La escasez de agua provoca protestas y represión en Irán

La escasez de agua provoca protestas y represión en Irán

La escasez de agua en todo Irán está afectando especialmente a la ciudad de Isfahan, donde desde hace un mes se están produciendo grandes manifestaciones para protestar contra la penuria hídrica que el Gobierno intenta reprimir


La escasez de agua en Irán ha acabado por colmar la paciencia de su población. Este país de Oriente Medio está sufriendo por culpa del cambio climático una falta reiterada de precipitaciones durante la última década que le han llevado a una situación insostenible en la que la organización meteorológica nacional estima que el 97% del país enfrenta ahora algún nivel de sequía.

Pero la situación es especialmente grave en la región del centro, donde la escasez crónica ha llevado a los habitantes de la ciudad de Isfahan a salir a las calles durante el último mes para protestar contra la gestión del Gobierno hasta que este último ha decidido reprimir duramente las manifestaciones el pasado fin de semana.

Las protestas se estaban produciendo con normalidad en torno al lecho casi seco del río Zayandeh de la ciudad de Isfahan, a unos 340 kilómetros al sur de la capital, Teherán, desde el pasado 9 de noviembre. Allí, los agricultores han estado criticando lo que consideran una mala gestión, ya que aunque el Gobierno de Irán está apuntando exclusivamente a la sequía como motivo la escasez de agua, la población local considera que además se debe a que las autoridades han estado desviando agua de la ciudad para abastecer a la provincia vecina de Yazd.

“No nos queda nada de nuestras tierras y medios de vida, solo estamos pidiendo nuestros derechos de agua”, asegura al New York Times Hassan Tavakoli, que es dueño de tres hectáreas de tierras agrícolas que alguna vez fueron exuberantes con cultivos de trigo, cebada y verduras. Pero ahora, la tierra lleva seca y estéril desde hace 15 meses, lo que ha obligado a este granjero de 41 años a vender su ganado para sobrevivir. Tras esta debacle, asegura que se sentía «obligado» a reclamar algún tipo de respuesta al Gobierno, al igual que otros miles de agricultores de Isfahan que han acudido a la capital regional, del mismo nombre, para protestar.

Durante dos semanas, el régimen de los ayatolás iraní había tolerado las manifestaciones, que pasaron de un puñado de agricultores a atraer a una gran cantidad de ciudadanos descontentos con la gestión de las autoridades, mientras según reporta Arab News los restaurantes servían sopa gratis a los manifestantes y la televisión estatal incluso transmitía entrevistas con agricultores que discutían sus quejas.

Sin embargo, después de que las protestas se extendieran por lo menos a otra ciudad, el viernes el Gobierno tomó medidas enérgicas violentas: según informa AFP, las fuerzas de seguridad disolvieron a la fuerza la concentración en el lecho del río de la ciudad alrededor de las 4 de la madrugada, mientras un grupo de agricultores tomaba té y charlaba sobre la estrategia de protesta alrededor de una fogata.

El general de policía Hassan Karami ha anunciado el arresto de 67 personas, a los que ha calificado de «principales actores y agitadores detrás de los disturbios», agregando que había entre 2.000 y 3.000 «alborotadores» en las protestas aunque las imágenes de la semana pasada indican un número probablemente mayor de manifestantes. Además, los civiles informaron de una interrupción de los servicios de Internet móvil en las áreas donde se estaban llevando a cabo las protestas, lo que fue confirmado por el regulador Netblocks.

Cambio climático y mala gestión

Uno de los principales culpables de esta situación que ha degenerado en protestas y represión es sin duda el cambio climático, que provoca alteraciones en los patrones de precipitaciones que azuzan los extremos hídricos.

Por el momento, en Irán, la sequía avanza impasible: la cantidad de lluvia en las principales cuencas hidrográficas del país entre septiembre de 2020 y julio de 2021 fue, en la mayoría de los lugares, sustancialmente menor en comparación con el mismo período del año pasado, según datos de la web del Ministerio de Energía.

Y aunque por el momento no es posible acceder a las cifras del gobierno para conocer las tendencias históricas, investigadores de los Estados Unidos han recopilado datos utilizando imágenes de satélite que demuestran que los primeros seis meses de 2021 estuvieron muy por debajo de ese promedio.

Según el Centro de Hidrometeorología de la Universidad de California en Irvine, el mes de enero de este año fue el más seco registrado desde 1983 y marzo fue uno de los más secos de toda la historia. En este sentido, la Organización Meteorológica de Irán estima que alrededor del 97% del país está lidiando con la sequía en algún nivel.

De hecho, ya hubo protestas de julio por la escasez de agua, en su mayoría organizadas por agricultores de la población de etnia árabe en la provincia de Juzestán, que también fueron reprimidas violentamente por el gobierno. Eso sí, en ese caso, como solución temporal, los funcionarios abrieron una presa y el agua fluyó de regreso al río, lo que ayudó a irrigar las tierras de los agricultores e hidratar el ganado.

Irán
Barcos de recreo en el cauce seco del río Zayandeh, el más grande de la meseta central de Irán.

En cualquier caso, Irán se está enfrentando a problemas cada vez mayores de escasez de agua debido a años de mala gestión. En el caso de Isfahan, el agua se ha desviado a través de tuberías subterráneas desde las tierras de cultivo hacia los complejos industriales en la provincia desértica de Yazd y para el agua potable a la ciudad religiosa de Qom. “

El cambio climático y la sequía son un catalizador aquí”, explica a la BBC Kaveh Madani, ex subdirector del Departamento de Medio Ambiente de Irán, que ahora trabaja en la Universidad de Yale y apunta que “el verdadero problema tiene sus raíces en décadas de mala gestión, mala gobernanza ambiental y falta de previsión, que ha impedido el prepararse para una situación como esta”.

Estos problemas han llevado al jefe del Departamento de Medio Ambiente de Irán, Masoumeh Ebtekara pedir una “revolución” en la agricultura para hacerla más eficiente, ya sea mediante la introducción de técnicas innovadoras de recuperación de aguas o mediante un mayor control y digitalización del regadío.

Si no se actúa cuanto antes, las consecuencias pueden ser catastróficas: en 2015, un experto ambiental llegó incluso a advertir que podría producirse un éxodo masivo de millones de personas si Irán no encontraba una solución a su escasez de agua.



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