La escasez de agua en Haití está aumentando el riesgo para la salud de los niños tres meses después de un terremoto masivo, con la preocupación de que el cólera pueda reaparecer en esta nación caribeña, que estaba en camino de erradicarlo



Haití, uno de los países más pobres del mundo, no encuentra respiro a su complicada situación. El pasado agosto, un terremoto de magnitud 7,2 que destruyó más de 13.000 viviendas y dejó más de 2.200 fallecidos allanó el camino para que la tormenta Grace provocase inundaciones y desprendimientos de tierra, afectando también a unas infraestructuras hídricas que ya son las peores de toda América. En 2020, más de la mitad de la población rural del país todavía carece de acceso a agua potable, mientras que solo alrededor de un tercio de los haitianos tiene acceso al saneamiento básico.
Lo más grave es que está situación no solo está empeorando la escasez de agua en Haití, sino que está aumentando el riesgo para la salud de los niños, con la preocupación de que el cólera pueda reaparecer en una nación caribeña que parecía estar en el buen camino pra eliminar la enfermedad mortal, según ha alertado este lunes Save the Children. Y es que, desde el terremoto del 14 de agosto, una grave escasez de combustible se ha unido a una creciente inseguridad, obstaculizado los esfuerzos para restaurar los servicios básicos a miles de necesidades en todo el país.
Esta tormenta perfecta ha suscitado la preocupación de que se repitan los acontecimientos tras el devastador terremoto de 2010 en Haití que mató a 200.000 personas. Nueve meses después de ese desastre, se produjo un brote de cólera que duró años, afectó a 820.000 personas y provocó casi 10.000 muertes, algo que se debió en gran parte a la mala situación de los servicios de agua y saneamiento, ya que el cólera se transmite a través del agua contaminada y el riesgo de contracción aumenta cuando las personas carecen de fuentes de agua potable.


En este sentido, Save the Children asegura que la disminución en el acceso a agua potable podría poner en peligro el progreso logrado contra el cólera en Haití. Las comunidades en entornos urbanos como Puerto Príncipe han perdido el acceso al agua porque las bombas no funcionan debido a la escasez de combustible, mientras que la infraestructura en las áreas rurales de los departamentos de Sud y Grand’Anse todavía sufre los impactos del terremoto de 2010.
De hecho, incluso antes del terremoto de agosto, muchas comunidades rurales en esas áreas dependían del agua de lluvia y de las fuentes montañosas, mientras que las unidades de tratamiento de agua y los programas de transporte de agua, a menudo realizados por organizaciones no gubernamentales, proporcionaban agua potable a otros. Pero la escasez de combustible se ha reducido o detenido drásticamente estos servicios, abandonando a muchos haitianos a la inestabilidad de la meteorología local.
Agua para los niños
Perpetue Vendredi, subdirectora de país de Save the Children en Haití, considera que la amenaza a la salud de los niños debido a la escasez de agua no puede subestimarse. «En los tres meses transcurridos desde que ocurrió el terremoto, los desafíos que enfrentan los niños solo han crecido. Ahora muchos niños ni siquiera tienen acceso seguro a una de las necesidades humanas más básicas: el agua«, explica en un comunicado. «Las enfermedades infecciosas prosperan cuando el agua potable es escasa. Ya nos enfrentamos a una pandemia de COVID-19 y no podemos agregar a eso los brotes de enfermedades transmitidas por el agua», afirma.
Y es que, más allá del problema hídrico, los otros datos de desarrollo tampoco acompañan. Más de 4,3 millones de personas en Haití, es decir, uno de cada tres habitantes, ya no tienen suficientes alimentos al día, lo que teniendo en cuenta que es más probable que el cólera infecte y mate a los niños que sufren desnutrición, supone un riesgo añadido. Además, en todo el país, las instalaciones sanitarias no solo están dañadas, sino que carecen de recursos y de personal debido al terremoto, la escasez de combustible y la inestabilidad.


Según aseguran en el comunicado, Save the Children está desarrollando materiales de comunicación de riesgos para los residentes de Haití sobre comportamientos adecuados de agua, saneamiento e higiene (WASH), esenciales para evitar brotes de enfermedades transmitidas por vectores hídricos como el cólera. Desde agosto, esta ONG ha distribuido más de 500 kits de higiene y para bebés y está apoyando la rehabilitación y mejora de las instalaciones de agua y saneamiento en 19 sitios educativos en los departamentos de Sud y Grand’Anse, además de ayudar a rehabilitar las instalaciones de agua y saneamiento en dos centros de salud operativos.
Pero sus responsables reclaman una mayor atención de la comunidad internacional, que debe mediante la ayuda al desarrollo contribuir a superar la delicada situación hídrica de Haití. «Los trabajadores humanitarios deben tener acceso a los niños y las familias que más necesitan servicios, pero la comunidad mundial debe invertir en la recuperación total de Haití», apunta Vendredi.
