El III Congreso Ibérico de Restauración Fluvial RestauraRíos, que se ha celebrado esta semana en Murcia, ha apostado por la concienciación e implicación de los ciudadanos como clave para lograr avanzar en la regeneración de los cauces españoles, de los que un 40% no presenta buen estado ecológico



En gran parte de los casos, los ríos en España no presentan un estado ambiental adecuado, debido a un uso intensivo y a una explotación de sus recursos que no tiene en cuenta la integridad de su funcionamiento como ecosistemas.
España cuenta con 135 reservas naturales fluviales en las que la acción humana no ha alterado su estado natural, pero más del 40% de los tramos de río de la península Ibérica «no cumplen con el buen estado ecológico que exige la normativa europea«, según afirma Francisco Martínez Capel, presidente del comité organizador del Congreso .
Los problemas que presentan los cauces españoles van desde la degradación de los hábitats y el estado de los caudales, los tramos urbanos de los ríos o en su llegada al mar, con un importante aporte de agua procedente de depuradoras «que no cuentan con tratamiento terciario adecuado».
El experto señala además que, más allá de lo que se impulse desde las diferentes Administraciones uno de los motores de la regeneración fluvial es la conciencia social.
En este sentido la información ambiental se ha destacado como un derecho al servicio de la ciudadanía a la que proporcionará conocimiento e información de calidad que le ayudará a exigir y buscar entornos más sostenibles.


El Ágora, diario del agua ha participado junto a Arturo Larena, director de EFEverde, y el periodista ambiental y editor del diario La Verdad, Miguel Ángel Ruíz en un taller sobre comunicación para la restauración ambiental en el que se ha instado a la comunidad académica, científica y a los periodistas a trabajar juntos para trasladar a la sociedad las necesidades del medio ambiente.
Los participantes han valorado el creciente interés de la sociedad, las empresas, las instituciones y los propios medios por la información ambiental, que “hace años eran de segunda”, ha reconocido Miguel Ángel Ruiz, periodista ambiental del periódico La Verdad de Murcia.
Ruiz ha destacado que no todos los periodistas están suficientemente formados y especializados y no todos los medios apuestan por igual por estos temas y eso hace que el medio ambiente «no ocupe la primera página por intereses económicos, sociales o políticos ni esté exento de presiones”.
Para María Santos, redactora especialista de El Ágora, la información ambiental tiene la dificultad añadida de tener que adaptar un mismo mensaje a los distintos canales mediáticos para llegar a todos los públicos.
Es responsabilidad de los medios de comunicación que apuestan por la información ambiental tener la capacidad de hacer llegar el mensaje y sensibilizar a todos los públicos, más allá del especializado o profesional, ya que son los lectores más jóvenes los que tomarán las decisiones del futuro.
“El creciente interés de la sociedad por los temas ambientales hace crecer también nuestra responsabilidad, porque de nosotros depende que el periodismo especializado tenga el lugar que merece”, ha señalado Santos, quien ha abogado porque la comunicación forme parte de todas las disciplinas, también de la científica.
Para el presidente del Centro Ibérico de Restauración Fluvial (Ciref), Tony Herrera, “si la sociedad está correctamente informada y sensibilizada, se puede implicar en los proyectos y decidir cómo quiere que sea el río que pasa por su territorio”.
RestauraRíos 2019, organizado por el Ciref y la Confederación Hidrográfica del Segura, ha crecido un 40% en asistencia y “ha cumplido el objetivo de retomar la restauración fluvial, un asunto que había quedado aparcado por la crisis”.
“Hemos constatado el impulso decidido de los organismos de cuenca y a partir de ahora debemos poner en práctica las lecciones que hemos aprendido aquí, generar nuevas experiencias y hacer un seguimiento de las actuaciones a largo plazo”, finalizó Martínez Capel.
La renaturalización del río Manzanares a su paso por la ciudad de Madrid ha sido un éxito medioambiental.
En apenas dos años se ha llenado el cauce de 50 especies de aves, centenares de peces y 2.000 ejemplares de árboles autóctonos -censados hasta el momento- que desde hacía décadas no se veían en esos 7,5 kilómetros de este río que nace en la sierra de Guadarrama, en el norte, y desemboca, tras 92 kilómetros de recorrido, en el río Jarama, en el término municipal de Rivas-Vaciamadrid, al sur.
El sonido de la naturaleza, la vegetación y la fauna autóctona han permitido que la ciudad recupere espacios, casi paradisíacos, que hacen de Madrid una ciudad más sostenible y respetuosa con la naturaleza.
