Ante la tremenda sequía que atraviesa el Parque Natural de Doñana se ha iniciado el llenado artificial de algunas de sus láminas de agua para preservar la avifauna y dinamizar las visitas



Ante la tremenda sequía que atraviesa Doñana se ha iniciado el llenado artificial de algunas de sus láminas de agua para preservar la avifauna y dinamizar las visitas.
El Espacio Natural de Doñana, ante la ausencia de precipitaciones, está procediendo al llenado artificial de la laguna del Centro de Visitantes José Antonio Valverde, en Aznalcázar (Sevilla), como refugio de fauna y también como elemento dinamizador para las visitas.
La laguna, diseñada con este doble objetivo, fue inaugurada junto con el centro de visitantes en 1994, con motivo del 25 aniversario de la declaración del Parque Nacional de Doñana.
Desde entonces, según ha informado el Espacio Natural de Doñana, sus aproximadamente 64 hectáreas de superficie, donde se han naturalizado diferentes ambientes marismeños, se han convertido en lugar de estancia y reproducción de multitud de especies de aves acuáticas que encuentran allí el hábitat ideal para desarrollar distintas fases de su ciclo vital.Alguna de las especies habituales en la zona se encuentra en peligro de extinción como la garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), o formando impresionantes colonias de crías como hace habitualmente el morito común (Plegadis falcinellus).
Otras especies que se ven con facilidad en la zona son los flamencos, espátulas, garcetas comunes, ánades reales, cigüeñuelas, archibebes, agujas, cernícalos primilla o águilas culebreras.
El centro de visitantes, al que acuden numerosas personas de manera particular o en visitas guiadas que realizan empresas de la zona, se ha convertido en un observatorio de aves que se alimentan, duermen o crían a escasos metros del equipamiento.
A pesar de su importancia como reserva de biodiversidad, Doñana ha perdido el 80% de sus humedales naturales en el último siglo.


Según un estudio reciente de SEO/BirdLife las lagunas permanentes han desaparecido y el paisaje de marismas es un auténtico secarral, lo que deja a la población de aves acuáticas invernantes con las peores cifras de los últimos 20 años, con poco más de 200.000 aves invernantes, y especies que en el último censo han visto colapsar sus poblaciones invernantes, como el pato cuchara común, el flamenco común, la cerceta común o el ánsar común.
Y son las poblaciones reproductoras las que peor suerte corren, con más del 80% de especies amenazadas con tendencias negativas, hasta límites próximos a su desaparición como, por ejemplo, el caso de la focha moruna, el aguilucho lagunero occidental o la pagaza piconegra, entre otras.
Restauración del arroyo El Partido en Doñana
El proyecto minimizará los efectos de las inundaciones de la margen derecha del cauce y conseguirá reducir los procesos de sedimentación de arenas en la marisma del Espacio Natural de Doñana favoreciendo la recarga natural del acuífero
El proyecto cuenta con un plazo de ejecución de 42 meses y 1.564.955,42 euros de inversión. De estos 42 meses, 23 serán de seguimiento para comprobar por parte del Instituto Geológico y Minero de España que se están favoreciendo de manera eficaz los niveles de recarga natural de las masas de agua subterráneas.
El proyecto tiene como objetivo principal la naturalización del arroyo El Partido y la recuperación de sus antiguos derramaderos para favorecer la recarga del acuífero Almonte-Marisma, a través de la llanura de inundación desarrollada gracias al proyecto Doñana 2005.
Mediante la restauración y naturalización del Arroyo, y su llanura de inundación, se minimizarán los efectos de las inundaciones de la margen derecha del cauce y se conseguirá reducir los procesos de sedimentación de arenas en la marisma del Espacio Natural de Doñana. Complementariamente, se analizarán los drenajes privados que vierten al citado Arroyo para establecer la idoneidad funcional de los mismos.
Las actuaciones previstas permitirán la restauración ambiental de 9,43 kilómetros del arroyo El Partido, la eliminación de 15,39 hectáreas de especies invasoras (cañaverales), la plantación de casi 3.000 árboles y arbustos autóctonos y un movimiento de más de 56.000 metros cúbicos de tierras para mejorar la circulación de los flujos en la llanura de inundación.
