Ingenio y talento podrían definir a la civilización china. Pero sin duda, los que fueron los grandes inventores de la historia destacaron además por la precocidad de sus capacidades. Mientras, el proceso evolutivo del Neolítico en el resto del mundo caminaba por una lógica común de un desarrollo primigenio de la agricultura y surgimiento de las primeras entidades sociales.
En las sociedades predinásticas chinas, al mismo tiempo evolutivo, encontramos algunas excepcionales evidencias de un progreso fuera de lo común. La ingeniería hidráulica de la cultura Liangzhu, conocida no hace muchos años, sitúa las primeras certezas de control del agua hace aproximadamente 5.100 años.
La cultura Liangzhu forma parte de los primeros núcleos sociales originarios de la civilización China que surgieron entorno al delta del río Yangtze. Hasta hace unos años Liangzhu era ya muy conocida por la gran abundancia de restos ornamentales y decorativos de jade.


En 2017, un equipo de investigadores y arqueólogos chinos publican un estudio en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences que expone las conclusiones de cuatro años de excavaciones en los territorios de la antigua ciudad de Liangzhu y sus alrededores.
El sorprendente resultado descubrió un complejo sistema de gestión del agua que retrasa el origen de la ingeniería hidráulica en cientos de años. La envidiable orografía jugó a favor del desarrollo de los campos de arroz. Las peculiaridades de este cultivo llevaron a idear sistemas con una complejidad inusual para la época. Se han contabilizado más de 300 hectáreas de infraestructuras entre presas, canales y diferentes sistemas para distribuir el agua.
Dos años después de la publicación del estudio arqueológico, el sitio de Liangzhu era incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Al igual que la gran mayoría de las culturas antiguas, Liangzhu utilizó la proximidad fluvial para asentarse en un lugar fértil y próspero. A priori la abundancia de agua podría ser más que suficiente para sustentar los cultivos de arroz si no fuera por la enorme inestabilidad de las lluvias monzónicas, que con los años se hicieron menos predecibles y más extremas.
La de Liangzhu era una sociedad muy bien estructurada, que prosperó gracias al control y gestión del agua
Muchos de esos primeros poblados se volvieron insostenibles en la gestión del agua y fueron abandonados. Algunas de estas micro sociedades de la cultura Liangzhu empiezan a diversificar sus cultivos y desarrollar mecanismos de control hidráulico con una tecnología novedosa. Las poblaciones comienzan a apostarse en las laderas altas de las montañas, desde donde proyectan todo un entramado de infraestructuras para canalizar el agua y su almacenamiento.
Presas y diques como los de Tangshan se extienden por al menos cinco kilómetros con una tecnología nunca fechada tan temprano. La complejidad del sistema hidráulico permanece también dentro de la propia ciudad de Liangzhu, que evidencia un nivel de planificación y diseño excepcional.


Los datos de la investigación estiman que unas 3.000 personas trabajaron durante ocho años para mover metros y metros cúbicos de tierra.
Del estudio de la cultura hidráulica en Liangzhu se concluye que un sistema tan organizado solo puede ser posible concebido como una obra colectiva y dirigida por un cierto gobierno señorial.
Los rituales de enterramiento y la avanzada tecnología en orfebrería demuestran una sociedad muy bien estructurada, que evolucionó y prosperó gracias al control y gestión del agua. Por todos estos elementos, salvo algún caso en el Neolítico mesopotámico, nos encontramos ante la primera experiencia hídrica integral de la historia.
Dujiangyan y el Gran Canal
No es de extrañar que con los precedentes ahora descubiertos la tecnología hidráulica china sea considerada como una de las más influyentes de la historia. El legado de Liangzhu se magnificó milenios después en monstruosas infraestructuras que cambiaron el paisaje del país para siempre.
Todas las civilizaciones de la antigüedad potenciaron el transporte acuático por su eficacia, rapidez y bajo coste. Pero fue China, una vez más, quién emprendió un camino novedoso. Se propuso diseñar una vía acuática artificial que cruzara el país de norte a sur. Una red de comunicación más segura que con el tiempo abaratara radicalmente el transporte, a pesar de la gran inversión en construcción y mantenimiento.
La experiencia acumulada de miles de años viviendo en las riberas de los grandes ríos chinos hacía que los ingenieros tuvieran unas capacidades extraordinarias. Yangdi, último emperador de la dinastía Sui, emprendió en el siglo VII el mayor proyecto de ingeniería hasta entonces construido.


El Gran Canal se convirtió en la arteria principal de la civilización china
Una red de canales que conectaban ríos y un perfecto diseño del trazado avivó el comercio y la prosperidad de muchas ciudades ahora conectadas con los grandes ejes comerciales del país. El éxito del proyecto se tradujo en una dotación de medios durante el trayecto, desde edificios destinados al descanso de tropas y almacenamiento de materiales, a pagodas donde rogar un buen viaje. El Gran Canal se convirtió en la arteria principal de la civilización china en un recorrido de casi 1.800 kilómetros que conectaba de arriba abajo todo el país.
El sistema de irrigación de Dujiangyan es la otra gran obra hidráulica de la antigüedad china. Solo a esta civilización se le podía ocurrir pensar en la remota posibilidad de contener sistemáticamente las crecidas de un río. Similares a las de Nilo, las crecidas del Min arrasaban la provincia de Sichuan con asiduidad.
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Sobre el papel la idea era fantástica, pero se trataba de meterle mano a una montaña obviamente recia y fuerte para excavar un canal en ella. Puesto que todavía no existía la pólvora -un invento chino, por cierto- el sistema que utilizaron fue encender grandes hogueras junto a la roca para calentarla y verter agua fría después, de modo que con el contraste térmico se generaran grietas donde poder picar. Más de ocho años tardaron en construir un canal interior de 20 metros de ancho, pero mereció la pena, ya que sigue funcionando en la actualidad. En el año 2000 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Queda demostrado tanto el talento como la premura para desarrollarlo de la civilización china. Sin duda, uno de los mayores ejemplos de progreso y evolución humana de la historia.


