La falta de oxígeno en aguas profundas del Mar Menor ha provocado la muerte de miles de peces y crustáceos. El Gobierno regional apunta a la DANA, pero los conservacionistas achacan el suceso a la pérdida de calidad del agua de la laguna a causa de los vertidos de la agroindustria



Los peores miedos se han hecho realidad este fin de semana. Miles de peces, anguilas, cangrejos y otros crustáceos han aparecido muertos o agonizantes en las orillas del Mar Menor (Murcia). Los efectos de la DANA de septiembre, que ingresó en la laguna salada millones de metros cúbicos de agua dulce y sedimentos, han dado la puntilla a un ecosistema que vive desde hace años una situación más que delicada.
Según la explicación dada por el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente de Murcia, Antonio Luengo, el episodio de gota fría ha sido el posible causante de la muerte masiva de los peces. Los fangos y materia orgánica que entraron en la laguna habrían provocado una continua caída de oxígeno en el fondo marino, lo que habría llevado a los peces a acercarse a la superficie desesperadamente para poder respirar hasta que han agonizado en las playas del extremo de la laguna.


Agentes ambientales de la comunidad autónoma y voluntarios trasladaron a los peces que todavía estaban vivos aguas adentro de la laguna para salvarlos y procedieron a retirar a lo largo de todo el fin de semana los que que aparecieron muertos. El Comité de Ecología Lagunar para evaluar el estado del Mar Menor ha avanzado que se han recogido 3.000 kilos de peces muertos en la laguna salada y que éste es un episodio «que se puede volver a repetir».
Ante este trágico desastre ecológico, el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJRM), José Luis Díaz Manzanera, ha ordenado abrir una investigación de los hechos y ha solicitado los atestados que el Seprona y los agentes medioambientales estuvieron realizando el pasado sábado en diversos municipios de la costa del Mar Menor.
Las diligencias judiciales, que dirigirá el fiscal de Medio Ambiente, Miguel de Mata, tendrán por objeto determinar si la muerte de miles de ejemplares aparecidos en la playa tiene un origen criminal o es debida a los arrastres a la laguna producidos durante el reciente episodio de gota fría.
Cabe recordar que José Luis Manzanera ya abrió una investigación y puso denuncia ante el Juzgado por los vertidos y deterioro de la laguna salada en 2017. En su denuncia, la Fiscalía ponía de manifiesto que el Mar Menor había sido objeto de «agresiones y abusos de todo tipo a lo largo de muchos años» debido a los «terrenos ganados al mar, apertura de golas artificiales, vertidos mineros, desarrollo urbanístico incontrolado, construcción de puertos deportivos, dragados, creación de playas artificiales, y en los últimos al menos 15 años, sobre todo la actividad relacionada con la agricultura».


A estas mismas razones apuntan las asociaciones conservacionistas que consideran la causa de la DANA como una “excusa”. Según Ecologistas en Acción, el Mar Menor viene recibiendo las aguas de las avenidas desde siempre y nunca ocasionaron un episodio de mortandad masiva. El verdadero problema es «la profunda crisis eutrófica que está sufriendo la laguna” y los “principales culpables son la agroindustria, el Gobierno Regional y la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS)», asegura la organización en un comunicado.
El proceso de eutrofización consiste en el deterioro de la calidad de las aguas debido a la proliferación de algas y el fitoplancton. Las aguas ricas en nutrientes estimulan el crecimiento de las algas, estas a su vez, al crecer masivamente, ocupan la superficie e impiden el paso de la luz que es necesaria para el resto de seres vivos del entorno. Cuando el proceso de eutrofización llega al máximo, nos encontramos ante aguas plagadas de algas verdes, pobres en oxígeno donde el resto de organismos han muerto.
Añaden que «el regadío lleva desde los años 80 expandiéndose (legal e ilegalmente) por toda la llanura que desagua en el Mar Menor y que hasta entonces era terreno de secano, vegetación natural y una pequeña cantidad de cultivos de un regadío que tenía muy poco que ver con la actual agroindustria».
Los ecologistas denuncian que los fertilizantes del regadío intensivo son los principales responsables de la crisis eutrófica del Mar Menor, mientras que los suelos desnudos y nulas prácticas de conservación del suelo multiplicaron los arrastres de tierras con lluvias intensas. Además insisten que el sector agroindustrial ha crecido a base de miles de pozos muchos de ellos ilegales y desalobradoras cuyas salmueras, con altas concentraciones de nutrientes, alcanzaban también el Mar Menor.
Ante esta situación, reclaman medidas contundentes y eficaces, «que pasan por una profunda reconversión ambiental del sector agrario y por acabar con el desgobierno del agua y del regadío», del que «son responsables la Confederación Hidrográfica del Segura (que depende del Ministerio de Transición Ecológica) y el Gobierno regional».
Cruce de acusaciones
La ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, tuiteó en la tarde del domingo que «hace muchos años que el gobierno de Murcia hubiera debido abordar la protección del Mar Menor frente las presiones que recibe como una cuestión de estado».
Añadió además que desde su ministerio apoyarán «de forma comprometida, pero tómenselo en serio señor Lopez Miras».
El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, respondió al tuit de Ribera afirmando él se lo está tomando “muy en serio desde el principio” y que por eso le ha “pedido ayuda tantas veces”. «Me habría gustado que hubiera manifestado antes ese compromiso que ahora hace público en Twitter, pero bienvenido sea», contestó López Miras.
La ministra viajará el miércoles a Murcia para visitar la zona y entrevistarse el presidente autonómico. Por su parte, López Miras ha convocado a los miembros de su gabinete a una reunión extraordinaria esta tarde ante la gravedad de esta crisis ecológica.
