La tercera mesa de debate del Diálogo sobre el Futuro del Agua que se está celebrando en Alicante se centró en la circularidad del agua y en el papel de la ciudad, la industria y sector del agua para trabajar de manera colaborativa en la transición hídrica



La circularidad no debe ser entendida como un valor aplicable a parcelas cerradas según el sector, sino a un gran ecosistema en el que todo está interrelacionado. Población, industria, agricultura y espacios urbanos deben funcionar en simbiosis a la hora de aprovechar el recurso más preciado y más castigado por el cambio climático: el agua.
Esta fue una de las conclusiones de la tercera mesa de debate del Diálogo sobre el Futuro del Agua que se está celebrando en Alicante y que se centró en cómo la industria puede convertirse en referente de la circularidad del agua. El diálogo contó con con las apreciaciones de Asunción Martínez, Alta Comisionada de la Agenda 2030 Social de Aguas de Barcelona; Galo Gutiérrez-Monzonís, Director General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo; y Antonio Urdiales, Director de Sostenibilidad del Grupo Cosentino.
«En 2030 seremos 8.500 millones de habitantes, el 60% en las ciudades. Para 2050 las necesidades de agua serán un 400% mayores de las que hay ahora. El gran reto que tenemos por delante es que haya una simbiosis perfecta entre ciudad e industria y una economía circular entre todas», señaló Asunción Martínez. «No podemos medir por separado lo que hace la industria, la agricultura o el ciclo urbano del agua. La economía circular debe ser en conjunto. El agua que sale de la industria debe pasar a la depuradora y de ahí volver al ciclo industrial. Hay mucho recorrido y muchos ejemplos de éxito», señaló.


En este sentido se destacó el caso de las instalaciones productivas del grupo Cosentino en Cantoria (Almería) donde se ha logrado el objetivo de ‘vertido cero’ de agua y se ha conseguido un ratio de reutilización del 98% del agua en su parque industrial. «Desde el inicio, Cosentino ha tenido claro que hay que aprovechar hasta la última gota de agua, y más en un territorio como Almería con un alto estrés hídrico. Hemos invertido durante muchos años en las mejores tecnologías para, primero, reducir la cantidad de agua que consumimos, y, segundo, reutilizarla«, explicó Antonio Urdiales.
Y para lograr avances significativos en materia de eficiencia y transición hídrica es necesaria la I+D+i, como puso de manifiesto Galo Gutiérrez-Monzonís. «Sin innovación no hay manera de avanzar en protección medioambiental y del recurso hídrico. Se lleva mucho tiempo creando tecnología para reducir el consumo de agua en la industria que ha dado resultados muy importantes y en reutilización se avanza cada vez más», explicó.
En este sentido, Asunción Martínez destacó la labor de la red EsAgua que reúne a entidades comprometidas con la reducción de su huella hídrica y otorga diversos beneficios a las empresas. En primer lugar, permite mediante herramientas digitales analizar su huella hídrica e identificar puntos críticos; en segundo, tiene una utilidad económica al reducir los costes y, por último, mejora la imagen de marca y del posicionamiento de sus producto ante consumidores cada vez más responsables.
Fondos europeos
En cuanto al aprovechamiento de los fondos Next Generation, todos los participantes en la mesa coincidieron en la importancia de las alianzas y la colaboración público privada para impulsar la transición hídrica a través de la innovación y la digitalización, fomentando los modelos circulares en todos los sectores de manera conjunta,
Asunción Martínez puso como ejemplo la biofactoría de Granada, «paradigma de la economía circular. Una biofactoría no solo depura el agua y posibilita su reutilización, sino que también valoriza todos los productos y subproductos que se obtienen en el proceso: lodos, biogás, productos químicos… Son verdaderas fábricas de recursos y consiguen vertido cero en todas las líneas. Debemos aprovechar los fondos europeos para que las nuevas licitaciones que se hagan en depuración vayan en esa línea y se beneficien de estas tecnologías ya testadas».


«En España se tratan 4.000 hectómetros cúbicos diarios de agua residual. De ellos, solo el 8 a 10% se reutiliza y la mitad es para agricultura. La industria solo tienen entre el 10 a 12%. Es muy poca del agua potencial que podría utilizar. Hay mucho margen de mejora. Tenemos que ser capaces de que las depuradoras aporten a la industria el agua que necesita y que la industria remita sus propios residuos a la depuradora para tratarlos y avanzar así en economía circular», explicó Martínez.
La Alta Comisionada de la Agenda 2030 Social de Aguas de Barcelona señaló que en Asia están a la cabeza en plantas de aguas residuales que sirven agua regenerada a industrias. «Hay que tender a eso. Debemos ser capaces de aprovechar los fondos Next Generation para impulsar proyectos de este tipo y cuando se creen nuevas industrias hacerlo siguiendo este paradigma«, concluyó.
Antonio Urdiales se mostró de acuerdo con Asunción Martínez en este sentido y destacó que «el reto de planificación que tenemos por delante. No podemos ver los distintos sectores por separados, sino integrarlos a todos. Debemos aspirar a esa planificación que tenga en cuenta a todos como un ecosistema y que maximice las sinergias entre todos», concluyó.
