La empresa Aguas Andinas lanza la campaña “Cada gota cuenta”, cuyo fin es concienciar mediante spots y piezas gráficas a la ciudadanía chilena sobre su impacto ambirental y convencerla de que modifique ciertas conductas para evitar una verdadera crisis del agua



El cambio climático es una amenaza real que ya está afectando a muchas personas a lo largo y ancho del planeta, por lo que es más necesario que nunca crear una alianza global para enfrentarlo desde todos los ángulos. Y es que, aunque gran parte del trabajo corresponde a grandes actores públicos y privados por su músculo financiero y social, esto no quiere decir que el ciudadano común no pueda contribuir a esta lucha global mediante modificaciones de hábitos. Bajo esta premisa, y a pocos días de la COP26, la empresa Aguas Andinas ha hecho un llamamiento enfrentar el cambio climático y sus consecuencias con este nuevo paradigma, entendiendo que es irreversible y que es una nueva realidad que llegó para quedarse.
Para que este llamamiento llegue al máximo número de personas posible, Aguas Andinas ha lanzado la campaña “Cada gota cuenta” con el fin de concientizar a la ciudadanía y llamar a modificar conductas en beneficio del medio ambiente mediante spots y piezas gráficas en medios de comunicación masiva.
El objetivo de la compañía no es otro que dejar claro que la lucha climática es asunto de todos. Sobre todo en Chile, ya que si bien la emergencia climática se da a nivel mundial y afecta al planeta, las condiciones de este país hacen que sus efectos sean aún más palpables, ubicándonse incluso entre las 18 naciones más afectadas del mundo por el calentamiento global. En este sentido, la empresa de servicios medioambientales lleva más de 10 años trabajando para enfrentar el cambio climático no sólo a través de campañas de concienciación, sino también de obras de infraestructura concretas.
Estas nuevas infraestructuras son imprescindibles para asegurar el abastecimiento hídrico y respaldarlo ante emergencias climáticas. De hecho, 2021 va camino de convertirse en otro año con récord de sequía en Chile, con cifras de lluvias tan bajas como las de 2019, el más seco de la historia del país. Ante esta situación, que ya no es estacional sino parte de la nueva normalidad a causa del avance del cambio climático, no hay más salida que adaptar las ciudades para hacerlas más resilientes y garantizar a la población el acceso al recurso más preciado: el agua.
Entre ellas se encuentran aquellas que permiten enfrentar mejor los eventos de turbiedad, como los ya inaugurados Megaestanques de Pirque y la interconexión El Manzano – Pirque, que permitirán a Santiago contar con 48 horas de autonomía. Además, la zona sur de Santiago de Chile contará el próximo año un sistema de pozos que operará en casos de sequía y ante turbiedades extremas en el río Maipo para garantizar la continuidad y la seguridad del suministro de agua potable en la ciudad. A esto, se suma un exhaustivo plan de eficiencia hidráulica y un plan de sequía de más de 500 millones de dólares.
Biofactorías clave
Un aspecto clave para combatir el cambio climático surge a partir de las biofactorías, que además de descontaminar las aguas residuales de la ciudad convierten desechos en nuevos recursos. Esto le cambió la cara a Santiago, ya que además ofrece una nueva fuente hídrica disponible a partir del reúso de sus aguas depuradas. Éstas pueden tener nueva vida y ser utilizadas para riego agroalimentario, usos industriales o, incluso, recarga de acuíferos.
Las biofactorías de la compañía, que corresponden a la evolución de las plantas de tratamiento de aguas servidas, se transformaron, en base a este modelo de economía circular, en generadoras de recursos tales como biogás, energía y abono agrícola. En un tiempo récord de 13 años y con una inversión total de casi 1.300 millones de dólares, Santiago pasó a contar con 100% de tratamiento de sus aguas residuales, cuando el promedio de América Latina y el Caribe, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, es de 28%. Además de agua limpia que puede reutilizarse, en ellas se genera energía (eléctrica, gas y térmica) y abonos para uso agrícola.


“Como compañía nos propusimos enfrentar la crisis climática a través de distintas líneas de trabajo que permitan reforzar el suministro de agua potable de cara a la ciudad y hacer de Santiago una ciudad cada vez más resiliente y preparada aún en condiciones climáticas tan adversas como las que vivimos. Ello lo llevamos a cabo con inversiones, obras y trabajo mancomunado con distintos sectores, pero es fundamental que cada actor asuma un rol porque la urgencia de la emergencia así lo amerita. No hay tiempo. Debemos actuar hoy”, ha señalado Eugenio Rodríguez, director de clientes de Aguas Andinas.
En concreto, desde la compañía se están llevando a cabo una serie de acciones en conjunto con autoridades como el Ministerio de Obras Públicas y los Municipios, a través de planes conjuntos de eficiencia de consumo, por ejemplo, en el riego de espacios públicos. Esto también forma parte de la campaña, entendiendo que el llamado es a todos por igual.
