La reducción continuada de emisiones, la apuesta por las energías renovables, la gestión circular del biogas producido en los procesos de depuración y la compensación a través de proyectos sostenibles, han sido las estrategias clave para que Emasagra se haya convertido en la primera empresa del ciclo integral del agua en alcanzar la carbono neutralidad



El planeta tiene el objetivo de reducir a cero sus emisiones de gases de efecto invernadero en el año 2050. Y no es un objetivo opcional. Debe ser un compromiso global si queremos seguir viviendo en la Tierra tal como la conocemos. Los países están apostando por legislaciones ambiciosas que nos hagan cumplir con esta meta y cada vez más empresas son conscientes de su importante papel en el camino a la sostenibilidad. Muchas de ellas están siendo la avanzadilla en el cumplimiento de estos objetivos, demostrando un compromiso pionero y encomiable.
Es el caso de Emasagra, la Empresa Municipal de Agua y Saneamiento de Granada, participada por el Ayuntamiento de la capital e Hidralia (Grupo Suez), que se ha convertido en la primera empresa española 100% neutra en carbono en la gestión del ciclo integral del agua. En su preocupación por minimizar el impacto medioambiental en sus procesos e instalaciones, la empresa ya consiguió ser la primera en el sector en calcular su huella de carbono completa. Así, desde el año 2014 calcula y verifica este indicador de sostenibilidad que le ha permitido conocer los principales focos de emisión de la empresa y priorizar aquellos sobre los cuales es necesario actuar.
Emasagra también calcula y certifica su huella hídrica y de agua a través de normas internacionales. Sus depuradoras funcionan como una biofactoría, integrando los principios de la economía circular en su modelo de gestión, y son capaces de generar recursos de calidad a partir de los residuos.
La empresa ha conseguido ser carbono neutral aumentando la capacidad de producción y autocosumo de energía renovable, tanto en cogeneración -valorizando energéticamente el biogás que se obtiene del proceso de depuración- como en solar fotovoltaica e hidroeléctrica. Además, la energía restante necesaria es 100% renovable, ya que la entidad contrata desde 2016 energía con Garantía de Origen Renovable.
Paralelamente, Emasagra prioriza la reducción de emisiones año tras año y compensa las emisiones inherentes a los procesos de la organización que no pueden ser reducidas ni evitadas, para poder alcanzar neutralidad e carbono.
Para esta compensación, la empresa favorece el desarrollo de dos proyectos internacionales con un gran impacto en sus sociedades. En primer lugar el Proyecto MDL (Mecanismo de Desarrollo Limpio), bajo la metodología de Gold Standard, en Tailandia de captura de metano en una instalación de tratamiento de aguas residuales de una planta de almidón. Y en segundo, el Proyecto REDD+, que persigue la conservación de unas 1.800 Ha de la selva amazónica, evitando la deforestación. El valor añadido de la acción gira en torno a la generación de beneficios no solo ambientales, sino también socioeconómicos, como la creación de empleo, la capacitación técnica de las comunidades sobre agricultura sostenible, la prevención de incendios o la producción de productos no madereros.
Apuesta por la biodiversidad
Consciente de la importancia de la biodiversidad en el equilibrio de la empresa con su entrono, Emasagra ha implantado una serie de protocolos de protección como la eliminación de fitosanitarios, o acciones como la creación de un jardín de mariposas en la Biofactoría Sur, además de la instalación de hoteles de insectos para favorecer a las especies polinizadoras en sus instalaciones. Además, implantará el programa para el control de especies invasoras desarrollado por el Grupo Suez, BiObserva ‘Stop-invasoras’.El objetivo de esta iniciativa es controlar las especies invasoras en todas sus instalaciones de tratamiento de agua, contribuyendo así a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, más específicamente, al ODS 15, que pone el foco en detener la pérdida de biodiversidad.
Las plantas de tratamiento de agua son instalaciones que cuentan, en su mayoría, con zonas verdes en las que se puede encontrar flora invasora, especies de crecimiento rápido con gran capacidad de dispersión e invasión, sobre todo en medios acuáticos que son los que actualmente están sufriendo una mayor pérdida de biodiversidad.
El programa BiObserva ‘Stop-invasoras’ de Suez ofrece, a través de una metodología y herramientas propias (una plataforma web y una app móvil), toda la información necesaria para capacitar sobre cómo identificar especies, reportar observaciones, así como ejecutar y realizar planes de control y comunicación de especies invasoras en instalaciones. Además, contribuye a la sensibilización y conocimiento de la ciudadanía sobre esta problemática ambiental.