La cuarta mesa de debate del Diálogo sobre el Futuro del Agua que se está celebrando en Alicante reunió a alcaldes y dirigentes empresariales para abordar los principales retos que afrontan las urbes en materia hídrica en un contexto de cambio climático y exigir una mayor inversión



No se puede hablar del futuro del agua sin pensar en las ciudades. Actualmente, el 54% de la población mundial vive en zonas urbanas, una proporción que aumentará hasta el 70% para 2050, por lo que es imposible imaginar una transición hídrica que no esté basada en la transformación urbana. Tanto desde un punto de vista del consumo como de la depuración, las ciudades son un lugar clave que hay que situar en el centro de cualquier política hídrica, invirtiendo adecuadamente para que las infraestructuras existentes ayuden tanto en la mitigación como en la adaptación y apostando por las alianzas entre actores para favorecer las soluciones innovadoras
Ese ha sido el mensaje central de la cuarta mesa de debate del Diálogo sobre el Futuro del Agua que se está celebrando en Alicante (Comunitat Valenciana) dentro del marco del proyecto España 2050 organizado por el Gobierno, que busca abrir el debate en torno al desarrollo sostenible e involucrar a la ciudadanía en una reflexión sobre nuestro futuro en común. En ella han participado Javier Díez, director general de Aguas de Alicante; Emilio Bascuñana, alcalde de Orihuela; Amparo Marco, alcaldesa de Castellón y Guillermo Pascual, director de Operaciones y Transformación Digital de Agbar.
“Si el 70% de los ciudadanos van a vivir en ciudades, las ciudades tienen que ser protagonistas en la gestión, sobre todo en un escenario donde el agua es un recurso limitado”, ha apuntado Marco, que considera que todos los actores “tienen que trabajar para que las urbes sean sostenibles y resilientes”. Una opinión que ha compartido su homólogo de Orihuela, que cree que en la actualidad “hay muchas herramientas que podemos poner a nuestra disposición en las ciudades para optimizar la gestión del agua”, como la digitalización de las redes o la implantación de la tele-lectura, “y la mayoría de ellas no generan ningún tipo de duda o controversia”. “Es imprescindible poner todos los recursos a nuestra disposición para que cada gota de agua pueda ser optimizada y así afrontar ese futuro que se ve tan complicado”, ha apostillado Bascuñana.


En este sentido, la ciudad donde se celebra el evento, Alicante, es un buen ejemplo de las posibilidades del agua digital y la colaboración público-privada. En esta urbe han pasado de consumir 240 litros de agua por persona y día en 1999 a apenas 105 litros por persona, un ratio similar al que maneja Dinamarca, donde el precio medio del agua es hasta ocho veces superior. “Trabajamos de una manera especial todo el tema de la eficiencia, buscamos aumentar el rendimiento a través de la digitalización, la innovación y el uso de agua de todo tipo de orígenes, incluyendo regeneración y desalación. Las infraestructuras tienen que ser totalmente resilientes para poder soportar todo ese estrés hídrico que tenemos, que muchos años viene además combinado con lluvias torrenciales”, ha asegurado el director de Aguas de Alicante, Javier Díez.
En resumen, según ha explicado Pascual, las grandes transformaciones hídricas que necesitan las ciudades van a venir por tres vías. “La primera es el agua digital, con la que estamos dando un paso más gracias a la tele-lectura, que ayudará a identificar problemas y a concienciar para reducir la huella hídrica. El segundo aspecto es la desalación, porque está claro que en algunos territorios no hay otra vía y hay que ir trabajando para mejorar la tecnología y reducir los costes. Y por último la economía circular: la ciudad se tiene que convertir en un ecosistema único del agua, en que la industria y el sector del agua se complementen de manera bidireccional”, ha apuntado, explicitando la enorme importancia que cobran las depuradoras entendidas como biofactorías en todo este planteamiento.
En este sentido, el director de Operaciones y Transformación Digital de Agbar también ha hecho hincapié en la importancia de proyectos como Dinapsis, una red de centros digitales urbanos que buscan mejorar la gestión del agua, la salud ambiental y la descarbonización de los territorios, gracias a un gestión operativa basada en datos que además genera espacios colaborativos que sirven de punto de encuentro entre las urbes, las universidades y las empresas locales. “Tenemos en estos momentos 9 hubs y queremos llegar a 20, siempre colaborando con los agentes locales para hacer realidad la transformación digital”, ha asegurado.
Concienciación e inversión
Eso sí, todos estos esfuerzos de ayuntamientos y empresas para asegurar el agua del futuro en las ciudades españolas serán en vano, según han reconocido los propios conferenciantes, sin dos elementos fundamentales: concienciación ciudadana e inversión estatal. “Si no conseguimos sensibilizar a la ciudadanía, las políticas que podamos llevar a cabo desde las distintas administraciones serán un fracaso”, ha conminado la alcaldesa de Alicante. En este sentido, el tema de la tele-lectura puede ser fundamental, tal y como ha explicado Díez, ya que permite a los ciudadanos tener un control casi total de su consumo de agua y su factura.
“El consumidor tiene así control de todo lo que está ocurriendo en su casa o en su parcela, permite detectar cualquier tipo de problema o fuga. Además, el cliente tiene la posibilidad de configurar sus propias alarmas para saber si está sobrepasando el consumo preferido” ha apuntado el director de Agua de Alicante, que ha señalado también los esfuerzos destinados a los más pequeños que hace su compañía gracias al Museo de Aguas de esta localidad levantina, que en los últimos años ha recibido casi 500.000 visitantes, la mayoría niños. “En mi caso, es mi hija la que me dice que cierre el grifo. Son nuestros hijos los que nos educan a nosotros en muchos sentidos” ha comentado la alcaldesa de Castellón.


Una concienciación ciudadana que también sigue el camino de la prevención. Tal y como ha recordado el alcalde de Orihuela, la DANA de 2019 supuso importantes daños materiales y humanos por la falta de previsión, por lo que hace falta “sensibilizar a la población de que puede haber fenómenos de riesgo importantes para que sea capaz de afrontar mejores estos episodios, evitando daños”. En este sentido, será clave la herramienta Smart River Basins, que tal y como ha recordado Bascuñana ayudará a los ayuntamientos en la gestión de episodios hídricos extremos como las inundaciones a través de un sistema de alerta temprana basado en datos reales, predicciones, algoritmos y modelos numéricos.
Sin embargo, toda concienciación ciudadana será poca sin la necesaria inversión. “Tenemos un déficit en inversión en infraestructuras hídricas de en torno a 2.500 millones de euros a 10 años que tenemos que ir cubriendo, porque las redes que tenemos se tienen que ir renovando para mitigar los efectos del cambio climático”, ha recordado Pascual, que ha explicado que Agbar ha ayudado a preparar 873 proyectos por valor de 6.000 millones de euros en todo tipo de ayuntamientos en España para ayudar a la transición ecológica en los municipios. “Hay que hacer un esfuerzo importante y la colaboración público-privada es una opción necesaria que hay que utilizar”, ha asegurado Bascuñana.
“La mejora de la financiación es importantísima para tener recursos que permitan gestionar la vida pública en las ciudades”, ha terciado por su parte Marco, que ha recordado la importancia que tienen los fondos europeos Next Generation para hacer realidad muchos proyectos de transición hídrica y ecológica en multitud de urbes españolas.
