Tres informes elaborados por distintos organismos de los Estados Unidos advierten que los impactos del cambio climático alimentarán los conflictos por el agua y el desplazamiento de decenas de millones de personas durante los próximos 30 años, incluso dentro del país



La crisis climática está alterando el mundo tal y como lo conocemos. El último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) describe un planeta que sufre con mayor frecuencia los impactos de los fenómenos extremos, sobre todo aquellos relacionados con el agua, además de advertir que la temperatura media del globo amenaza con incrementarse 2,7 grados Celsius a finales de siglo. Señala además que todo este abanico de cambios está causado por las actividades humanas y que, irónicamente, serán las personas quienes más sufran sus efectos.
En este contexto, el Gobierno de Estados Unidos, en coordinación con el personal del Consejo de Seguridad Nacional del país, ha lanzado un conjunto de análisis de los componentes centrales de seguridad nacional y política exterior que servirán como “base para nuestro trabajo crítico sobre el clima y la seguridad en el futuro”.
En todo ellos se destaca una idea central que no es otra que el aumento de las temperaturas y los efectos físicos extremos provocarán conflictos por el agua y el desplazamiento de decenas de millones de personas durante los próximos 30 años, incluso dentro de los Estados Unidos.
«Estados Unidos y sus socios enfrentan desafíos costosos que serán más difíciles de manejar sin un esfuerzo concertado para reducir las emisiones y el calentamiento de los límites», se lee en uno de los informes.


Estos informes, a su vez, se lanzan prácticamente una semana antes de que los países de todo el mundo se reúnan en la vigesimosexta Conferencia de las Partes (COP26), que tendrá lugar en Escocia y donde se espera que se puedan cerrar brechas significativas, como la falta de financiamiento climático, los mercados de carbono o la falta de ambición en las acciones de mitigación y adaptación.
En líneas generales, el informe encargado a la Oficina de Inteligencia Nacional destaca que cambio climático exacerbará cada vez más una serie de riesgos para los intereses de seguridad nacional de EE. UU. En concreto, desvela que estos son el “aumento de la tensión geopolítica a medida que los países discuten sobre quién debería hacer más y con qué rapidez y competir en la consiguiente transición energética, tensión transfronteriza a medida que los países aseguran sus propios intereses y desestabilización a nivel nacional”.
Los once países son Colombia, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Haití, Afganistán, Birmania, India, Pakistán, Irak y Corea del Norte
Asimismo, identifica once países de «gran preocupación», además de dos regiones enteras África Central y las islas del Pacífico, al ser «enormemente vulnerables a los efectos físicos» de la crisis climática y por no “tener la capacidad suficiente para adaptarse».
«En estos once países es especialmente probable que haya temperaturas cada vez más calientes, incidentes climáticos extremos y perturbaciones en los patrones del océano que amenazarán su seguridad energética, alimentaria, de agua y sanitaria», advierte el documento, que insiste en que Estados Unidos debe ayudarlos con el objetivo de «mitigar riesgos futuros para los intereses nacionales».
Por su parte, el informe de la Casa Blanca se centra en lo que predice que serán las «decenas de millones de personas que probablemente serán desplazadas durante las próximas dos o tres décadas debido en gran medida a los impactos del cambio climático».
En la actualidad, los datos del Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC) revelan que aproximadamente el 75% de los nuevos desplazamientos internos durante el 2019 se debieron a desastres naturales. Aunque se trate de una cifra que no ilustre con precisión los desplazamientos climáticos, si ofrece una pincelada a los movimientos que causan algunos de los impactos de la crisis climática.


En este sentido, concluye que los instrumentos legales de Estados Unidos para proteger a personas desplazadas son «limitados» e insuficientes para acomodar a quienes huyen de los «impactos del cambio climático».
Por eso, la Casa Blanca debería trabajar con el Congreso para explorar posibles nuevos programas migratorios destinados a ayudar a esa población, señala ese análisis, que el presidente Joe Biden ordenó elaborar el pasado febrero.
El documento también recomienda explorar reformas al programa de Estatus de Protección Temporal (TPS), creado en 1990 y por el que Estados Unidos concede permisos de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales.
Ese programa, recalca, es «limitado» porque no protege a las personas que llegan después de la fecha en la que se establece la protección, y porque no contiene una vía para acceder a la residencia permanente o la ciudadanía. El documento también alerta de que la migración generada por el clima podría aumentar la inestabilidad política, al exacerbar la xenofobia y los discursos de odio de ciertos actores políticos.
Por último, el informe elaborado por el Pentágono hace un caso especial de la región del Indo-Pacífico. Según expone, el aumento del nivel del mar y el clima extremo podrían poner en riesgo la “infraestructura de guerra” de Estados Unidos, por ejemplo en Guam, las Islas Marshall y Palau, donde Estados Unidos tiene una presencia militar significativa.
El texto no da detalles sobre los desafíos concretos que enfrenta Colombia, pero en el caso de Centroamérica, especifica que la sequía prolongada y las lluvias excesivas han «devastado» las cosechas, que van a seguir «bajando significativamente debido al cambio climático» en Guatemala, Honduras y Nicaragua.
El aumento de las lluvias y los ciclones podría aumentar, además, la contaminación de fuentes de agua y la incidencia de enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue en Guatemala, Honduras y Haití, según el documento.
En general, «es probable que el cambio climático contribuya al estrés económico y social y se convierta en un factor creciente que empuje a la migración, especialmente para los agricultores pobres en Centroamérica, que componen el 30 % de la población activa», indica el informe.
En cambio, «Brasil y México tienen una capacidad mayor» que muchos otros países de «adaptarse a los cambios» generados por la crisis climática, concluye el documento, sin dar más detalles.
