El cuarto Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de España, anunciado para la digitalización del sector del agua, contará con 3.000 millones y supondrá un gran salto cualitativo para la gestión integral de los recursos hídricos



Mientras que los operadores del ciclo urbano del agua esperaban el visto bueno de los responsables del Plan de Reconstrucción Nacional para un proyecto que aspiraba a instalar 13,5 millones de contadores digitales con la ayuda de los fondos Next Generation, 2022 ha traído bajo el brazo un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) que pretende ir más allá.
Este PERTE, específico para el agua y para el que se han previsto en torno a 3.000 millones de euros entre 2022 y 2026, será el cuarto de los anunciados hasta ahora en el Marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia post-pandemia, y con el mismo se pretende transformar y modernizar los sistemas de gestión del agua, tanto para el ciclo urbano del agua, como para el riego y los usos industriales.
Según anunció la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, durante su intervención en la jornada Spain Inverstors Day, celebrada la pasada semana en Madrid, este PERTE, del que ya hay presupuestados 400 millones de euros de inversión en los presupuestos de 2022, busca mejorar la eficiencia y reducir las pérdidas en las redes de suministro de agua, logrando así un importante ahorro tanto de agua como de energía. Además, con el PERTE se pretende aumentar la seguridad del suministro y contribuir a lograr una mayor seguridad de las infraestructuras hidráulicas.
El PERTE ampliará el uso de recursos digitales con imágenes captadas desde drones o desde satélites y la promoción de contadores inteligentes, tanto en el ciclo urbano como en el riego, incorporando también un plan de ciberseguridad.
Ya a lo largo de 2021 desde el MITECO anunciaban una partida de 250 millones de euros destinada a la digitalización de la administración del agua. El principal objetivo de esta inversión, además de permitir que el ciudadano pudiera acceder a cualquier trámite de agua desde su ordenador, era conseguir que toda la información sobre agua se recopilase de forma completa y estuviera disponible para el análisis posterior, ya que en un país donde el cambio climático va a provocar un creciente estrés hídrico, y en el que a nivel de masas de agua ‘todo va a peor’, hay que saber exactamente a dónde va cada gota.
Para ello se apuntó en su día a un registro electrónico de derechos de agua que permitiera controlar los más de 500.000 aprovechamientos de agua para diferentes usos que hay en España. Esta especie de «catastro del agua» serviría para obtener, por fin, una imagen completa de los derechos de agua en España, lo que mejoraría la gestión de este bien esencial.
Otra de las líneas financiables con cargo a este PERTE podría destinarse a la instalación de sistemas de automatización de las lecturas de unos 1.000 piezómetros, cuyo coste aproximado es de 4.000.000 euros. Estos sistemas remitirán, al menos, una lectura de nivel diaria al Sistema Automático de Información Hidrológica de cada Organismo de cuenca, lo que constituye una potente herramienta para mejorar la gestión de recursos hídricos.
Una de las novedades que se aprecian en este PERTE anunciado para la necesaria digitalización del agua es que prevé, no sólo la financiación mediante subvenciones con cargo a los Next Generation, sino que incluye la movilización de fondos retornables a la Unión Europea para promover la colaboración público-privada que asegure la ejecución del proyecto. Es decir la facilitación del acceso a créditos, se supone que blandos, para que las empresas privadas puedan acometer inversiones que avancen en la digitalización, y no sólo empresas, sino también administraciones locales y/o autonómicas.
Si bien este mecanismo crediticio con cargo a los 70.000 millones de euros retornables a los que España puede acceder no está aún definido, la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, anunció a finales de diciembre que España presentaría la estrategia de préstamos este 2022.
Se trata de la segunda fase del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que debe ejecutarse entre 2023 y 2026. Los Estados miembros tienen plazo hasta el 31 de agosto de 2023 para solicitar los préstamos, pero la intención del gobierno español es hacerlo antes. Ahora, el departamento de Asuntos Económicos trabaja en la identificación de inversiones y proyectos que se puedan realizar con estos créditos.
Este cuarto PERTE para la reconstrucción ha resultado, en definitiva, una grata sorpresa, muy bien valorada por los operadores del ciclo urbano, que lo reciben como un espaldarazo al papel del agua como palanca de la recuperación de la economía y, sobre todo, como una oportunidad de aprovechar el know how tecnológico puntero de la industria española al servicio de la resiliencia y gestión sostenible del recurso más vulnerable: el agua.
Además, y al margen de este Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica, las principales operadoras, públicas, mixtas y privadas, del ciclo urbano del agua no renuncian a liderar la digitalización del parque de contadores de agua con la ayuda de los fondos Next Generation, una vez que Teresa Ribera confirmara esta semana que este PERTE anunciado para este trimestre no es el que presentó el sector para la telelectura, sino que este «va mucho más allá».
