La humanidad ha agotado sus recursos. Al menos los que la Tierra es capaz de proveer y renovar en un año. Hoy, 28 de julio es el llamado en inglés Overshoot Day o Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Este se determina según los cálculos de Global Footprint Network utilizando los datos de las Cuentas Nacionales de Huella y Biocapacidad. Este 2022, el Día del Sobregiro de la Tierra y el final del año están separados por 156 días y se adelanta un día con respecto al de 2021.
Pero, ¿qué es el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra? La fecha -que va cambiando año a año- marca el día preciso en que la demanda de recursos y servicios ecológicos de la humanidad en un año determinado supera lo que la Tierra puede regenerar en ese año. Actualmente para renovar todo lo que la humanidad exige a la naturaleza se necesitaría la biocapacidad de 1,75 Tierras. Este déficit va liquidando reservas de recursos ecológicos y acumulando desechos, principalmente dióxido de carbono en la atmósfera.


Actualmente 5.800 millones de personas, es decir, el 72% de la población mundial, viven en un país con déficit de biocapacidad y generan menos ingresos que la media mundial. Este día también nos recuerda que la persistencia de la sobrecapacidad, desde hace más de medio siglo, ha provocado una enorme disminución de la biodiversidad, un exceso de gases de efecto invernadero en la atmósfera y una mayor competencia por los alimentos y la energía. Estos síntomas se manifiestan a través de excesivas olas de calor, incendios forestales, sequías e inundaciones. Es importante recordar que el 60% de la huella mundial son emisiones de carbono. Para evitar un cambio climático galopante, debe ser cero antes de 2050, sin aumentar otras partes de la huella.
Deuda con intereses
Las presiones económicas ya se están haciendo visibles. Como muestra la investigación de Global Footprint Network, más de 3.000 millones personas ya viven en países que producen menos alimentos de los que consumen y generan menos ingresos que la media mundial.


Esto significa que tienen una capacidad alimentaria inadecuada y una enorme desventaja para acceder a los alimentos en los mercados mundiales. Si incluimos todos los recursos, no sólo los alimentarios, el número de personas expuestas a este doble reto asciende a 5.800 millones de personas.
La persistencia de 50 años de sobregiro significa que los déficits anuales se han acumulado en una deuda ecológica de 19 años de regeneración planetaria. El resultado es una degradación generalizada de los ecosistemas y una atmósfera llena de GEI. Pero no todo está perdido: si la humanidad retrasa el Día del Sobregiro de la Tierra seis días cada año, la humanidad estará por debajo de un planeta antes de 2050. Para seguir la senda preferible del escenario 1,5°C del IPCC, tendríamos que retrasar la fecha 10 días cada año.
Para lograr esto se necesitan cambiar los paradigmas, utilizar materiales que son emisores, a materiales que son secuestrantes de carbono. Esto es posible ya que existen muchas posibilidades, que además son económicamente viables para invertir el rebasamiento. Sin mencionar que es más probable que estas empresas aumenten su valor que los activos que contribuyen al rebasamiento.
Las ciudades son clave
El Global Footprint Network afirma que es posible retrasar el día de Sobregiro y menciona como ejemplos el reducir el desperdicio de alimentos a la mitad en todo el mundo, esto ganaría a la cuenta 13 días. También mejorar infraestructuras urbanas para bicicletas en todo el mundo al estilo de los Países Bajos Esto tendría el potencial de mover el Día del Sobregiro de la Tierra nueve días. Producir energía por medio de turbinas eólicas en tierra a un costo competitivo, como se practica en Dinamarca y Alemania, tiene el potencial de mover el Día del Sobregiro de la Tierra en al menos 10 días.
«La seguridad de recursos se está convirtiendo en un parámetro esencial de la fortaleza económica. No hay ninguna ventaja en esperar. Más bien, a toda ciudad, empresa o país le interesa proteger su propia capacidad de funcionamiento en un futuro inevitable de más cambio climático y limitación de recursos», afirmó Mathis Wackernagel, fundador de Global Footprint Network en Quito Ecuador durante la presentación del cálculo este 2022
«Las ciudades tienen la clave de la transformación hacia las infraestructuras limpias. Quito por su conservación de áreas protegidas, Santiago de Chile por su número de autobuses eléctricos, o Bogotá por sus carriles bici muestran ejemplos de cómo los gobiernos locales dan a sus ciudades una mejor oportunidad de tener un futuro sólido,» remarcó Sebastián Navarro, Secretario General de CC35, la Coalición de Ciudades Capitales de las Américas sobre el Cambio Climático.
El caso español
La iniciativa no solo calcula el promedio mundial de agotamiento de recursos, también lo hace por país. En España en 2022 el día que se agotaron los recursos fue el 12 de mayo, 13 días antes que en 2021. No todos los países alcanzan la deuda ecológica en la misma fecha: en 2022 en 2022 Qatar fue el primero en alcanzarla (10 de febrero) y Jamaica será el último (20 de diciembre).


En el caso de España el interés empresarial por revertir la huella existe, sobre todo en las empresas del agua. Un ejemplo es Agbar, una compañía que ha adoptado un papel activo en la reducción de la huella ecológica global. La estrategia climática de la empresa incluye implementar soluciones de eficiencia energética, la compra de energía verde con garantía de origen (GdO), la generación de energía renovable o el fomento de la movilidad sostenible.
En 2021, por ejemplo, Agbar redujo el 26,5% de sus emisiones totales potenciales (reduciendo sus emisiones potenciales de 701.377 toneladas de CO2 equivalentes a las 515.396 t CO2 eq. actuales). Esta diminución está debida principalmente por una mayor compra de energía verde, entre otras iniciativas. Así, el 99,4% de la capacidad de compra de la compañía está cubierta con energía eléctrica verde, equivalente al consumo anual de electricidad de cerca de 84.000 hogares. Además, en 2021, Agbar generó 90,02 GWh de energía eléctrica renovable, que proviene en un 89% del aprovechamiento del biogás, en un 9% de la energía solar fotovoltaica y en un 2% de turbinas hidráulicas.
Biofactorías y soluciones naturales
Otra estrategia para la compañía ha sido la implementación de tecnología y la digitalización. Agbar ha desarrollado la red Dinapsis que despliega soluciones digitales de referencia para la transformación digital de la gestión del agua y la salud ambiental de los territorios. La red Dinapsis promueve el desarrollo de ciudades inteligentes, resilientes y verdes, algo que la Global Footprint Network sostiene es esencial para retrasar el sobregiro de recursos.
La empresa del agua tiene una clara apuesta por la economía circular, con soluciones de residuo 0. Un ejemplo de ello son sus proyectos pioneros de la transformación de las plantas de tratamiento de agua en biofactorías. La biofactoría Sur de Granada, gestionada por Emasagra −parte del grupo Agbar−, es referente de economía circular en Europa. En estos lugares se busca regenerar agua para nuevos usos (riego agrícola o industrial), valorizar los residuos para nuevos recursos y producir energías renovables. De hecho Agbar consigue valorizar el 71,2% de los residuos generados en las plantas depuradoras y el 48,8% de los generados en potabilizadoras. Asimismo, Agbar reutiliza 128,7 hm3 de agua regenerada, de los que el 53% se destina a usos agrícolas.
Parques inundables como el de la Marjal -impulsado por Aguas de Alicante que también forma parte del grupo Agbar- resultan imprescindibles en el ámbito urbano. No solo por valor natural y ser refugio de la biodiversidad, si no también los servicios ecosistémicos que se generan. El parque de la Marjal, por ejemplo, ayuda a que Alicante enfrente mejor las inundaciones y como todo entorno natural, ayuda a absorber carbono y disminuir las temperaturas urbanas.
Para determinar la fecha del Día de la Sobrecapacidad de la Tierra para cada año, Global Footprint Network calcula la cantidad de días de ese año en que la biocapacidad de la Tierra es suficiente para proporcionar la Huella Ecológica de la humanidad. El resto del año corresponde a sobregiro global. El Día del Sobregiro de la Tierra se calcula dividiendo la biocapacidad del planeta (la cantidad de recursos ecológicos que la Tierra puede generar ese año), por la Huella Ecológica de la humanidad (la demanda de la humanidad para ese año), y multiplicando por 365, el número de días en un año: (Biocapacidad de la Tierra / Huella ecológica de la humanidad) x 365 = Día del sobregiro de la Tierra
