sedimentos de los fondos marinos, ya que la Sierra de Gádor está constituida por este conjunto de materiales, entre otros.
Enrique Gutiérrez Díez, gerente de CETAQUA Andalucía, explica que este proyecto, al que se llamó Clear Water Roquetas, “nació desde la necesidad de corroborar o desmentir la sabiduría popular de a pie de playa, que parecía indicar que había un problema de vertidos en Roquetas. Es un tema que nosotros ya conocíamos porque en la zona de Málaga hay una cátedra que colabora con nosotros y se dedica a estudiar este tipo de fenómenos, pero en este caso queríamos comprobar nuestra capacidad sobre el terreno.”
“Lo que hemos hecho es muestrear y analizar esas espumas, para ver exactamente su composición. Hemos corroborado que de lo que se trata es básicamente de polvo, limos y arcillas. Las playas cuando tienen un componente artificial, donde se ha usado una arena no natural, deja una parte de sedimento muy fina que el oleaje pone en movimiento y la saca de la playa, generando una especie de espumas”, explica Gutiérrez.
En concreto, han utilizado la visión artificial o por ordenador, que permite desarrollar algoritmos a partir de imágenes.
«Implantamos una serie de cámaras en la playa que miran hacia la zona de mar y de manera automática cuando hay o no una presencia de este tipo de natas se activa el protocolo de muestreo», explica el responsable.
Con los resultados obtenidos del estudio se ha logrado recuperar la confianza social en la calidad de las aguas y de los propios sistemas de saneamiento de la localidad que son absolutamente inocuos para la salud de la costa.
Además de la aplicación de técnicas de inteligencia artificial que lidera Cetaqua Andalucía, para localización de las ‘natas’ mediante un sistema de vigilancia automatizado, también se ha establecido un protocolo de recogida de muestras, con la colaboración de Protección Civil, en el que se han recogido muestras tanto en la orilla como mar adentro, permitiendo identificar las condiciones y puntos críticos.
La experiencia de Málaga
Roquetas coge el testigo de la experiencia realizada en Málaga, donde el estudio realizado en esta ocasión por la Universidad de Málaga e Hidralia, junto con empresas del sector del agua de la Costa del Sol y de la Axarquía, determinó que las ‘natas’ de las costas de Málaga eran inofensivas ya que contienen componentes similares a los que forman parte de las formaciones geológicas de la zona.
En este caso se analizaron hasta 45 muestras de estos agregados flotantes y se comprobó que el aspecto espumoso que caracteriza al agregado se debe a una mezcla de muy baja densidad, formada por una fase líquida (agua de mar) y una fase sólida.
