Mejorar la monitorización es clave para avanzar en higiene

Mejorar la monitorización es clave para avanzar en higiene

Un proyecto conjunto de Unicef y la Organización Mundial de la Salud alerta sobre los problemas de monitorización de los indicadores de higiene y lavado de manos, un reto especialmente grande en los países en vías de desarrollo


Millones de personas, sobre todo los más pequeños, enferman cada año por culpa de los microbios que transmite una higiene inadecuada. Y es que una actividad tan simple a primera vista como es el lavarse las manos con agua y jabón es una quimera en muchos países en vías de desarrollo donde ni siquiera está garantizado el acceso a fuentes potables para beber. Actualmente, solo el 60% de la población mundial tiene acceso regular a instalaciones donde lavarse las manos con jabón, un porcentaje que cae hasta el 28% en algunos países pobres, especialmente en África.

Sin embargo, es imposible arreglar este problema si no contamos con datos suficientes que nos permitan conocer la realidad sobre el terreno, con una monitorización integral e integrada que sea igual en todos los países. Para intentar lograr este objetivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) crearon en 1990 el Programa Conjunto de Monitoreo para el Abastecimiento de Agua, el Saneamiento y la Higiene (JMP, por sus siglas en inglés), que ha informado durante 30 años sobre estimaciones nacionales, regionales y mundiales del progreso en agua potable, saneamiento e higiene.

Eso sí, a pesar de que el JMP mantiene una extensa base de datos mundial y se ha convertido en la principal fuente de estimaciones comparables de progreso a nivel nacional, regional y mundial, los progresos a nivel de monitorización siguen siendo limitados y necesitan una mayor inversión en capital tecnológico y humano para poder ofrecer un retrato verdaderamente fiel de los problemas hídricos en el mundo en desarrollo. Y el mayor punto ciego es precisamente la higiene y el lavado de manos, que han adquirido un rol central en la prevención contra la pandemia de coronavirus pero cuya monitorización en muchos países es deficiente.

«Además del desafío de carecer de enfoques rentables para monitorizar las prácticas de higiene de manos a escala, las herramientas de monitorización de la higiene en espacios públicos también carecen de la capacidad para estimar la cobertura (entre y dentro de los espacios). Esto se debe principalmente a la falta de información sobre estrategias y métricas de muestreo para estimar el número de instalaciones de higiene de manos necesarias por sitio», asegura un documento de trabajo publicado por el JMP este martes.

Mejorar la inversión

Según la JMP, es muy complicado conocer exactamente las necesidades de lavado de manos en muchos países porque no es un tema que, hasta hace poco, haya tenido una gran inversión detrás y por tanto no ha sido tampoco especialmente estudiado. De hecho, «la calidad de las mediciones varía ampliamente (también dentro de las herramientas), pero como media todas tienen una puntuación baja por técnica de medición y por herramienta». Además, no hay medidas armonizadas entre las herramientas: incluso la medida más común, la verificación de la disponibilidad de agua y jabón en un punto concreto, nunca es la misma.

Esto supone, de acuerdo al documento de trabajo, que ni siquiera «hay suficientes conjuntos de datos disponibles para extraer lecciones concretas», lo que dificulta en extremo el trabajo de mejora de un indicador clave del ODS 6: la proporción de la población que utiliza instalaciones para el lavado de manos con agua y jabón. Por eso, desde la OMS y Unicef piden una mayor atención de los países desarollados a esta cuestión, ya sea mediante el desarrollo académico de mejores indicadores o a través de inversiones a estas organizaciones para que puedan tener una mayor capacidad de trabajo y monitorización.

Según apunta el documento de trabajo, aparte de las limitaciones conocidas de algunas técnicas de medición, «se puede mejorar la calidad de los datos recopilados mejorando la confiabilidad y validez de las mediciones», ya que la falta de una intención clara de las mediciones a menudo tiene un impacto importante en la validez. Para ello, la JMP cuenta con desarrollar en los próximos meses una serie de recomendaciones de monitorización de higiene que ayuden a solucionar parte de estos problemas, aunque desde Unicef alertan de la necesidad de contar con una mayor ayuda al desarrollo en los países más pobres para que una mejor obtención y recolección de datos sea posible.



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