Equilibrar las demandas ambientales y humanas, clave del futuro del agua

Equilibrar las demandas ambientales y humanas, la clave del futuro del agua

Por primera vez un estudio global estudia el conflicto entre asegurar los caudales ecológicos necesarios para proteger la biodiversidad y el estrés hídrico al que está sometida la población y da claves para lograr el equilibrio entre estas dos demandas en competencia


La creciente demanda humana de agua y los cambios en la disponibilidad del recurso debido al cambio climático amenazan la seguridad hídrica en todo el mundo. Además, la explotación provoca estrés en los entornos de agua dulce, lo que conduce a la pérdida de biodiversidad y a la reducción de los servicios ecosistémicos.

Por primera vez, un estudio global estudia el conflicto entre asegurar los caudales ecológicos necesarios para proteger la biodiversidad y el estrés hídrico al que está sometida la población. Según los resultados del informe, publicado en The Lancet, garantizar una alta protección ecológica pondría a casi la mitad de la población mundial (3,2 mil millones de personas) bajo estrés hídrico durante al menos 1 mes al año.

Por ello, señalan que los responsables de la formulación de políticas y los gestores del agua deben realizar una compensación importante al asignar recursos hídricos limitados entre las necesidades humanas directas y el medio ambiente. Una mejor comprensión de las necesidades de los ecosistemas locales es fundamental para aliviar el estrés hídrico humano actual y futuro, al tiempo que se mantienen ecosistemas saludables.

El estudio señala que la demanda humana de agua en todo el mundo se ha multiplicado por seis durante el último siglo y sigue aumentando a un ritmo de alrededor del 1% anual debido al crecimiento de la población y las economías. La escasez de suministro de agua plantea graves riesgos para las personas, en particular a través de la seguridad alimentaria, la seguridad energética y los conflictos.

Por lo tanto, reducir el número de personas que viven con escasez de agua es una de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 sobre agua limpia y saneamiento. Además, el agua es esencial para mantener ecosistemas saludables, de los que dependen los medios de vida y el bienestar humanos. Dado que los suministros de agua se ven amenazados por el cambio climático, existe una necesidad creciente de equilibrar las demandas ambientales y humanas en competencia.

Con todo, las necesidades de caudales ecológicos para la mayoría de ecosistemas de agua dulce y estuarios aún se desconocen. El estudio afirma que, en la actualidad,  existe una gran variabilidad e incertidumbre en cuanto a la cantidad de agua permitida para el medio ambiente dentro de una cuenca fluvial y la cantidad que se puede poner a disposición para uso humano. A nivel local, se han derivado relaciones cuantitativas empíricas entre varios tipos de alteración del flujo y respuestas ecológicas, pero su transferibilidad a otros sitios y escalas mayores es limitada. «Una comprensión global del equilibrio entre el estrés hídrico para las personas y los entornos de agua dulce es esencial para lograr la resiliencia del agua a largo plazo de nuestras sociedades, mientras se mantienen o restauran ecosistemas saludables», señala el estudio.

Cálculo del estrés hídrico

Por todo ello, los investigadores han utilizado un  nuevo modelo hidrológico de código abierto, LISFLOOD, que calcula el estrés hídrico global a la resolución espacial de 0,1° (equivalente a 11, 1 km en el ecuador), con un intervalo de tiempo mensual. Para calcular los flujos naturales, han tenido en cuenta la escorrentía de lluvia en la red fluvial, así como varios procesos hidrológicos superficiales y subterráneos, incluida la intercepción de plantas, evapotranspiración, congelación del suelo, acumulación y derretimiento de nieve. Así, realizaron una simulación de 40 años para 1979-2018, excluyendo todas las influencias humanas, es decir, sin el efecto de los embalses y de todo el uso del agua.

Por otra parte, se calculó el consumo de agua mensual para la industria, cultivos agrícolas, ganadería, municipios y producción de energía con una resolución similar. Y calcularon entonces el estrés hídrico humano según distintas zonas geográficas.

Para todos los niveles de protección ecológica, la mayoría de las personas con estrés hídrico vivían en Asia y Oceanía (60% -89%), con proporciones elevadas en India (máximo 701 millones), noreste de China (401 millones) y Pakistán (111 millones). Debido a la gran cantidad de personas que enfrentan escasez de agua en Asia, la compensación entre el grado de protección ecológica y la población bajo estrés hídrico es más alta en términos absolutos en esta región.

La diferencia en el número de personas expuestas al estrés hídrico mensual entre una protección de caudal ecológico alta  y baja en Asia (incluida Oceanía) varió a lo largo del año, de 516 millones a 776 millones de personas por mes. Sobre una base mensual, esta diferencia varió entre 61 millones y 94 millones de personas en las Américas, 25 millones y 60 millones de personas en África y 35 millones a 91 millones de personas en Europa (incluidas Rusia y Turquía).



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