El océano Austral tiene tantos microplásticos como el Mediterráneo

El océano Austral tiene tantos microplásticos como el Mediterráneo

Un estudio que ha analizado muestras de sedimentos a más de 3.000 metros de profundidad en regiones antárticas concluye que la presencia de microplásticos es similar a zonas donde la actividad humana es mucho mayor, como el Mediterráneo


Los plásticos y microplásticos -su variante minúscula- han conquistado nuestro mundo e, incluso, el interior de nuestros cuerpos, revelando así la magnitud del próximo desafío que estará a la misma altura de la actual crisis climática y que lleva gestándose desde la segunda mitad del siglo pasado. En la Antártida y el Océano Austral, por ejemplo, este problema se lleva registrando en la literatura científica desde la década de los 80.

Precisamente son en estos lugares donde los científicos tienen puesto un especial foco por ser regiones extremas donde, teóricamente, los plásticos y microplásticos no deberían tener tanta presencia. Sin embargo, recientes estudios demuestran que sufren un nivel de contaminación similar a regiones altamente afectadas, como lo es el Mediterráneo.

En este sentido, un trabajo que ha analizado 30 núcleos de sedimentos recolectados entre 136 y 3.633 metros de profundidad en las aguas que rodean la Península Antártica, las Islas Sandwich del Sur y Georgia del Sur confirma la presencia de micropláticos en 28 de las muestras.

“Se encontró que al menos una partícula de microplástico por cada gramo de sedimento presente en el lecho marino de la Antártida, similar a las tasas de contaminación de otras regiones oceánicas mucho más cercanas a la actividad y la habitación humanas. Se trata de fragmentos, películas y fibras de los polímeros desechados con mayor frecuencia”, señalan los autores en el estudio.

“Nuestra investigación destaca que no importa cuán remoto sea un ecosistema, seguirá mostrando los artefactos de la influencia humana. Hemos estado vertiendo plástico en nuestros océanos durante aproximadamente 70 años, por lo que, en retrospectiva, esto puede no ser muy sorprendente”, comenta por su parte el investigador Mánus Cunningham, de la Queen’s University.

“Lo sorprendente es que los niveles de este tipo de contaminación son comparables a lo que consideramos regiones de los océanos del mundo moderadamente o altamente contaminadas”, añade.

Por otro lado, argumentan que la existencia de unos niveles de contaminación plástica tan altos en una región tan remota probablemente se deba al transporte mediante corrientes oceánicas o viento. No obstante, resaltan que existen otras muchas teorías que abarcan desde la propia actividad local hasta mecanismos internos mediados biológicamente, a saber, los microplásticos capturados por formas de vida y transportados a las profundidades.

Sería interesante conocer las fuentes de los diferentes tipos de microplásticos que encontramos y el papel que el tráfico de barcos o las estaciones de investigación pueden desempeñar en su acumulación”, concluye Sonja Ehlers, del Instituto Federal de Hidrología de Alemania.



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