La mitad de EEUU se prepara para una prolongada sequía este invierno - EL ÁGORA DIARIO

La mitad de EEUU se prepara para una prolongada sequía este invierno

La sequía que lleva meses atenazando California y Colorado empeorará y se extenderá por gran parte de Estados Unidos durante este invierno, según la NOAA. Nuestro corresponsal Argemino Barro nos cuenta las causas y consecuencias de esta grave situación para el país americano


En las regiones occidentales y sureñas de Estados Unidos, el invierno suele traer un periodo de alivio. Las temperaturas ardientes de Arizona bajan a niveles soportables, los incendios de California remiten y Colorado se cubre de un apacible manto de nieve. Sin embargo este año, siendo 2020, el invierno promete ser un camino de obstáculos. Por un lado se teme una nueva ola de infecciones de coronavirus; por otro, la sequía que lleva meses atenazando la región, según la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA), va a empeorar.

Las condiciones secas “extremas y excepcionales”, en palabras de Mark Halpert, alto funcionario de NOAA, al New York Times, se han propagado desde el oeste de Texas a los estados de Colorado y Utah. Ahora mismo la sequía afecta al 45% del territorio continental de Estados Unidos y puede llegar a ser la más dura desde 2013. Los únicos estados que tendrán un invierno más frío, dicen las previsiones, son las Dakotas, Washington, Montana, el norte de Idaho y el noroeste de Minesota. En puntos de la región atlántica habrá previsiblemente más precipitaciones y menos tormentas de nieve.

Lago sobre la presa Hoover en el área recreativa nacional del lago Mead (Colorado).

Según el hidrogeólogo Scott K. Johnson, del portal Ars Technica, NOAA hace sus predicciones basándose en “una combinación de tendencias observadas, importantes patrones de cambios lentos y modelos de simulación”. La agencia suele hacer vaticinios de entre uno y tres meses; esta vez, sin embargo, sus pronósticos llegan hasta febrero de 2021.

La raíz de estos temores es La Niña: un fenómeno atmosférico que se da cuando la superficie del este tropical del Océano Pacífico se enfría más de lo que es habitual. La Niña, que es el polo frío y opuesto de El Niño, altera el ciclo de precipitaciones a intervalos de entre dos y siete años y suele generar, en el caso del suroeste de Estados Unidos, prolongadas sequías. En una estrecha franja al norte, en cambio, es posible que aumenten las precipitaciones. NOAA calcula que La Niña permanecerá con nosotros este próximo invierno.

En la Niña, la costa oeste de America se llena de agua fría que no emana humedad, por lo que los vientos que se mueven hacia el interior son secos e impulsan sequías | Foto: NASA

Las estimaciones de la agencia gubernamental se suman a un paisaje desabrido. Solo en California los fuegos han arrasado más de 17.000 kilómetros cuadrados. Parte de la catástrofe se debe a la gestión forestal, que ha permitido que los bosques se hicieran más densos y por lo tanto más vulnerables a los incendios. Desde 2011, el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California ha gastado 600 millones de dólares en retirar unos dos millones de árboles muertos. El otro motivo es la sequía, recrudecida por el cambio climático.

El estado más rico de EEUU ha experimentado este año seis de los siete incendios más grandes de su historia. Uno de ellos, el primer “gigaincendio” jamás registrado, devoró un territorio mayor que el estado de Rhode Island.

Vista del fuego declarado en Shaver Lake en el Sierra National Forest de California en septiembre de 2020. | FOTO: EFE/ Etienne Laurent

Colorado también ha batido su propio récord de fuego este año: dos veces. “Nuestra temporada de incendios de 2020 nos está demostrando que el cambio climático está aquí y ahora en Colorado”, escribió la doctora Jennifer Balch, directora del Earth Lab de la Universidad de Colorado Boulder. “El calentamiento está preparando el escenario para mucha más destrucción en una prologada temporada de incendios”. La intensidad de los fuegos en octubre ha sido tres veces mayor a lo que es habitual. Casi el 100% del territorio del estado está experimentando el estiaje.

Un estudio publicado en la revista Science sugiere que el suroeste americano podría estar al principio de una “megasequía”, parecida a las que se han dado a veces en el último milenio y que podían llegar a durar 40 años. De momento, las dos décadas aproximadas que van desde el año 2000 a 2019 han sido el periodo de sequía más prolongado desde hace 1.500 años.

Estas condiciones también han afectado al ganado. El menor tamaño de los pastos hace que los granjeros tengan que alquilar el acceso a otras tierras, lo cual encarece el proceso de mantenimiento del ganado; el grano sube igualmente de precio y esto, a su vez, abulta los costes de los vaqueros. Kevin Good, vicepresidente de CattleFax y analista del sector, considera que para 2021 habrá unas 300.000 cabezas menos de ganado bovino en Estados Unidos.

Búfaloss pastando en una pradera seca en el Parque Nacional Badlands (Dakota del Sur) durante la sequía.

Los ocho condados de Connecticut han sido declarados, por el Gobierno federal, como una zona de desastre, dado el severo impacto de la sequía en la producción agrícola y ganadera. Los granjeros podrán recibir ayudas del Departamento de Agricultura. “Connecticut ha estado experimentando condiciones de sequía durante varios meses”, declaró el gobernador, Ned Lamont. “Agradezco que el USDA [Departamento de Agricultura] haya aprobado esta designación y animo a los granjeros a que contacten con su oficina federal local para postularse para la asistencia”.

Al mismo tiempo, el año 2020 está a punto de ser designado el más caluroso que se ha registrado. Si no llega a batir la marca, según los expertos de NOAA, casi con toda seguridad quedará entre los tres primeros.

Mark Halpert aclara, sin embargo, que la predicción de una sequía larga no es 100% fiable. Hay parámetros que solo se pueden predecir con una o dos semanas de antelación y que por tanto no están incluidos en el cálculo. Por ejemplo, la Oscilación Ártica o la Oscilación del Atlántico Norte, dos fuerzas que determinarán la intensidad y alcance de las masas de aire congelado que suelen golpear el centro y el este de Estados Unidos.



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