Los expertos climáticos alertan de que los fenómenos extremos como inundaciones y sequías serán cada vez más frecuentes. El sector del agua reclama con urgencia la creación e implementación de un pacto nacional que requerirá consenso y fuertes inversiones



El agua es uno de los elementos más expuestos a las consecuencias del cambio climático y el sector de la gestión de este bien de primera necesidad debe hacer frente a la situación de manera urgente. Un esfuerzo de adaptación que requerirá importantes inversiones.
Consciente de ello y con el comienzo del nuevo año hidrológico, la Asociación Española de las Empresas Gestoras de los Servicios de Agua Urbana (AGA) ha hecho balance de los 12 meses anteriores, uno de los años más secos del siglo, y ha analizado las previsiones para el que acaba de empezar.
AGA señala que, si algo se ha vuelto a demostrar desde el 1 de octubre de 2018 hasta el pasado 30 de septiembre de 2019, es que “los fenómenos extremos cada vez son más frecuentes en nuestro país, y es previsible que esto siga evolucionando así”.


La asociación hace referencia a los devastadores efectos de las inundaciones que provocó la DANA de septiembre, que “ponen de manifiesto una grave situación climática”. Estos episodios “son más habituales y, según coinciden en pronosticar la mayor parte de los expertos, lo serán aún más en el futuro”.
Paralelamente, “debemos estar preparados ante las situaciones de escasez que se repiten periódicamente en España y que afectan, no sólo al agua para consumo humano, sino también a la industria y sobre todo a la ganadería y agricultura, con las consecuencias que supone para el día a día de las personas”.
La asociación precisa que “ya no basta con prever lo posible, sino que es necesario estar preparados para lo imprevisible”. Así sucedió con los servicios de agua urbana de Levante español durante la DANA, que “quedaron restablecidos al 100% en un tiempo récord”.
AGA alerta de que la lucha para hacer frente al cambio climático “exige que se emprendan acciones conjuntas y concretas” y pone como ejemplo el caso de Francia que, ante la prolongada sequía que está sufriendo, ha alcanzado un pacto del agua a nivel nacional que busca hacer frente al cambio climático con 23 medidas concretas.
En el caso español, AGA señala el tipo de medidas podría incluir un pacto del agua:
- Prevención de inundaciones: planes directores sobre riesgo de inundación; programas de mantenimiento y conservación de cauces.
- Preparación ante inundaciones: establecimiento y mejora de los sistemas de alerta temprana y ayuda a la decisión; mejora de la planificación institucional de respuesta ante emergencias; mejora de la conciencia ciudadana en la preparación para las inundaciones (es necesario incrementar la percepción de riesgo real).
- Recuperación y revisión tras inundaciones: obras de emergencia para reparación de infraestructuras afectadas/dañadas.
- Protección frente a inundaciones en las cuencas hidrográficas: restauración hidrológico-forestal, regulación de caudales, mejora de encauzamientos.
- Protección frente a inundaciones en las ciudades (resiliencia): mejora de los sistemas de saneamiento unitarios existentes; construcción de sistemas de saneamiento separativos; sensorización, digitalización y sectorización de la red; incremento en la red de almacenamiento de agua potable; gestión avanzada de activos; autosuficiencia energética y economía circular.
Para poder minimizar los efectos más negativos e implementar las medidas necesarias, AGA advierte que “es imprescindible una fortísima inversión y que ésta se prolongue en el tiempo”.
Por tanto, “es necesario buscar fórmulas innovadoras de financiación, de tal forma que el sector del agua urbana pueda adaptarse a los cambios que están por venir y seguir prestando así un servicio de calidad como el actual y que este mejore además progresivamente”.
Por ello, “se necesita alcanzar acuerdos para acelerar los trabajos de adaptación a la nueva situación climática, desarrollar al máximo la economía circular y evitar tragedias como las sufridas hace escasas semanas. A su vez, es necesario seguir trabajando en prevenir el cambio climático y hacer frente a situaciones de emergencia, coordinando el trabajo de forma continuada y aprovechando el potencial de empresas y profesionales”, concluye AGA.
