El agua ha demostrado ser un recurso esencial en estos dos meses largos de pandemia de coronavirus que estamos padeciendo a nivel global. Es un servicio básico que no ha faltado en nuestros hogares durante estas semanas de confinamiento, gracias en el caso de nuestro país, a la tarea de ayuntamientos y empresas públicas, privadas y mixtas que gestionan el ciclo urbano del agua.
Pero no es solo como abastecimiento básico donde el agua ha resultado ser un servicio esencial durante este periodo de tribulación por el que estamos pasando. El agua y el jabón han resultado ser la medida profiláctica básica para evitar el contagio. Pero ¿qué ocurre si no hay agua disponible para lavarse?
El 40% de la población mundial no tiene una instalación para lavarse las manos con agua y jabón en casa
Y pese a ello, a pesar de los retos de sostenibilidad que afronta el sector en nuestro país, como el déficit de inversiones en renovación y creación de infraestructuras, estamos en la parte privilegiada del mundo. Porque, en realidad, el agua que sale de nuestro grifo es un milagro. La mayor parte del planeta no goza de este servicio.
Por este motivo, en plena crisis del coronavirus, las Naciones Unidas, y numerosos jefes de Estado y de Gobierno, entre los que se encuentra el presidente español Pedro Sánchez, acaban de lanzar un llamamiento poniendo en valor la importancia del abastecimiento del agua, del que carece actualmente el 40% de la población mundial. El llamamiento, hecho público desde la plataforma Sanitation and water for all, defiende que lo siguiente:
“Hasta que no haya una vacuna o un tratamiento para la COVID-19, no hay mejor cura que la prevención. El agua, el saneamiento y la higiene de las manos, junto con el distanciamiento físico, son fundamentales para prevenir la propagación del Covid-19, y constituyen una primera línea de defensa contra esta grave amenaza para las vidas y los sistemas de salud. El lavado de manos con agua y jabón elimina el virus, pero requiere el acceso a agua corriente en cantidades suficientes”, afirma el comunicado.
Alianza internacional por el agua
Junto a la ONU, el texto lo firman instituciones financieras, líderes de empresa y de la sociedad civil, organizaciones de investigación y los jefes de Estado y de gobierno hasta el momento de Austria, Colombia, Costa Rica, Egipto, España, Etiopía, Finlandia, Gambia, Ghana, Holanda, Honduras, Nepal, Nigeria, Suiza y Suecia.
La declaración defiende que los planes de a nivel nacional, regional y mundial, deben dar prioridad a los servicios de agua, saneamiento e higiene. “Los líderes que reconozcan el papel del agua, el saneamiento y la higiene en la prevención de la propagación del Covid-19, salvarán vidas. Los líderes que den prioridad a la colaboración y el apoyo internacional salvarán vidas. Solo estamos tan sanos como los miembros más vulnerables de la sociedad, sin importar en qué país se encuentren”, remacha el texto
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Según datos de la ONU, actualmente, el 40% de la población mundial, o 3.000 millones de personas, no tienen una instalación para lavarse las manos con agua y jabón en casa. El 47% de las escuelas carecen de una instalación para el lavado de manos con agua y jabón, lo que afecta a 900 millones de niños en edad escolar, y lo mismo ocurre con el 16% de los centros de salud que carecen de instalaciones para la higiene de las manos en los lugares donde los pacientes reciben atención, así como de jabón y agua en los aseos.
Como se ve, las medidas más básicas de profilaxis, que en el caso de España dependen de la voluntad y de la preocupación de cada individuo por protegerse o proteger a los demás, son algo que está fuera del alcance de muchos personas, aunque lo deseen.
En palabras de Kevin Rudd, ex primer ministro australiano y presidente de Alto Nivel del SWA: “El acceso a servicios de agua limpia y de saneamiento es absolutamente crucial para frenar la propagación del Covid-19. Esto es particularmente importante en países con sistemas de salud frágiles o donde el distanciamiento social es más difícil. Tenemos que asegurarnos llevar a cabo una acción sobre el terreno, especialmente cuando aumenta el riesgo de una nueva ola de este virus en varios países en desarrollo”.
