Llegan extensas lluvias de barro con el pico de la calima

Llegan extensas lluvias de barro con el pico de la calima

El «extraordinario» fenómeno de calima que la borrasca Celia ha impulsado a través de la península se mantiene coloreando de ocre el horizonte de buena parte de la península, un episodio que agrava la calidad del aire y amenaza ahora con intensas lluvias de barro


España se convirtió el martes en el país más contaminado del mundo por la invasión de aire sahariano cargado de polvo en suspensión que atravesó la península y que este miércoles permanece coloreando superficies y cielos de naranja, ampliando su extensión hasta Alemania.

Algunas ciudades como Ávila, Salamanca, Segovia o la propia Madrid tenían concentraciones de partículas inferiores a los 10 micrómetros (PM10) cercanas a los 1000 microgramos por metro cúbico (µg/m3). Estas cifras toman relevancia comparadas con el promedio diario que la Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende como saludable de 45 µg/m3. Se trata de datos superiores a los que se observan en China o India.

Las partículas del polvo en suspensión afectan considerablemente a la calidad del aire, dificultan la visión, crean irritación ocular y pueden causar problemas respiratorios.

Ante esta situación, con una calidad del aire entre desfavorable y extremadamente desfavorable las autoridades sanitarias recomiendan evitar las actividades físicas y los deportes intensos, tanto en espacios cerrados como abiertos, sobre todo para la población que padece problemas de tipo respiratorio.

Un operario utiliza agua a presión para limpiar uno de los leones del Congreso en Madrid de la arena de la calima. | Foto: EFE/ Chema Moya

Además, las autoridades también reclaman que se eviten los viajes por las carreteras principales y desplazarse por sus alrededores en los períodos en los que estas concentraciones suelen ser más altas, entre otras recomendaciones.

Sin embargo, la calima también tiene efectos positivos según señala Meteored. Entre otros, reduce la posibilidad de que se produzcan tormentas tropicales y es un fertilizante natural para el océano y los suelos. Además, reflejan la luz solar enfriando así la atmósfera y disminuyendo el calentamiento de la superficie del océano.

Este episodio de polvo sahariano, que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) califica de “extraordinario” por su intensidad, extensión y duración, alcanzará su máximo este miércoles en la Península, ascenderá por el continente, aunque en concentraciones mucho menores, hasta al norte de Alemania, y comenzará a disiparse el jueves.

 

Desde Aemet advierten de que la deposición de esta nube de polvo seguirá por gravedad en forma de polvo seco sobre las superficies y, dada la entrada de nuevas borrascas en la Comunidad Valenciana, Murcia, sureste de Castilla-La Mancha y Andalucía oriental, sobre todo, este miércoles se repetirán las lluvias de barro o ‘de sangre’.

La calima reducirá la producción fotovoltaica

Paneles solares
Paneles solares en el desierto. | Foto: Jenson

La lluvia de barro provocada por el polvo en suspensión que llega desde el Sáhara y que ha cubierto este martes buena parte de la Península también se deposita en las plantas de energía solar, tanto las termosolares como las fotovoltaicas, a las que podría generar pérdidas de al menos 225.000 euros diarios, según estima empresa especializada en meteorología aplicada a la predicción energética Meteo for Energy.

En su análisis, ha considerado el precio medio de este martes, a 250 euros el megawatio hora, y que las plantas termosolares con almacenamiento pueden estar operando en esta época del año alrededor de 18 horas, por lo que calcula que estas podrían tener unas pérdidas de unos 225.000 euros diarios.

No obstante, precisa que las energías más perjudicadas por esta situación meteorológica adversa son las plantas solares, tanto la fotovoltaica como la termosolar, ya que ambas disponen de un campo solar que capta la radiación, pero con la lluvia de barro este campo se ensucia y se reduce considerablemente la energía convertible en electricidad.

Además, añade que en el peor de los casos esta reducción puede producir una inoperatividad de la planta, al no contar con la energía suficiente para arrancar los inversores o generar el salto térmico en el ciclo de vapor.

Por ejemplo, en una planta de 50 megawatios estos eventos acompañados de lluvia pueden generar barro en el campo solar e incluso puede llegar a parar la producción durante aproximadamente tres días.


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