En estos momentos, hay un sección de de 787 kilómetros del gran río Amarillo de China congelados, una longitud equivalente casi al Ebro, el segundo río más largo de la península Ibérica y el más caudaloso. El insólito fenómeno, que sorprende al país asiático, da cuenta de la extraordinaria ola de frío polar que ha descendido hacia las latitudes medias del hemisferio norte en los últimos días



Hay ríos pequeños, hay ríos medianos, hay ríos grandes y … hay ríos mayúsculos. Por el corazón de China fluye el Amarillo o Huang He, un cauce que tiene una longitud de 5.464 kilómetros, mucho más de la distancia de Madrid a Moscú, lo que lo hace de él el sexto más largo del mundo.
El río Amarillo tiene tiene una cuenca hidrográfica de 750.000 kilómetros cuadrados, es decir, que los afluentes que vierten en él se extienden por una superficie igual a una España y media.
Ante tales dimensiones, nuestras perspectivas de habitantes de una península pequeña, como la Ibérica, enflaquecen.
Y es en ese contexto, de fenómenos geográficos de una dimensión que nos superan, es donde cabe entender la helada que estos días se extiende sobre el río Amarillo.


Mientras la nieve cae sobre España y alcanza volúmenes inéditos y cifras en los termómetros de récord, en el otro lado del hemisferio norte, sometido como nosotros a los rigores del invierno y de olas polares que fluctúan de latitud debido al cambio climático, acontecen fenómenos de alcance sorprendente.
Nada menos que que 787 kilómetros del río Amarillo se encuentran congelados ahora mismo, según informa el Ministerio de Recursos Hídricos de China. Para hacerse una idea, nuestro Ebro tiene una longitud de 930 kilómetros. De modo que, ahora mismo, cabe ver en China un cauce helado que casi llega desde Reinosa hasta Tarragona… una autopista de agua congelada y de una anchura que supera nuestras perspectivas.
El río Amarillo debe su histórico nombre a los sedimentos de tierra de loess que que arrastra a su paso y le dan su característica turbiedad y tonalidad. Pero en esta época de heladas, el frío separa el cauce en dos mitades, la refulgente zona helada y la que aún permanece líquida, plena de tonos cálidos y materiales de derrubio cada vez más concentrados.
Las secciones congeladas en las regiones autónomas de Ningxia y Mongolia Interior han alcanzado los 720 kilómetros cuadrados de extensión, una superficie de río helado que equivale a una tercera parte de la provincia de Guipúzcoa, lo que da una aproximación no solo de la longitud del cauce, sino también de su anchura.


Cambio climático
El tramo inferior del río, en la provincia de Shandong, se ha congelado por primera vez este invierno, con 4,6 kilómetros cubiertos ahora, según explican fuentes oficiales chinas.
No es una gran extensión en este caso, pero sí algo muy relevante si se tiene en cuenta que esa zona del tramo inferior se encuentra a una latitud muy sureña y a una altitud muy baja, que no ofrecen habitualmente condiciones para la congelación.
Todo ello da cuenta de la excepcional ola de frío polar que estamos viviendo en estos días en las latitudes medias del hemisferio norte y que han desplazado los frentes polares a zonas que habitualmente están al margen de ellos. Un fenómeno que lo expertos atribuyen a la alteración de pautas meteorológicas que el cambio climático está causando en el planeta.


Las nevadas de España estos días no indican un enfriamiento global, sino una manifestación de cambios de gran alcance causados por el calentamiento global. La nieve baja al sur mientras las altas temperaturas ascienden a latitudes boreales, en un fenómeno que solo puede causar graves distorsiones en equilibrios ecosistémicos establecidos desde la última glaciación.
Chen Yintai, un experto meteorológico del Gobierno chino, afirma que el río Amarillo se enfrenta a un peligro cada vez mayor por las inundaciones que pueden causar los atascos de hielo, ya que el aire frío ha espesado los témpanos de hielo y la sección congelada del río se ha expandido más rápido. Todo esto puede derivar el tramo líquido del cauce hacia las superpobladas orillas.
La comisión monitoreará de cerca las condiciones climáticas y los atascos de hielo en el río para garantizar la seguridad durante el período de congelación, aseguran las autoridades de China.
El río Amarillo, ahora helado, atraviesa el corazón del gigante asiático. Nace en la provincia noroccidental de Qinghai y atraviesa nueve provincias y regiones autónomas en el oeste, centro, norte y este del país. Ahora, es un témpano, una carretera de hielo de la extensión del mayor de nuestros cauces.
China, que hasta ahora se había negado a aceptar compromisos internacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, anunció a finales del año pasado su compromiso de llegar a 2060 con un balance neutro de carbono.
Son muchas las evidencias del calentamiento global que el país ya experimenta desde hace tiempo, pero este Ebro helado que hoy lo atraviesa por la mitad es paradójicamente, pese a su gelidez, la mejor prueba de ello.
