En el Día Internacional de la Higiene Menstrual recordamos que millones de niñas y mujeres en el mundo tienen que abandonar sus estudios, son atacadas o tienen problemas de salud por no contar con un acceso seguro al agua y a instalaciones de saneamiento adecuadas



Cada 28 de mayo se celebra el Día Internacional de la Higiene Menstrual, una fecha importante para normalizar el período de las mujeres, desmentir mitos relacionados con la regla y recordar que este proceso natural, debido a razones culturales y materiales, supone un factor de desigualdad para niñas y mujeres.
Desde el punto de vista cultural, todavía en muchas partes del mundo el ciclo menstrual es tratado como un tema tabú y se alimenta de una cultura de vergüenza. Pero también significa para muchas niñas, que pueden tener su primera regla con 9 o 10 años, que ya están listas para casarse, mantener relaciones sexuales y ser madres.
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Así, el derecho al agua y al saneamiento, a tener un lugar seguro y privado para cambiarse y lavarse, vuelve a marcar la diferencia en la vida de millones de mujeres y niñas en el mundo.
Inseguridad y problemas de salud
Pero la falta de espacios seguros con agua limpia y saneamiento adecuado para las mujeres durante la menstruación no solo influye en su acceso a la educación. También aumenta el riesgo de sufrir ataques sexuales al tener que caminar grandes distancias solas en busca de un acceso al agua o a un inodoro, muchas veces de noche para no ser vistas por vergüenza.


Asimismo, el coste o la falta de costumbre de comprar toallas sanitarias o tampones hace que muchas mujeres, sobre todo en áreas más remotas y de difícil acceso, tengan que recurrir al uso de productos alternativos como cenizas, hojas y trapos durante su periodo, lo cual, acompañado de la falta de agua y saneamiento, puede provocar infecciones y problemas de salud en el sistema reproductor. Esto explica porqué la higiene menstrual es un elemento fundamental para el bienestar y la dignidad de la mujer.
Por ello, proveer a las comunidades de agua y saneamiento representa una oportunidad para hacer frente a los desafíos que plantea la higiene femenina, desmitificando la menstruación, promoviendo la participación de la mujer, fomentando el diseño de políticas inclusivas e implicándolas en el diseño de una infraestructura adecuada. Sin duda un gran reto para el agua en todo el mundo.
