Naciones Unidas pone el foco este 8 de junio en la necesidad de fomentar una mayor concienciación sobre el océano y las cuestiones de género. Pide una reflexión global sobre hacia la igualdad y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en todos los sectores relacionados con el océano



Los océanos cubren más del 70% de la superficie terrestre y sin embargo solo un 1% de este territorio está oficialmente protegido. Estos ecosistemas, que concentran entre el 50% y el 80% de la vida en al Tierra, suponen un elemento clave para la sostenibilidad del planeta y para la propia supervivencia de la especie humana. No hay que olvidar que son los pulmones del mundo, ya que generan más del 50% del oxígeno que respiramos, regulan el clima y son una fuente clave de alimentos.
Cada 8 de junio celebramos el día de esta parte esencial de la biosfera con el objetivo de crear conciencia y dar visibilidad a los desafíos a los que se enfrentan estos gigantes de agua.
Naciones Unidas hace un llamamiento para fomentar la igualdad de género en la investigación científica marina, la pesca y la formulación de políticas para el sector
En este sentido, Naciones Unidas invita a la población mundial a trabajar en las posibles formas de promover la igualdad de género en actividades como la investigación científica marina, la pesca, el trabajo en el mar, la migración que se realiza por mar y la trata de personas, así como la formulación de políticas y gestión. El fin es alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5, la igualdad de género.
La invasión del plástico
Existe un enemigo silencioso que está poniendo en riesgo la salud de los océanos: los plásticos. Décadas de un uso excesivo y el aumento del consumo de productos de un solo uso ha llevado a una catástrofe ambiental mundial. Actualmente, más de 13 millones de toneladas de plástico se filtran en el océano cada año, lo que supone la desaparición directa de 10.000 especies marinas.
Además, si bien los plásticos tardan décadas o siglos en descomponerse, aquellos que ya lo están haciendo están contaminando la cadena trófica mundial. Estos plásticos se convierten en los llamados micro plásticos, que son ingeridos por los animales marinos, incluidos los que el propio ser humano consume. El resultado: enormes riesgos para la salud, dado que los productos del mar son la principal fuente de proteínas para al menos una de cada cuatro personas en el mundo.
Bosques de agua
Actualmente, la incidencia de estas masas de agua en la vida del hombre es capital, ya que proporcionan más del 50% del oxígeno que respiramos. Esta generación se produce gracias a la acción de organismos minúsculos llamados fitoplacton y de la fotosíntesis que realizan.
Y es que, además de enriquecer nuestro aire, los océanos absorben el 25% del CO2 que genera anualmente la acción humana. Un volumen que cada vez cobra más relevancia dadas las amenazas de supervivencia que sufren las selvas y bosques tropicales.
En este sentido, Naciones Unidas destaca que “el conjunto de los ecosistemas costeros que actúan como sumideros de carbono, como los manglares, las marismas salinas y las praderas submarinas, pueden contener una cantidad de carbono cinco veces superior a la de los bosques tropicales”.
El Gobierno aprobó ayer en Consejo de Ministros los objetivos ambientales del segundo ciclo de las estrategias marinas españolas. Estas estrategias constituyen el instrumento básico para la protección ambiental del conjunto de las aguas marinas bajo jurisdicción española, que abarcan más de un millón de kilómetros cuadrados, la segunda mayor superficie marina en la UE, sólo superada por Portugal.
España cuenta con cinco estrategias marinas, una para cada una de las demarcaciones en las que se dividen los mares españoles: noratlántica, sudatlántica, canaria, levantino-balear y Estrecho y Alborán.
Las estrategias se agrupan en tres grandes categorías. Dentro de la primera, están aquellos objetivos que procuran la conservación de la biodiversidad marina, evitando su deterioro y recuperando los ecosistemas marinos dañados.
La segunda categoría busca prevenir y reducir los vertidos al mar, para eliminar progresivamente la contaminación del medio marino. En este grupo se han incluido objetivos nuevos, como los que buscan la reducción de la cantidad de microplásticos y de plásticos de un solo uso más frecuentes, o el destinado a la reducción del impacto del ruido submarino.
Finalmente, la tercera garantiza que los usos y actividades humanas en el mar sean compatibles con la preservación de su biodiversidad.
