Las aguas residuales revelan pocos cambios en el consumo de drogas durante la pandemia

Las aguas residuales revelan cambios en el consumo de drogas durante la pandemia

El análisis de las aguas residuales es una herramienta de alerta temprana frente a los brotes de la Covid-19, pero su estudio, además, revela datos acerca de los hábitos de consumo de drogas durante la pandemia que reflejan picos de consumo de éxtasis en España


Las aguas residuales de las ciudades se han convertido en un indicador que refleja el estado de salud de la población o su exposición a contaminantes como pesticidas o plásticos, también hábitos de consumo de sustancias nocivas y drogas, lo que las convierte en un sistema de alerta temprana que permitirá implementar políticas de prevención u orientar las campañas de concienciación allí donde son más necesarias.

Así lo asegura la Red Española de Análisis de Aguas Residuales con Fines Epidemiológicas (ESAR-Net), en la que colabora el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), que ha conmemorado sus tres años de existencia con una jornada telemática en la que se han presentado estudios que avalan cambios en los hábitos de consumo de estas sustancias en las principales ciudades desde el inicio de la pandemia.

De esta forma, los análisis efectuados permiten asegurar que Bilbao es la ciudad de España donde más alcohol se bebe y que la cocaína y la marihuana son las drogas más consumidas en el conjunto del territorio español, aunque este año los científicos han encontrado picos ocasionales de presencia «muy alta» de éxtasis durante la pandemia.

Gracias al trabajo de la ESAR-Net, se ha evidenciado que la cocaína y el cannabis son las drogas más consumidas en España, según Lubertus Bijlsma, de la Universidad Jaume I y miembro de la ESAR-Net, que ha subrayado la relevancia de hacer muestras de mayor cobertura geográfica y a más largo plazo.

Rosario Rodil, investigadora de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), ha presentado los resultados preliminares del análisis de aguas residuales para medir el impacto de la pandemia en el abuso de sustancias nocivas como drogas, alcohol o tabaco.

Rodil ha destacado que no hay cambios importantes en el consumo de estas sustancias, aunque han detectado eventos específicos de concentraciones muy altas de MDMA (éxtasis) en las aguas residuales de España y Portugal.

Ester López, del IDAEA-CSIC, ha presentado los resultados de la estimación del consumo de tabaco y alcohol que han constatado que el consumo anual medio de alcohol en España es de 5,7 litros de etanol puro por habitante durante 15 años, tras analizar las aguas residuales de 17 plantas de tratamiento de 13 ciudades españolas en las que viven poco más de seis millones de habitantes.

El consumo de alcohol más elevado en España se ha dado, según este trabajo, en Cataluña y en Bilbao y su zona metropolitana, que ha sido significativamente más alto que en el resto de España.

En cuanto al consumo de tabaco, el análisis de las aguas residuales ha revelado que el consumo diario medio de nicotina es de 2,2 mg, el equivalente a 2,8 cigarrillos por persona y día.

Durante la inauguración de la jornada la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Azucena Martí, ha destacado la importancia de disponer de varios indicadores «que permitan seguir la evolución del consumo de sustancias de abuso, siendo el análisis de aguas residuales un indicador muy valioso«.

Un preciado indicador que, aplicado al control epidemiológico, se ha mostrado esencial para afrontar la segunda ola de contagios de la pandemia de coronavirus, ya que la presencia de trazas no infectivas del virus en las aguas residuales permite monitorizar la prevalencia viral en las ciudades y hasta, con un buen monitoreo por zonas, establecer zonas de riesgo para poder anticipar hasta en 10 días las decisiones sanitarias.

Los resultados obtenidos hasta el momento muestran en toda España claramente un incremento en las aguas residuales de la carga de restos virales a lo largo de esta segunda ola de la pandemia.

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Al analizar el agua de entrada de una estación depuradora de aguas residuales, y a partir de la concentración de la droga o de los metabolitos que se excretan en la orina, se puede estimar la cantidad de droga consumida por la población.

Esta metodología se aplicó por primera vez en 2011 y desde entonces el grupo internacional de científicos SCORE (Sewage analysis CORe group Europe), al que pertenece el Instituto de Evaluación Ambiental e Investigación del Agua (IDAEA) y  diversas instituciones universitarias, ha realizado análisis y recopilado datos de un número creciente de ciudades.

Los datos obtenidos, recopilados en un reciente estudio internacional, permiten conocer casi en tiempo real el consumo objetivo de las diferentes sustancias analizadas, un valor complementario a las prevalencias que se obtienen mediante otros indicadores epidemiológicos, así como las encuestas a la población o las estadísticas de decomisos.

La correlación de los datos obtenidos del control analítico de las aguas residuales a la entrada de la depurada demuestran el potencial de esta metodología como indicador complementario en las estimaciones de consumo de drogas y son un sistema de alerta temprana que permitirá implementar políticas de prevención u orientar las campañas de concienciación.

Este estudio destaca que la cocaína es la droga más consumida en las ciudades del sur y oeste del continente, incluida España, donde Barcelona es la ciudad con un mayor consumo de esta sustancia.

Entre las ciudades españolas monitorizadas en 2017 (Barcelona, Castellón, Madrid, Santiago de Compostela y Valencia), Barcelona es la que muestra un mayor consumo de todas las drogas, duplicando, por lo general, el consumo estimado en las otras ciudades.

Además de la estandarización de los controles analíticos a nivel internacional y el establecimiento de los patrones de consumo de drogas ya conocidas, el estudio  de las aguas residuales puede aplicarse a la detección de nuevas sustancias o psicoactivos de nueva generación que entren en circulación para que las autoridades sanitarias y policiales puedan contar con un sistema de alerta temprana.

La red ESAR-Net está formada por ocho grupos de investigación: el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC, la USC, Universidad de Salamanca, Universidad Rey Juan Carlos, IMDEA-Agua, CIDE (centro mixto CSIC, Universidad de Valencia y Generalitat Valenciana), Universitat Jaume I y la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.



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