La humanidad sigue elevando su consumo de agua en un mundo destinado a padecer escasez de este elemento como consecuencia de factores como el cambio climático. En este contexto, un estudio realizado por Credit Suisse propone que los órganos públicos y privados unan fuerzas para hacer frente a este desafío con acciones que pasen por una mayor inversión en el sector



A pesar de llamarse planeta azul por la enorme cantidad de agua presente en su superficie, lo cierto es que este recurso representa solo el 0,023% de la masa total de la Tierra. Una minúscula cifra que disminuye aún más cuando se habla del agua disponible para el uso humano, que se sitúa en 0,007% del conjunto.
Lejos de lo que puede parecer, este valor ha sido más que suficiente para abastecer a toda la humanidad a lo largo de su historia. No obstante, desde la década de los años 50, el uso del agua ha aumentado de forma exponencial, poniendo en peligro el futuro de muchas personas que ven como cada vez se vuelve más complicado acceder a este derecho humano. De hecho, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), actualmente la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial.


Al aumento del uso de agua se suma el gran desafío mundial: la crisis climática, que amenaza con reducir aún más la disponibilidad de este recurso a través de los fenómenos extremos que está motivando, como de inundaciones devastadoras, sequías, olas de calor, ciclones, huracanes e incendios.
Por ejemplo, a nivel mundial, el número de sequías se ha multiplicado por cinco desde 1950, mientras que el número de inundaciones ha aumentado en 15 veces.
Por otro lado, tampoco hay que olvidar el aumento del nivel del mar asegurado entre 60 centímetros y 110 cm que prevé el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) para el 2100. Este hecho provocará millones de desplazamientos, así como una reducción considerable del porcentaje de agua que los humanos podrán utilizar en un futuro.
En este contexto, Credit Suisse ha lanzado un estudio en el que ponen de manifiesto la importancia que posee este recurso para la humanidad y donde han recordado la necesidad de actuar de los gobiernos y del sector privado para poder garantizar la continuidad del consumo de agua entre las personas.
El consumo del agua
Todo el mundo consume agua, pero dependiendo del nivel de urbanización de cada país, se observan diferencias notables entre regiones. Por ejemplo, En Estados Unidos, una persona puede hacer uso de unos 7.800 litros al día, mientras que, en algunas zonas rurales de África, el consumo diario promedio de agua es de 20-40 litros por persona. En España, una persona es capaz de utilizar unos 6.700 litros diarios.
Como parecen indicar estas estadísticas, un mejor acceso podría inducir a los consumidores a adoptar un enfoque excesivamente liberal respecto al uso del agua, que conlleve a la humanidad a una situación más extrema de estrés hídrico.


El valor del agua
Si bien el agua es una parte esencial de la vida, los consumidores pagan precios subsidiados, lo que distorsiona la economía a largo plazo de la financiación de proyectos. En el caso de España, los habitantes pagan 2,2 euros por metro cúbico, uno de los precios más bajos de Europa, muy por detrás de los tres o cuatro euros que se pagan en Francia o Alemania.
Para cubrir las inversiones necesarias en los próximos 10 años en España, la factura del agua tendría que incrementarse un 60%, de 2,2 euros el metro cúbico a los 3,62 euros por metros cúbico, lo que supone apenas 7 céntimos anuales por cada mil consumidos
El bajo precio pagado por el agua contrasta con las necesidades de inversión en la infraestructura hídrica a nivel mundial, que según el informe de Credit Suisse, se elevan desde siete mil millones de euros hasta 21 mil millones de euros para 2030.
“Al observar las inversiones del sector privado en los mercados emergentes, está claro que la inversión en agua se ha quedado rezagada y depende de la financiación pública, que prefiere invertir más en otros sectores, como el de transportes o el eléctrico”, explican desde Credit Suisse.
En el caso de España, según se observa en el informe Análisis de necesidades de inversión en renovación de las infraestructuras del ciclo urbano del agua, elaborado la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) y la Cátedra Aquae de la UNED, la necesidad de inversión anual en infraestructuras dedicadas al ciclo urbano del agua asciende a alrededor de 3.858 millones de euros.
Según Credit Suisse, la transformación pasa también por apostar por la economía circular y la sensibilización entre los consumidores en cuanto a su impacto en el estrés hídrico
Para que esta tendencia cambie, “el sector privado debe participar, con ayuda del público”, argumentan desde Credit Suisse. Eso incluye, según su criterio, asociaciones público-privadas, así como financiamiento innovador que combine los mercados de capitales con proyectos específicos a través de bonos verdes y azules.
“Como la escasez de agua es un problema cada vez más global, anticipamos que la infraestructura del agua será un tema de inversión creciente para el sector privado”, declaran desde Credit Suisse.
