El Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha anunciado un salto cualitativo en la política de gestión de infraestructuras hidráulicas que volcará los esfuerzos inversores en el mantenimiento de las ya existentes para modernizarlas y adaptarlas al cambio climático



Después de una tremenda tormenta, la que esta noche ha descargado lluvia torrencial y pedrisco en la ciudad de Alicante, la capital alicantina despertaba con normalidad haciendo gala de su resiliencia a los fenómenos meteorológicos adversos y lista para seguir debatiendo en el ‘Diálogo sobre futuro del agua’, que se desarrolla desde ayer en el Museo de Arte Contemporáneo.
En esta nueva jornada y con el objetivo de dar respuesta a si es posible un pacto de Estado para adaptar la política del agua al cambio climático, representantes de la administración central, autonómica, científicos y usuarios han coincidido en que conocimiento y tecnología hay para desarrollarlo y que, tan solo falta voluntad política de sentar las bases de la futura política hidráulica nacional que tiene que anticipar soluciones para los problemas que ya sabemos que vendrán en un futuro con muchos menos recursos hídricos.
» La planificación hidrológica tiene que ir por delante de cualquier otra planificación»
El secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Hugo Morán, ha destacado que la planificación hidrológica tiene que ir por delante de cualquier otra planificación que se desarrolle en cualquier territorio, por delante de la planificación agraria, industrial, turística o urbanística.
Esto, ha añadido Morán, tiene que ir acompañado de un cambio de paradigma en la gestión hidráulica que en España ha venido desarrollándose tradicionalmente a partir de la demanda y ahora hay que priorizar desde la oferta y el conocimiento de la disponibilidad de recursos existentes.
Sólo de esta manera, ha insistido, podremos trasladar certidumbre de presente y de futuro en la planificación y ser conscientes de que la mejor fuente de recursos hídricos para las generaciones venideras es aplicar hoy criterios de sostenibilidad a nuestra forma de usar el agua.


Como cuarta premisa inspiradora Morán ha destacado que la gestión de los recursos hídricos debe aproximar los conceptos de valor y precio. «Hablamos del principio de recuperación de costes que nos obliga a acercarnos a un mecanismo en el que cada quien pague por lo que consume, en que el agua no puede pagar rotondas ni teatros, todo es para reinvertir en agua y así, el mantenimiento de las redes e infraestructuras no dependería tanto de los ciclos económicos para asegurar la inversión necesaria en su adaptación a la nueva realidad climática”, señaló.
En este sentido ha anunciado que el país ya está tomando conciencia de un nuevo paradigma infraestructural que no pasa tanto por la construcción de nuevas infraestructuras hidráulicas sino en el correcto mantenimiento de las ya existentes para modernizarlas y adaptarlas al cambio climático. De manera que «queda inaugurado el mantenimiento de las obras”.
De hecho, ha anunciado la voluntad del Gobierno en el marco del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia de extender esta filosofía del mantenimiento al conjunto de infraestructuras que componen el ciclo integral del agua, “debemos empezar a pensar que España tiene infraestructuras modernas y adecuadas y que donde hay que volcar el esfuerzo es en su mantenimiento”.
Así, ha explicado, como desde el PTRR se ha priorizado este mantenimiento, por ejemplo, en reforzar la seguridad de grandes presas, reformando el reglamento de seguridad de presas para el que ya se ha puesto en marcha la dotación de recursos financieros.
En cuanto a los trasvases Morán ha señalado que la planificación del agua en España históricamente, desde los romanos, se ha basado en trasvases. La apuesta o no por estos mecanismos de gestión del agua “no se trata de una cuestión ideológica sino hidrológica y la ciencia es la que debe inspirar la planificación y la política hidráulica. Con trasvases abastecemos Vigo, Bilbao o Barcelona. Hay que descargar la parte ideológica que contamina algún trasvase concreto y legislar con desapasionamiento la planificación para incorporar certidumbre a la seguridad hídrica del futuro”.
«La planificación hidrológica tiene que anticipar soluciones a los problemas»


Jorge Olcina, Catedrático y Director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante ha insistido en la necesidad de apostar por un pacto nacional del agua de mínimos, donde las evidencias científicas y el conocimiento sienten las bases de una nueva planificación que anticipe las soluciones a los problemas de disponibilidad de recursos hídricos en calidad y cantidad que traerá el cambio climático.
Para el climatólogo la política del agua no puede basarse en una solución única, el nuevo escenario ya nos augura menos precipitaciones y lo que hagamos en esta década para una buena gobernanza del agua, por encima de las ideologías, va a ser determinante para garantizar la seguridad hídrica presente y futura que debe asentarse sobre la sostenibilidad y la gestión de la demanda a partir de la oferta. El agua tiene que ser un elemento de sostenibilidad real que marcará la estrategia del país en el siglo XXI, ha remarcado.
Olcina ha insistido en que “somos un país muy rico en la cultura del agua. Todo pasa por tener un esquema de pacto de mínimos que sirva gobierne quien gobierne y a partir de ahí, con el conocimiento y herramientas de la ciencia y la tecnología apostar por una planificación estratégica”
“Tenemos la oportunidad de anticiparnos a los problemas, si hay que reducir el trasvase porque hay menos aportaciones en las cabeceras hay que apostar a por todas las fuentes alternativas, soluciones hay, es una cuestión sólo de voluntad”, ha concluido.
Mollá ha destacado que el cambio climático nos obliga a planificar a muchos años vista y en una materia tan tensionada como el agua tendemos a planificar con una visión cortoplacista que en el caso del agua no vale. “Hemos pasado del principio de negación, al principio de resistencia y lo que hace falta es apelar al principio de oportunidad”.
Ha apostado por incorporar todas las alternativas al mix hidrológico y convertirlas en recursos reales logrando un sistema tarifario que garantice la asequibilidad. “La inversión y el coste tienen que hacer del agua un recurso y, para eso, tiene que tener un coste asequible”.


Es precisamente el precio del agua procedente de fuentes alternativas como la desalación o la reutilización para uso agrario lo que las convertirá en recursos reales para el sector agrario, que es el principal consumidor de agua para la producción de alimentos, según ha señalado Miguel Padilla Campoy, Secretario General de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
Padilla ha afirmado que las tensiones territoriales lastran un pacto nacional que dé respuesta al reto de lograr la sostenibilidad en el equilibrio entre el mantenimiento de las producciones agrarias y la disponibilidad de recursos hídricos.
La realidad es que el cambio climático está aquí y tenemos que buscar todas las soluciones disponibles. Padilla ha explicado que la pasada noche cayeron en Alicante casi 60 litros y se ha preguntado cuánta de esa agua se ha recogido para su posterior utilización; ante lo que ha apelado porque todas las soluciones sean financiables e implementables.