Después de tres años de sequía y con unas previsiones meteorológicas que no ven agua de lluvia hasta septiembre en Australia, Sidney ha comenzado este mes a restringir el consumo de agua, una medida que no se había aplicado en la última década



La escasez de lluvias y la sequía han obligado a las autoridades de la ciudad australiana de Sídney a reducir el suministro de agua, por primera vez en una década, coincidiendo con el inicio del mes de junio e impondrá multas para quienes violen la medida. El país comienza el día 21 la estación de invierno.
La ministra de Agua, Melinda Pavey, ha anunciado que estas restricciones se deben a que, tras tres años de sequía, los embalses australianos están a apenas el 53% de su capacidad. Ha advertido que los cortes del suministro podrían agravarse si el agua embalsada baja del 50%.
El pronóstico extendería las condiciones de sequía que han devastado la producción agrícola de Australia por tercer año
Ante esta situación las autoridades de Sidney han optado por prevenir y anticipar medidas de precaución. “Es vital que tomemos medidas tempranas y decisivas. El pronóstico más reciente de la Oficina de Meteorología está pronosticando una precipitación por debajo del promedio y temperaturas más altas de junio a agosto, que son los impulsores clave de una mayor demanda de agua”, ha señalado Pavey.
Las reglas prohíben el lavado de vehículos, embarcaciones y edificios, el uso de rociadores en patios, jardines, caminos y calzadas, sistemas de riego, así como el uso de piscinas.
Los residentes que violen la medida enfrentarán multas de 220 dólares (137 euros), mientras que las empresas pueden ser multadas con 550 dólares.
Mientras en Sídney los ciudadanos utilizan una media de 210 litros diarios, en Melbourne son 161 litros diarios
El gobierno de Nueva Gales del Sur, uno de los más poblados de Australia, también ha anunciado restricciones para las Montañas Azules y la región de Illawarra, limítrofes con Sídney.
Una encuesta hecha por Sydney Water encontró que más del 60% de los habitantes de Sídney desconocían la actual sequía y estimó que los residentes de esa zona usan alrededor de 11 mil millones de litros de agua a la semana.
