Un nuevo estudio internacional que hace uso del Big Data concluye que aproximadamente la mitad de las aguas residuales mundiales se tratan, en lugar de la estimación anterior del 20%, y que de las aguas regeneradas tan solo el 11% se reutiliza



La mitad de las aguas residuales generadas en todo el mundo se vierten sin tratamiento al medio ambiente, un dato desalentador para celebrar y es que el porcentaje de aguas tratadas ha crecido del 20 al 48% en las últimas décadas según un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Utrecht y la Universidad de las Naciones Unidas.
La mejora continua y asequible de la gestión de las aguas residuales ofrece oportunidades tanto para la reducción de la contaminación como para el aumento del suministro de agua limpia, al tiempo que se promueve el desarrollo sostenible y se apoya la transición a una economía circular.Beneficios acrecentados en esta época pandémica en el que las depuradoras se han convertido en una herramienta esencial de alerta temprana epidemiológica para anticipar y medir la evolución de la prevalencia y avance de los contagios por SARS-COV-2 en las poblaciones.
Este estudio tiene como objetivo proporcionar la primera perspectiva global integral y consistente sobre el estado de la producción, recolección, tratamiento y reutilización de aguas residuales domésticas e industriales.
Los investigadores estiman que 40.700 millones de m3 año de aguas residuales se vierten sin ningún tipo de tratamiento ni depuración y destacan diferencias sustanciales en la producción, recolección y tratamiento de aguas residuales per cápita en diferentes regiones geográficas y por nivel de desarrollo económico.
Por ejemplo, poco más del 16% de la población mundial en países de altos ingresos produce el 41% de las aguas residuales del mundo.
La reutilización de aguas residuales tratadas es particularmente significativa en Medio Oriente y África del Norte (15%) y Europa Occidental (16%), mientras que contienen solo el 5,8% y el 5,7% de la población mundial, respectivamente.
La mitad de las aguas residuales generadas en todo el mundo se vierten sin tratamiento, el equivalente a 70 millones de piscinas olímpicas cada año
Además los resultados también sirven como una línea de base para evaluar el progreso hacia muchos objetivos políticos que están conectados directa e indirectamente con la gestión de aguas residuales como los ODS.
Desafíos pendientes
Edward Jones, investigador de la Universidad de Utrecht y autor principal del estudio afirma que si bien los resultados muestran una perspectiva más optimista en comparación con trabajos anteriores, aún existen muchos desafíos. «Vemos que, particularmente en el mundo en desarrollo, donde probablemente ocurrirá la mayor parte del crecimiento futuro de la población, las tasas de tratamiento se están quedando atrás».
«En estos países en particular, es probable que la producción de aguas residuales aumente a un ritmo más rápido que el desarrollo actual de la infraestructura de recolección y las instalaciones de tratamiento. Esto plantea serias amenazas tanto para la salud humana como para el medio ambiente. Aún queda un largo camino por recorrer».
El principal problema, especialmente en el mundo en desarrollo, es la falta de recursos financieros para construir infraestructura para recolectar y tratar aguas residuales.
Este es particularmente el caso de las tecnologías de tratamiento avanzadas, que pueden ser prohibitivamente caras. Sin embargo, los autores destacan oportunidades potenciales para la reutilización creativa de corrientes de aguas residuales que podrían ayudar a financiar mejores prácticas de tratamiento de aguas residuales, informa en un comunicado la United Nations University.
Potencial del saneamiento para la reutilización
El estudio insiste en que la reutilización de aguas residuales tratadas ya es una fuente importante de agua de riego en muchos países secos, sin embargo, el hecho de que solo el 11% de las aguas residuales producidas a nivel mundial se está reutilizando, muestra grandes oportunidades de expansión afirma Jones.
«Pero el aumento de agua dulce no es la única oportunidad», dice Jones. «Las aguas residuales también tienen un gran potencial como fuente de nutrientes y energía. El reconocimiento de las aguas residuales como un recurso, en lugar de como residuos, será clave para impulsar un tratamiento mejorado en el futuro».Sin embargo, los autores enfatizan la importancia de un monitoreo adecuado de las plantas de tratamiento de aguas residuales, acompañado de una legislación y regulaciones estrictas, para garantizar que la reutilización de las aguas residuales sea segura.
Los autores también reconocen la aceptación pública como otra barrera clave para aumentar la reutilización de aguas residuales.