El agua, recurso imprescindible para la vida, es noticia estos días por la escasez hídrica que estamos viviendo no solo en España sino en muchas partes del planeta. Ante el reto del cambio climático, que cada día da más muestras de su avance, debemos utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para gestionar mejor el agua de la que disponemos. Las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, el Big Data o las redes 5G son avances que ya están en marcha para conseguir un uso más responsable y eficiente de los recursos hídricos y son el único camino para lograr que haya agua para todos, como persigue el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 de la Agenda 2030.
Para conocer cómo la tecnología está transformando los sistemas de suministro y saneamiento de agua, La Vanguardia celebró ayer una sesión sobre la gestión inteligente de los recursos hídricos, la llamada smart water, de la mano de dos referentes en la materia: Matthew Griffin, fundador de Fanatical Futurist, experto de prestigio internacional en innovación tecnológica y social, y Guillermo Pascual, director de Operaciones y Transformación Digital de Agbar, compañía pionera en la transformación digital de la gestión del agua.
Ambos profundizaron en los avances que están revolucionando el aprovechamiento de los recursos hídricos, con ejemplos que están a la vanguardia del sector y que en un futuro serán generalizados en la lucha por salvar el agua del planeta.
Naciones Unidas advierte de que en 2030, 129 países, desarrollados y en desarrollo, vivirán con un alto estrés hídrico y apunta a la posibilidad de que se desarrollen ‘guerras del agua’ para conseguir el ansiado recurso. Para no llegar a este futuro apocalíptico, Matthew Griffin habló de las soluciones tecnológicas que pueden ‘traer paz’ a la necesidad de agua de la humanidad: reutilización, digitalización, automatización y utilización de datos y modelos predictivos.
Desde robots que recorren las redes de distribución y son capaces de soldar fugas y campos agrícolas verticales que ahorran el 95% de agua, hasta intercambiadores impresos en 3D instalados en los tejados de los edificios que obtienen el agua directamente de la atmósfera o alimentos producidos en laboratorio sin huella hídrica, Griffin habló de soluciones que no son ciencia ficción sino que ya están en pleno desarrollo. Pero sin duda, el primer paso para el experto es la reutilización del agua. «España recicla el 12% del agua y es la tasa más alta de Europa. Hay mucho por hacer», afirmó.
Coincidió con él Guillermo Pascual, director de Transformación Digital de Agbar, compañía que apuesta por la reutilización de aguas regeneradas como solución clave para la escasez hídrica. El experto también destacó la necesidad de resiliencia frente a la situación opuesta: las inundaciones causadas por los cada vez más frecuentes eventos extremos. Aquí también la tecnología es la respuesta. «Debemos dotar a las ciudades de toda la capacidad a nuestro alcance a través de la digitalización y la inteligencia artificial para anticiparse, responder y recuperarse lo más pronto posible ante estos eventos hídricos extremos y, además, aprovechar esta agua para su reutilización», señaló.
Las tecnologías avanzadas en depuración garantizan una calidad cada vez mayor del agua regenerada, que permite su reutilización no solo para agricultura, riego y limpieza, sino también la posibilidad de crear «agua a la carta» para procesos industriales o para recargar los acuíferos y aumentar la disponibilidad de agua en un futuro.
Responsables con el planeta
Guillermo Pascual desgranó la estrategia Agbar4Climate, en la que la tecnología es protagonista, basada en cuatro pilares: la mitigación (a través de la reducción de la huella de carbono, la producción de energía verde y la eficiencia energética en sus plantas), la adaptación (con el desarrollo de planes urbanos de resiliencia, gestión de riesgos, protección de recursos hídricos, o preservación de la biodiversidad), la economía circular (a través del fomento de la reutilización, la conversión de plantas depuradoras en biofactorías y las soluciones de residuo cero), y por último los modelos responsables con el clima (como las soluciones basadas en la naturaleza, la digitalización o la agricultura sostenible).
Entre estos modelos responsables con el clima, el buque insignia de Agbar es la red Dinapsis, un modelo de inteligencia operacional que cuenta ya con nueve centros en España. La compañía espera acabar el año con más de 20 centros repartidos por todos el territorio nacional.


La red Dinapsis se ha convertido en un referente a nivel nacional e internacional en la gestión del ciclo del agua y la salud ambiental de las ciudades que permiten escalar y adaptar las soluciones digitales a las necesidades reales de cada territorio, facilitando así una óptima gestión de los recursos. Unen la ingente cantidad de datos obtenidos gracias a la digitalización de las operaciones y la experiencia de la empresa con procesos de inteligencia artificial y aplicación de modelización predictiva. El objetivo: tomar las mejores decisiones en la gestión sostenible del agua y el medio ambiente de las ciudades.
Además, Dinapsis es un espacio para la colaboración y las alianzas. «En este hub de cocreación participan ciudadanía, administraciones, universidades, startups y centros tecnológicos de manera activa en la búsqueda de soluciones para la ciudad frente al cambio climático». Se trata, en definitiva, de un modelo de colaboración público-privada abierto en continuo que permite sacar el máximo partido a las tecnologías y seguir progresando.
Entre algunas de las más avanzadas para mejorar la gestión de las redes de agua, Guillermo Pascual puso como ejemplo el sistema ‘Sound Water’ de Agbar que tiene registradas más de 35.000 grabaciones de sonidos de fugas detectadas por especialistas que, en función de un algoritmo de inteligencia artificial, permite detectar o prelocalizar una fuga sin necesidad de la intervención de un técnico.
Responsables con las personas
«El agua es fuente de vida, pero también es fuente de información», señala Guillermo Pascual, quien destaca que esta información debe ayudar a mejorar la vida de las personas. En los últimos dos años, los datos de las aguas residuales han ayudado a hacer frente al reto más inmediato de la humanidad, la pandemia de covid-19. Gracias a la red de vigilancia epidemiológica City Sentinel de Agbar se ha podido monitorizar la presencia del virus y prever con siete días de antelación las olas de la enfermedad, gracias a la concentración de trazas de material genético de este coronavirus en las aguas residuales, antes de pasar por los procesos de depuración.
«Hemos monitorizado la evolución de la pandemia en un grupo de población de 13,5 millones de personas en España dando información vital a las autoridades sanitarias para la toma de decisiones«, explicó Pascual.
También está siendo clave, y lo será aún más en el futuro, la información obtenida del consumo de agua gracias a la telelectura. «En un día obtenemos un volumen de datos equivalente al que antes teníamos en cuatro años de lectura, y esta información revierte en el ciudadano», señaló el director de Transformación Digital de Agbar.
Desde localizar posibles fugas, monitorizar la situación de una persona vulnerable si se detecta un consumo anómalo y dar la voz de alarma a las autoridades, hasta dirigir campañas de concienciación a la ciudadanía para promover el ahorro de agua, las aplicaciones de la telelectura son enormes.
En este sentido, Guillermo Pascual señaló que «todos los operadores del ciclo del agua estamos volcados en la telelectura y trabajando en un PERTE que lleve a España a liderar este campo, que será clave en el futuro de los recursos hídricos».
El camino del ‘agua inteligente’ ya se está recorriendo y los próximos años serán apasionantes. Sin duda llegarán más nuevas tecnologías que revolucionarán la gestión de los recursos hídricos y que lograrán, junto a las que ya están en marcha, que el agua siga siendo la fuente de vida de nuestro planeta.
