La revisión de las normas europeas de saneamiento, una oportunidad única

La revisión de las normas europeas de saneamiento, una oportunidad única

EurEau, la Federación Europea de Asociaciones Nacionales de Servicios de Agua, considera que la revisión de la Directiva de tratamiento de aguas residuales urbanas de 1991 es «una oportunidad para desarrollar un nuevo marco político ambicioso» que permita a los operadores cumplir los objetivos del Pacto Verde


La Directiva de tratamiento de aguas residuales urbanas de 1991 es la piedra angular del sistema de saneamiento europeo. En esta normativa se definen los requisitos básicos para los sistemas de recogida y tratamiento de aguas residuales en la Unión Europea y, entre sus múltiples logros, ha sido una poderosa herramienta para organizar, estructurar y equipar el sector del saneamiento en todos los Estados miembro, provocado inversiones masivas en nueva infraestructura que han tenido muchos efectos positivos en la protección de la calidad del agua y la salud humana. Sin embargo, al tratarse de una Directiva de tres décadas de antigüedad, la revisión de la misma que está llevando a cabo la Comisión no solo es necesaria sino que puede suponer una «gran oportunidad» para adecuar los objetivos del sector con los del Pacto Verde Europeo.

Así lo considera EurEau, la Federación Europea de Asociaciones Nacionales de Servicios de Agua, que cree que la revisión en curso de la normativa es «una oportunidad para desarrollar un nuevo marco político ambicioso» que permita a los operadores cumplir los objetivos del Pacto Verde y adecuar la recolección, el tratamiento y la gestión de las aguas residuales a un futuro sostenible. Para ello, ha publicado este lunes un informe con propuestas y expectativas sobre esta revisión, que continuarán desarrollándose a lo largo de 2021.

Para EurEau, es imprescindible que la Directiva revisada aborde desafíos clave como la atenuación y la mitigación de los impactos del cambio climático, la economía circular, la reutilización de recursos y la protección y mejora de la biodiversidad acuática. Además, considera que los nuevos objetivos a alcanzar deben considerar en cualquier caso la asequibilidad de los servicios de agua, que incluye el largo ciclo de vida de los activos de recolección y tratamiento de aguas residuales y su inflexibilidad inherente para la adaptación o mejora.

«Cumplir las ambiciones de la sociedad dependerá de lograr el equilibrio adecuado entre el precio que pagan los consumidores por los servicios de agua y, al mismo tiempo, mantener asequible el acceso a los servicios de agua y aguas residuales, ya que estos servicios son esenciales para la vida y la salud«, asegura EurEau en el informe publicado este lunes. Y es que el agua es un elemento transversal para lograr las ambiciones europeas en materia climática y los ODS de la ONU, por lo que es «de suma importancia» asegurarse de que cualquier revisión normativa tenga en cuenta la capacidad de inversión.

Un agua adaptada al futuro

Una de las principales expectativas de EurEau con esta revisión de la normativa sobre aguas residuales es que el control de fuentes se considere un requisito previo para mejorar la protección de la salud pública, la mejora de la biodiversidad y la protección del medio ambiente acuático. Y es que este tipo de procedimiento permitirá que los proveedores de servicios de aguas residuales utilicen menos energía al evitar tratamientos avanzados adicionales. Además, el control de fuentes también conduce a lodos de alcantarillado seguros y agua tratada apta para la economía circular, y mantiene el acceso al agua a un costo asequible para los ciudadanos.

Pero, sobre todo, los operadores europeos consideran que es imprescindible que la nueva Directiva impulse iniciativas que mitiguen el cambio climático y permitan la adaptación a sus consecuencias en la realidad diaria del sector del agua. Para ello, creen que es necesario que haya auditorías obligatorias de energía y clima para las plantas de tratamiento de aguas residuales, con el fin de impulsar a los operadores hacia la neutralidad energética y de carbono con el objetivo de ser climáticamente positivos a largo plazo. Además, hace falta invertir más en innovación, tanto a nivel de diseño como de monitorización, para ser lo más eficientes posibles en términos de emisiones.

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En esta estrategia, también es fundamental la economía circular. Y es que, según apunta EurEau, «el cambio de un modelo lineal a un enfoque más circular traerá beneficios tanto ambientales como económicos». Por este motivo, los incentivos deben centrarse en la recuperación y reciclaje de residuos locales como las aguas residuales tratadas, que son ricas en valiosos nutrientes y carbono y podrían utilizarse más ampliamente para la regeneración del suelo y la recuperación de fósforo. Además, la reutilización de lodos en la agricultura se debería considerar un mecanismo para lograr el secuestro de carbono que ayuda a cumplir los objetivos climáticos.

Por último, la protección de los ecosistemas acuáticos y los recursos hídricos debe seguir siendo la ambición central de la Directiva revisada ya que, en coherencia con los objetivos de la Directiva Marco del Agua, tratar el agua para permitir condiciones favorables para la vida acuática es imprescindible. Sin embargo, para recuperar la biodiversidad, el tratamiento de aguas residuales debe combinarse con otras medidas, como la renaturalización de ríos, que generalmente están fuera del alcance de los proveedores de servicios de saneamiento.

Desafíos por resolver

El informe de EurEau hace también hincapié en los problemas restantes por solucionar de la revisión de Directiva de tratamiento de aguas residuales urbanas de 1991, tal y como la plantea la Comisión actualmente. En particular, los operadores animan al Ejecutivo a mantener algunos de los requisitos actuales en la nueva normativa, en particular las disposiciones estrictas sobre descargas de aguas residuales industriales a los sistemas de recogida de aguas residuales y EDAR para proteger a los trabajadores y los activos colectivos.

En este sentido, EurEau favorece un enfoque más amplio para la gestión del nitrógeno y el fósforo en el ciclo de las aguas residuales que tenga en cuenta el destino de los nutrientes a la tierra, el agua y el aire, así como las cargas de entrada que se reciben en la EDAR. Según los operadores, este enfoque más amplio es necesario para garantizar que los nutrientes se gestionen en coordinación con los objetivos de cambio climático y la economía circular.

EDAR, EurEau
Vista aérea de los decantadores de una planta depuradora (EDAR).

Por supuesto, otro de los grandes desafíos por resolver tiene que ver con la inversión. Actualmente, muchas de las redes de alcantarillado de las grandes ciudades europeas están envejeciendo o se están volviendo menos capaces de abordar el cambio climático y la urbanización, por lo que se deben realizar grandes inversiones para renovar o restaurar esas infraestructuras críticas para satisfacer las necesidades europeas de saneamiento. Por ello, se debería considerar la metodología de las «3 T» desarrollada por la OCDE, que propone que todos los costes deben recuperarse mediante tarifas, impuestos y/o transferencias. De hecho, el equilibrio adecuado entre estos tipos de financiación puede constituir colectivamente la base de una recuperación de costes sostenible, que debe reflejar la estructura de costes del servicio.

Por otro lado, EurEau reconoce que también hay espacio para mejorar e innovar en materia de gobernanza. En este sentido, el seguimiento, la presentación de informes y la información son clave tanto para la confianza pública como para el sólido desarrollo e implementación de políticas medioambientales, por lo que apoyan todas las iniciativas que mejoren la comprensión y la confianza del público en los operadores de aguas residuales y pluviales y la participación pública en la protección de los cuerpos de agua.

Las 6 prioridades de los operadores
  1. Hacer del control de la fuente el principio clave para la gestión de todo el ciclo del agua, incluida la gestión de las aguas residuales.
  2. Garantizar la financiación sostenible de los servicios públicos de aguas residuales garantizando la recuperación total de costes.
  3. Promover medidas de adaptación y mitigación al cambio climático
  4. Explorar el potencial de la economía circular
  5. Adoptar un enfoque holístico de microcontaminantes a partir de medidas de control en la fuente e implementar la responsabilidad ampliada del productor (EPR) para medidas de final de tubería en puntos calientes.
  6. Explorar soluciones sostenibles para abordar los desbordamientos combinados de alcantarillado y los escurrimientos de carreteras.


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