La reciente erupción de uno de los volcanes más peligrosos del mundo, el Monte Nyiragongo, ha destruido las redes de suministro de agua de la ciudad congoleña de Goma, obligando a sus habitantes a consumir agua de poca calidad. Unicef alerta de que puede disparar los casos cólera entre los niños



El Monte Nyiragongo, situado en el Congo, se presenta como uno de los volcanes más peligrosos del mundo, con uno de los lagos de lava en su cráter más voluminosos de la historia reciente. Junto al monte Nyamuragira, es responsable del 40% de las erupciones volcánicas en África, siendo la del 2002 la última más violenta.
En aquel evento murieron 250 personas y el calor y los gases dejaron a 10.000 más sin hogar. Aquella historia se repitió el 22 de mayo de este año con una nueva erupción que, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se llevó por delante la vida de 32 personas, incluidas siete muertas por lava y cinco asfixiadas por gases.


“Miles de personas huyeron de sus hogares a pie el sábado por la noche, cargando colchones y otras pertenencias mientras la lava fluía hacia Goma, quemando pueblos en el camino. Muchos de ellos fueron recibidos por familias de acogida en Goma y áreas circundantes, mientras que varios miles huyeron a través de la frontera hacia Ruanda”, relata en un comunicado la ACNUR.
Tres días después de la erupción, la mayoría de las personas desplazadas pudieron volver a sus hogares durante una jornada en la que también se evaluaron los daños ocasionados. Según los datos de ACNUR, dos aldeas fueron destruidas por completo por las llamas, las carreteras más importantes de la región fueron dañadas y el suministro eléctrico de una de las partes de la ciudad de Goma quedó totalmente inutilizado por la lava.
Sin embargo, lo que más temía ACNUR es que el suministro de agua quedase total o parcialmente dañado, un miedo que poco después quedó confirmado: las tuberías que transportaban el agua se derritieron por el calor y quedó dañado un enorme depósito de 5.000 metros cúbicos de agua. Un total de 200.000 personas, incluidos unos 100.000 niños, están afectados por el corte del suministro.
La falta de saneamiento y de agua potable es sinónimo de enfermedades. En concreto, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la deficiencia en estos servicios se vincula con 12 enfermedades potencialmente peligrosas y otras 14 de forma indirecta, siendo el cólera la más relevante de todas ellas.
Según la OMS, cada año se registran entre uno y cuatro millones de casos de cólera en el mundo y entre 21.000 y 143.000 defunciones por esta causa. La mayoría de estos casos se podrían reducir simplemente adoptando un criterio multidisciplinario centrado en la vigilancia, el agua, el saneamiento y la higiene, la movilización social, el tratamiento y la vacunación oral.De hecho, solo mejorando el acceso al agua potable, saneamiento e higiene adecuados, la OMS anunció una reducción del 60% de casos de cólera en todo el mundo. Con la desaparición de las redes de abastecimiento de agua potable tras la erupción, temen que los esfuerzos realizados puedan echarse por tierra.
“El cólera es particularmente peligroso para los muy jóvenes, los muy ancianos y los desnutridos, por lo que un brote podría tener consecuencias desastrosas para los niños”, señala In Hye Sung, especialista en emergencias del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
La situación en Buhene, un distrito arrasado por la lava a las afueras de Goma, ilustra el impacto de la escasez de agua. Cientos de allí tuvieron que hacer cola para recibir el agua proporcionada por un camión conectado a una bomba, como medida temporal.


UNICEF, junto con los socios humanitarios Caritas y AVUDS, fue una de las primeras agencias en transportar agua por camión a decenas de miles de personas desplazadas en las ciudades cercanas de Sake, Rutshuru y Minova, y ahora está haciendo lo mismo en Goma.
La operación de transporte por camión se ha intensificado con el objetivo de proporcionar suministros de agua de emergencia a unas 200.000 personas. Se reducirá una vez que la red de agua en Goma vuelva a ser parcialmente funcional.
Asimismo, como las epidemias de cólera anteriores en Goma comenzaron cuando los residentes recogieron agua sucia contaminada para beber, UNICEF instaló 15 puntos de cloración de estaciones de emergencia cerca del lago Kivu, cerca de Goma.
