Con el foco puesto en la recuperación ambiental de las masas de agua, el saneamiento, la digitalización y la incorporación de fuentes no convencionales a la gestión integral de los recursos hídricos, se abre la consulta de los Planes Hidrológicos de tercer ciclo con un presupuesto global de 21.000 millones de euros hasta 2027



España ha abierto este lunes a consulta pública la Planificación Hidrológica de tercer ciclo, 2022-2027 que marcará la senda de la adaptación de la gestión del agua al nuevo escenario de cambio climático, que en nuestro país estará marcado por un mayor mayor déficit de precipitaciones y una menor disponibilidad de recursos hídricos acompañada con frecuentes periodos de sequía e inundaciones, que exigen un cambio de paradigma que incorpore la incertidumbre y el riesgo en la gestión.
“Nuestro país ya está experimentando serias alteraciones del régimen hídrico y las previsiones a medio y largo plazo alertan de una reducción de la disponibilidad de agua, del aumento de las superficies áridas o semiáridas y de una mayor frecuencia e intensidad de fenómenos extremos”, ha recordado la vicepresidenta. “En este contexto, los Planes Hidrológicos no pueden seguir avalando prácticas del pasado que nos han conducido a la sobreexplotación de los acuíferos, la contaminación de las masas de agua y el deterioro de nuestros ríos”, ha añadido.
La nueva planificación, que inicia su fase de consulta pública y que permanecerá abierta durante seis meses, permitirá priorizar mejor los usos del agua, gestionar las grandes avenidas y sequías, y definir unos caudales ecológicos que aseguren la protección de las masas de agua y sus ecosistemas, con un claro cambio de paradigma en la gestión de este recurso.
“Un esfuerzo inversor sin precedentes que marcará un antes y un después en la gobernanza del agua en nuestro país”, ha asegurado Ribera.
La reducción en la disponibilidad aconseja disminuciones en el consumo del agua del orden del 5% para 2030 y del 15% para 2050
Acorde con los escenarios de menor disponibilidad de agua, una de las novedades de los Planes es que contienen medidas concretas de adaptación al cambio climático para cada demarcación, en coherencia con las directrices establecidas por la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética y del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC 2021-2030).
En grandes cifras globales, más complejas cuando se desciende a la escala de los múltiples factores a considerar en la planificación hidrológica y de la gran variabilidad geográfica, la reducción en la disponibilidad de agua para los distintos usos aconseja plantearse disminuciones de la utilización del agua del orden del 5% para 2030 y del 15% para 2050.
El director general del agua, Teodoro Estrela ha detallado que esta nueva planificación hidrólogica, al contrario de que los dos ciclos anteriores, es fruto de la colaboración, el estudio minucioso de los escenarios presentes y futuros de cada demarcación hidrológica y, además, cuenta con una dotación presupuestaria que permitirá adaptar la gestión del agua para garantizar la seguridad hídrica presente y futura adaptada al cambio climático.
En este sentido ha indicado que contarán con una partida 8.000 euros para los próximos tres años procedentes del Fondo de Transformación, Recuperación y Resiliencia, los Presupuestos Generales del Estados y los nuevos Fondos Feder, «que marcarán antes y después en la Gobernanza del agua definida por el plan inversor de los próximos seis años». Una inversión que alcanzará los 20.000 millones de euros al final del periodo con las aportaciones del resto de Administraciones competentes en la materia.
Con esta inversión la vicepresidenta ha precisado que se impulsará el saneamiento y la depuración en el tratamiento de las aguas residuales urbanas, «la gran asignatura pendiente», y se luchará contra la contaminación difusa que, según considera, es «uno de los elementos que más alarma y que más rápidamente estamos sintiendo en la población».
Además, ha anunciado que el Gobierno trabaja en un proyecto de Real Decreto para poner freno a la contaminación difusa que compromete el buen estado de las aguas a consecuencia de antibióticos, nitratos o microplásticos.
Ribera ha apelado a la necesidad de recuperar ambientalmente no solo el agua sino el espacio fluvial y de ese modo reducir el espacio de inundaciones a través de acciones orientadas a las soluciones basadas en la naturaleza para frenar las inundaciones.
Para ello, la ministra ha dicho que es preciso incorporar a los planes las mejoras introducidas en el plan de riesgo de inundación que el Gobierno quiere «aprobar antes de final de año». A ese respecto, ha dicho que tendrán en cuenta las actuaciones compatibles con el buen estado de los ríos, la mejora de la seguridad hídrica con la adecuación de las infraestructuras hídricas pero también la garantía del suministro.
«El tercer ciclo de planificación 2022-2027 llega en un momento particularmente importante. Nos encontramos ante el desafío de marcar las nuevas pautas del agua en un país en el que el agua es capital y determinante, pero también un elemento de riesgo que puede incrementar los efectos nocivos del cambio climático en nuestro bienestar, el de las actividades económica o permitirnos tener una buena preparación y capacidad anticipada de como hacer frente a una nueva realidad a la que nos enfrentamos», ha manifestado.
Caudales ecológicos y seguridad hídrica
Los nuevos planes promueven la figura de las Reservas Hidrológicas, con nuevas reservas naturales fluviales, lacustres y subterráneas
Los Planes también muestran avances importantes en la determinación de las necesidades hídricas de lagos y humedales: los 54 casos considerados en los planes del segundo ciclo ascienden a 123 en esta última revisión. También la definición e implementación del régimen de caudales ecológicos de nuestros ríos: el número de masas contempladas aumenta de forma muy notable de 170 a 405 masas.
Estrela ha hecho hincapié en la calidad de las masas de agua, un asunto que España ha mejorado en los últimos años en lo que a las superficiales se refiere; pero no así en las aguas subterráneas cuyo estado incluso ha empeorado en los últimos años, ha destacado.
En las masas de agua subterránea en mal estado cuantitativo, se plantean medidas que permitan reducir las extracciones, mediante sustitución de bombeos de aguas subterráneas por superficiales y, allí donde no sea suficiente, se plantean restricciones al uso del agua subterránea. Para cumplir estos objetivos, la revisión del tercer ciclo incluye el desarrollo de un Plan de Acción sobre Aguas Subterráneas.


En lo que se refiere al impulso de la seguridad hídrica, la nueva planificación pretende mejorar las garantías de suministro, lo que dará mayor protagonismo a la desalación y a la reutilización como fórmulas para equilibrar la oferta con las demandas, sobre todo en los territorios que sufren estrés hídrico. También busca la adecuación de las infraestructuras públicas, en lo que ya se han dado avances: el pasado mes de abril, el Gobierno aprobó un Real Decreto por el que se definieron las nuevas normas técnicas de seguridad para las presas y sus embalses.
Asimismo, los Planes prestan especial atención a las zonas protegidas: establecen objetivos de protección de hábitats y especies (Red Natura 2000) y de lucha contra las especies invasoras, y promueven la figura de las Reservas Hidrológicas, con una propuesta de inclusión de nuevas reservas naturales fluviales, y también reservas lacustres y subterráneas.
En particular, proponen soluciones a los problemas que ponen en peligro la salud de ecosistemas de alto valor ecológico, como son los casos del Delta del Ebro, el Mar Menor, Doñana, los humedales de La Mancha o La Albufera.
Inminente aprobación del Plan DSEAR
También se contemplan actuaciones en materia de depuración de vertidos urbanos y de reutilización, bajo el soporte técnico y de gobernanza que se ha establecido a través del Plan Nacional de Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización (Plan DSEAR), con el propósito de alcanzar el pleno cumplimiento de las obligaciones marcadas por la Comisión Europea.
Otro de los principales problemas identificados es la contaminación difusa producida por nitratos de origen agrario. En este sentido, el MITECO está trabajando en la redacción de un proyecto de Real Decreto que nos dotará de las herramientas adecuadas para poner freno a esta contaminación.
Para conseguir todos estos objetivos, los Planes Hidrológicos plantean unos Programas de medidas realistas y racionales, pero ambiciosos, y centrados en alcanzar en 2027 los objetivos ambientales establecidos por la Directiva Marco del Agua, con el compromiso de todas las administraciones competentes.
