Los puquios: la milenaria ingeniería nazca por la que todavía fluye vida

Los puquios: la milenaria ingeniería nazca por la que todavía fluye vida

Los puquios: la milenaria ingeniería nazca por la que todavía fluye vida

En una de las zonas más áridas del mundo, la antigua civilización nazca construyó un sistema de galerías subterráneas y canales para abastecerse de agua. Decenas siguen funcionando y pueden ser una inspiración para la gestión hidrológica en el futuro


Nicholas Dale
Madrid | 11 marzo, 2022


Las famosas líneas de Nazca solo se pueden ver desde el aire, pero es debajo de la tierra donde se esconde la que es probablemente la más importante obra de ingeniería de esta misteriosa civilización antigua: los puquios. En medio de una de las zonas más áridas del planeta hace unos 1.500 años surgió este método para extraer agua desde el subsuelo a través de una sofisticada red de galerías subterráneas y canales que se expandió por los valles de la zona. Hasta el día de hoy decenas de esos mismos acueductos milenarios, con sus llamativos pozos construidos en espiral, abastecen de agua potable a los locales y permiten el cultivo de las tierras secas de lo que es actualmente el sur peruano. Ante problemas crónicos de escasez y con una de las mayores reservas de acuíferos sin explotar en el mundo, el estudio de los puquios y su actualización con métodos modernos tiene un enorme potencial para Perú.

El nombre del sistema viene de la palabra quechua que designa un manantial. Pero los puquios no son obra natural, sino un testamento al ingenio humano. Funcionan de dos formas. Por un lado, están los canales a cielo abierto, que se cavan de manera horizontal sobre una pendiente debajo de la cual hay un acuífero. De esta manera, el agua se desvía y se saca a la superficie aprovechando la gravedad.

Por otro lado, los acueductos subterráneos o sistemas de galerías, son túneles de profundidad variable en función de la pendiente y la ubicación del acuífero, que sigue los mismos principios que el anterior, pero es cubierto con troncos, rocas y tierra para limitar al máximo la evaporación y proteger las paredes de desmoronamiento. En ambos casos, una vez el agua es canalizada es almacenada, en ocasiones a kilómetros de distancia, en reservorios o cochas -otro vocablo que viene del quechua y que significa laguna-.

puquios
Vista de una de las chimeneas de los puquios en Cantalloc.

Ahora, si bien el método para extraer el agua es astuto por su simpleza, la manera en que los canales fueron construidos evidencian un admirable dominio de la ingeniería. Las paredes de delimitación funcionan como muros de contención, están ligeramente inclinados para prevenir derrumbes y además están revestidos con piedras de ríos cercanos colocados uno sobre otro sin aglomerante alguno, lo cual permite la filtración de agua mientras refuerza también la estructura. Sumado a esto, el trazado de las canalizaciones no es recto, sino que tiene curvas y cambios de direcciones bruscos para controlar la velocidad del flujo.

Pero tal vez lo más destacable, y reconocible, del sistema de galerías nazca son las chimeneas o respiraderos, que siguen el curso de las galerías, a entre cinco y veinte metros de distancia entre cada uno. Estos suelen tener una forma cónica y unos muros de contención en espiral que pueden llegar a bajar hasta quince metros. Allí, culminan en un hoyo de alrededor de un metro de ancho por el cual entra el aire que aporta la presión atmosférica necesaria para mantener el flujo de agua uniforme, y para que no cause erosión ni sedimentación en el canal. Asimismo, las chimeneas sirven como accesos al interior de las galerías para realizar los trabajos de limpieza y mantenimiento, una parte esencial para su continuado funcionamiento durante siglos.

Una técnica local con gran potencial

Los puquios fueron diseñados para una zona muy particular: entre el Océano Pacífico y las primeras estribaciones de los Andes, en uno de los desiertos más secos del mundo, en los valles formados por las cuencas del río Grande y sus afluyentes. Como estas están secas durante la gran mayoría del año era necesario encontrar una manera de utilizar el agua que quedaba atrapada bajo tierra, filtrada por el sedimento rocoso de la zona. La solución de los nazca es un invaluable legado para las comunidades que viven en el mismo territorio tantos años más tarde, y que, según diferentes fuentes, continúan usando un poco más de treinta acueductos originales. Tanto es así que el gobierno peruano presentó en 2019 una solicitud para que los puquios sean nombrados patrimonio mundial por la UNESCO. 

Sin embargo, además de reliquia ancestral los puquios también pueden ser una manera de asegurar la productividad y el progreso de los agricultores y poblaciones de las tierras altas y otras áreas desérticas en el resto de Perú. De hecho, el aprovechamiento de aguas subterráneas ya es un hecho con las amunas, sistemas de “siembra” en algunos lugares de las montañas peruanas, y el potencial más allá es inmenso. Esto es porque bajo la superficie Perú tiene uno de los mayores reservorios hídricos del mundo; tan grande, que todavía no se sabe exactamente cuánta agua está contenida entre los pliegues de los Andes peruanos, que crean vacíos en el terreno especialmente vastos por su ubicación tectónica. 

puquios
Una hilera de “chimeneas” vistas desde el aire evidencian la existencia de un canal subterráneo debajo.

No obstante, a pesar de que esas aguas se filtran hasta llegar a múltiples ríos en la región, el nivel de los acuíferos se mantiene notablemente estable porque de toda la precipitación de los Andes Centrales solamente alrededor de un 20% escurre superficialmente, una pequeña parte se evapora y el resto se infiltra y constituye los acuíferos subterráneos. Además, mientras que en el resto del mundo el uso del agua subterránea ha aumentado sustancialmente en las últimas décadas, en Perú casi no es explotada más que por estos sistemas tradicionales, que tienen un peso escaso en el consumo total de agua del país.

Pero a pesar de que, paradógicamente, Perú sea uno de los países con mayor estrés hídrico del mundo, esto no significa que sea cuestión de cavar y empezar a utilizar estas reservas. Dado el delicado contexto climático, en el que los glaciares andinos -que alimentan la mayoría de los ríos de la región, que luego son los que abastecen a las principales poblaciones- están sufriendo una rápida disminución, son necesarios estudios que determinen la sustentabilidad y la seguridad de abastecimiento a largo plazo. Una vez esa información sea clara, los métodos tradicionales podrían ser potenciados con tecnología de punta en una gestión integrada de las cuencas, con el fin de atajar las peores consecuencias del calentamiento global en Perú.



Se adhiere a los criterios de transparencia de

Archivado en:
Otras noticias destacadas