Los líderes de la Coalición del Agua y el Clima de la ONU han hecho un llamamiento a una acción más urgente y unida frente a la alarmante evidencia científica del IPCC sobre las crecientes amenazas globales a la disponibilidad de agua



El cambio climático y el agua están íntimamente relacionados. El aumento de las temperaturas provocado por la emisión antropogénica de gases de efecto invernadero está íntimamente relacionado con el aumento de los extremos hídricos, como sequías e inundaciones, que condenan a poblaciones enteras y son uno de los principales motivos de migración. Ante está situación, los líderes de la Coalición del Agua y el Clima, una coalición de diferentes actores apadrinada por Naciones Unidas (ONU), han hecho un llamamiento a una acción más urgente y unida «para proteger a nuestra gente y a las generaciones futuras» frente a la nueva y alarmante evidencia científica del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las crecientes amenazas globales contra el agua.
Actualmente, casi la mitad de la población mundial experimenta una grave escasez de agua durante al menos una parte del año y se espera que esto empeore a medida que el cambio climático altere los patrones de precipitación y tenga mayores consecuencias para todo el ciclo del agua. Es más, los impactos de los cambios hidrológicos por el retroceso de los glaciares y el deshielo del permafrost se acercan al punto de no retorno.
La coalición insiste en que, a pesar de que tan solo el 0,5% del agua de la Tierra es utilizable y está disponible como agua dulce, en los últimos 20 años, el almacenamiento de agua terrestre (toda el agua en la superficie terrestre y en el subsuelo, incluida la humedad del suelo, la nieve y el hielo) se ha reducido a un ritmo superior al consumo humano total de agua por año. Esto tiene enormes ramificaciones para la seguridad del agua en el futuro, dado el aumento de la población y la degradación ambiental.
«Debemos liderar un cambio en la forma en la que nuestras sociedades y economías resisten mejor el cambio climático. Cambiar la forma en que usamos el agua es un camino para desarrollar la seguridad alimentaria, proteger la salud y los medios de subsistencia, promover la transición justa hacia la energía limpia, construir ciudades inteligentes con el agua y el clima, proteger el medio ambiente, construir economías resilientes, ayudar al mundo a alcanzar los ODS y cumplir compromisos climáticos globales«, han asegurado los líderes de la Coalición del Agua y el Clima en un comunicado.Eso sí, para hacer buenas políticas es necesario contar con una información completa. Reconociendo que «no podemos administrar lo que no medimos», los líderes de la Coalición del Agua y el Clima también se han comprometido a establecer un Sistema de Información Global del Agua para llenar los vacíos en datos confiables e información procesable.
«Necesitamos datos para entender cómo el cambio climático está afectando nuestros sistemas de agua; para entender dónde, cuánto y en qué calidad está y estará disponible el agua. Necesitamos información para saber dónde y cómo nuestras acciones pueden respaldar mejor nuestro acceso al preciado recurso y protegernos de peligros y desastres relacionados con el agua. Los datos también son clave para la toma de decisiones inteligentes», apuntan en el comunicado estos líderes de la Coalición del Agua y el Clima, que incluyen a los principales representantes de los países que son vulnerables al derretimiento de los glaciares, las inundaciones y las sequías, así como la ONU y las agencias de desarrollo, las empresas, la sociedad civil y la juventud. Entre sus tareas está proporcionar orientación estratégica sobre la integración de las agendas del agua y el clima y acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Agua, adaptación y vulnerabilidad
En cualquier caso, este comunicado de líderes de la ONU viene enteramente motivado por la publicación del nuevo informe del IPCC sobre Cambio Climático 2022: Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad, dónde se muestra la magnitud de la inminente crisis del agua y los inmensos desafíos para la gestión del agua. En concreto, el informe apunta que disponibilidad de agua del deshielo, una fuente importante para el riego en algunas partes del mundo, disminuirá, mientras que la pérdida de masa de los glaciares globales proyectada disminuirá la disponibilidad de agua para la agricultura, la energía hidroeléctrica y los asentamientos humanos a mediano y largo plazo.
En este sentido, insisten en la necesidad de proteger los glaciares, lo que incluye comprender el papel de los glaciares como una de las fuentes más críticas de agua dulce y unir fuerzas para preservar estos recursos a través del Año Internacional de la Preservación de los Glaciares, que se producirá en 2025. Además, se prevé que los cambios en la magnitud del caudal, el momento y los extremos asociados tengan un impacto adverso en los ecosistemas de agua dulce en muchas cuencas hidrográficas. Por otro lado, los daños directos por inundación aumentarán en magnitud con cada fracción de grado de aumento de la temperatura.


La adaptación a los riesgos e impactos relacionados con el agua constituyen la mayoría de las políticas de adaptación al cambio climático documentadas, según el informe del IPCC. Aún así, advierte sobre el riesgo de que las medidas de adaptación mal gestionadas puedan ser contraproducentes; por ejemplo, los proyectos de riego mal gestionados pueden reducir el riesgo de sequía pero también acelerar el agotamiento de las aguas subterráneas y otras fuentes de agua y aumentar la salinización del suelo.
En conclusión, y en vista de los crecientes desafíos y la urgente necesidad de acción, los líderes del agua y el clima de la ONU hacen un llamado a tener cuanto antes un enfoque integrado de agua y clima en el que se reconozca el papel del agua para la toma de decisiones informadas en la mitigación del cambio climático y la acción de adaptación. Para ello, será necesario contar con un apoyo internacional para mejorar los datos y la información sobre el agua para un mundo preparado para el clima. Y es que «solo trabajando juntos es posible poner en funcionamiento un Sistema mundial de información sobre el agua que proporcione la evaluación y las perspectivas para tomar decisiones inteligentes relacionadas con el agua y el clima».
