Las elevadas temperaturas han llevado al gigante asiático a tomar medidas urgentes frente a la grave sequía que amenaza los cultivos. Desde apagones eléctricos hasta sembrar nubes para conseguir que llueva, el gobierno chino intenta frenar los efectos de la catástrofe climática



El sur de China ha registrado su período sostenido más largo de altas temperaturas y falta de agua desde que comenzaron los registros hace más de 60 años, informó este martes el Ministerio de Agricultura chino. Además desde el 1 de agosto, más de 200 estaciones meteorológicas situadas en lugares como Zhejiang (este), Chongqing (centro), Sichuan (centro) y Shaanxi (centro) han registrado temperaturas superiores a los 40 grados.
Los ministerios de Agricultura y Asuntos rurales, Recursos Hidrológicos y el de Gestión de Emergencias, junto con la Administración Meteorológica del país, pidieron esfuerzos para «proteger las cosechas», amenazadas «gravemente» en las últimas fechas por un «rápido desarrollo de la sequía y altas temperaturas».
Cultivos en riesgo
Cuatro organismos chinos publicaron conjuntamente este martes comunicados de emergencia por la «grave amenaza» que la persistente ola de calor y la sequía que azotan al país suponen para la próxima cosecha de otoño. Las advertencias fueron lanzadas en las últimas horas la página web oficial del Gobierno chino. El aviso insta a la conservación de «cada unidad de agua» para proteger a la agricultura.


Desde julio, las precipitaciones en la cuenca del río Yangtze, el más largo de China y el tercero del mundo, han sido un 40% inferiores a las del mismo período del año anterior, marcando así un mínimo desde 1961.
«El rápido desarrollo de la sequía, superpuesto a las altas temperaturas y al daño por calor, ha causado una grave amenaza para la producción de cultivos de otoño», agrega el comunicado. El lago Poyang, el más grande de agua dulce en China está reducido a solo el 25% de su tamaño habitual. Los equipos de trabajo están cavando trincheras para mantener el flujo de agua a una de las regiones clave de cultivo de arroz del país.
El dramático declive del lago Poyang en la provincia sin salida al mar de Jiangxi, en el sureste, había cortado los canales de riego a las tierras de cultivo cercanas. Las cuadrillas, que usan excavadoras para cavar trincheras, solo trabajan después del anochecer debido al calor extremo del día, informó la agencia oficial de noticias Xinhua.
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Alimentado por los principales ríos de China, el lago Poyang tiene un promedio de 3.500 kilómetros cuadrados (1400 millas cuadradas) en temporada alta, pero se ha reducido a solo 737 kilómetros cuadrados (285 millas cuadradas) en la sequía reciente.
Según lo determinado por el nivel del agua, el lago está en declive desde el 6 de agosto y sufre una sequía nunca antes vista desde que comenzaron a tomarse registros en 1951. Los estudios hidrológicos anteriores a esa fecha están incompletos, aunque parece que el lago puede estar en su nivel más bajo nivel en la historia reciente.
China produce más del 95% del arroz, el trigo y el maíz que consume, pero una cosecha reducida podría significar una mayor demanda de importaciones en el país más poblado del mundo. Esto ejercería una mayor presión sobre los suministros mundiales que ya están en aprietos por el conflicto en Ucrania.
Soluciones
Los próximos 10 días son un «período clave de resistencia al daño» para la cosecha de arroz del sur de China, dijo el ministro de Agricultura, Tang Renjian el domingo, según el periódico Global Times.
Las autoridades «intentarán aumentar la lluvia» sembrando nubes con productos químicos y rociando cultivos con un «agente de retención de agua» para limitar la evaporación, dijo el ministerio de Tang en su sitio web. No dio detalles de dónde se haría eso.
La interrupción se suma a los desafíos para el gobernante Partido Comunista, que está tratando de apuntalar el decreciente crecimiento económico antes de una reunión en octubre o noviembre, cuando se espera que el presidente Xi Jinping intente adjudicarse un tercer mandato de cinco años como líder.
Apagón
Las temperaturas de hasta 45 grados centígrados han llevado a varias provincias chinas a imponer cortes de energía. Ya que las ciudades luchan por hacer frente a un aumento en la demanda de electricidad que se debe en parte a que las personas encienden el aire acondicionado.


Imagen: EFE/EPA/ALEX PLAVEVSKI
Las megaciudades de Shanghái y Chongqing han cortado la iluminación decorativa exterior, mientras que las autoridades de la provincia de Sichuan han impuesto cortes de energía industrial después de que los niveles de agua cayeron en plantas hidroeléctricas clave.
En la megaciudad suroccidental de Chongqing, hogar de 31 millones de personas, las autoridades declararon el lunes que todos los centros comerciales solo deben operar entre las 4:00 de la tarde y las 9:00 de la noche todos los días para reducir los costos de energía hasta que cambie la «temperatura y la situación de la oferta y la demanda».
En la vecina Sichuan, las autoridades extendieron el domingo los cortes de energía industrial y activaron su nivel más alto de respuesta de emergencia para hacer frente a la ola de calor. La energía hidroeléctrica generada en la provincia abastece a los consumidores domésticos y las fábricas, pero también a las potencias industriales de las provincias de Jiangsu y Zhejiang.
«Desde julio de este año, la provincia ha enfrentado las temperaturas más altas extremas, la precipitación más baja en el período correspondiente de la historia… (y) la carga de energía más alta de la historia», dijeron las autoridades locales.
Algunos de los fabricantes de automóviles más grandes del mundo, incluido el gigante japonés Toyota y Tesla, operan fábricas en Sichuan. La provincia también alberga fabricantes de piezas que son cruciales para las cadenas mundiales de suministro de automóviles.
Muchas fábricas importantes se vieron obligadas a detener el trabajo debido a los cortes de energía de Sichuan, que se suponía que terminarían el sábado pero se extendieron hasta este jueves, informó el medio de comunicación chino Caixin.
Los analistas han advertido que los problemas de energía de Sichuan podrían tener un efecto dominó en la economía china en general y en las cadenas de suministro internacionales.
Mientras tanto, otras áreas de China han sufrido inundaciones repentinas. Las inundaciones en la provincia noroccidental de Qinghai mataron al menos a 26 personas y dejaron cinco desaparecidas, informó el domingo la televisión estatal, citando a las autoridades locales.
Deslizamientos de lodo y ríos desbordados afectaron el jueves pasado por la noche a seis aldeas en el condado de Datong, según informes noticiosos anteriores. Unas 1.500 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares.
