Los pronósticos de las agencias meteorológicas señalan que habrá un 90% de posibilidades de que La Niña haga acto de presencia sobre el Pacífico este invierno y que sus condiciones persistan hasta, por lo menos, hasta el primer trimestre del 2022



Por segundo invierno consecutivo, La Niña visitará el océano Pacífico y se quedará allí, por lo menos, hasta el primer trimestre del 2022, según las predicciones meteorológicas, que señalan que su estancia sobre esta masa de agua tendrá un impacto débil o moderado.
Pero ¿Qué significa esto? La Niña es la otra cara de la Oscilación de Sur y se podría considerar como un polo opuesto de El Niño que intensifica la afluencia de agua más fría de las profundidades del Pacífico tropical oriental, lo que provoca un enfriamiento a gran escala de la superficie del océano Pacífico oriental y central cerca del Ecuador.
Este enfriamiento dramático de las capas superficiales del océano afecta la atmósfera de la región al modificar el contenido de humedad en todo el Pacífico, lo que desemboca en un periodo lluvioso sobre Indonesia y Australia y unas condiciones secas en Brasil, Argentina y otras partes de América del Sur, así como en el sur de los Estados Unidos y el norte de México.
«Esta La Niña de intensidad moderada se puede ver en los datos de Sentinel-6 como un área de nivel del mar más bajo de lo normal a lo largo y debajo del Ecuador en el Pacífico central y oriental», explica Josh Willis, científico climático y oceanógrafo de Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, haciendo referencia a una imagen tomada por el satélite Sentinel-6 Michael Freilich.


Como curiosidad, esta es la primera Niña observada por Sentinel-6 Michael Freilich, que fue lanzado en noviembre de 2020. “El nuevo satélite nos está dando una gran imagen de esta La Niña. Con la publicación pública de los datos de calidad climática de la misión ahora estamos en una posición en la que Sentinel-6 Michael Freilich pronto podrá hacerse cargo del récord climático de aumento del nivel del mar, que se remonta a principios de la década de 1990″, señala Josh Willis.
En relación con el evento, Josh Willis comenta que esta La Niña probablemente signifique malas noticias para el suroeste de Estados Unidos, que debería tener lluvias más bajas de lo normal este invierno. “La Niña puede no ser una gran sorpresa, pero sigue siendo una señal no deseada para un área que ya está sumida en una sequía”, asevera el experto.
Según el Observatorio de la NASA, este evento de La Niña, que comenzó a finales del 2020, encaja en un patrón climático más amplio que ha estado sucediendo durante casi dos décadas: una fase fría (negativa) de la Oscilación Decadal del Pacífico (DOP). Durante la mayor parte de las décadas de 1980 y 1990, el Pacífico estuvo atrapado en una fase cálida de la DOP, que coincidió con varios eventos fuertes de El Niño. Pero desde 1999, ha dominado una fase fría.
En un informe publicado el 9 de diciembre de 2021, el Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos señaló que las temperaturas de la superficie del mar en noviembre en el Pacífico tropical oriental oscilaron entre 0,7 y 1,2 grados Celsius por debajo del promedio a largo plazo y 0,9 ° C por debajo del promedio en el Niño.
De cara al futuro, los meteorólogos esperan que el océano vuelva a tener unas condiciones neutras, con una confianza del 60%, de cara al verano del año que viene.