Las ominosas advertencias sobre la hambruna derivada de sequías afloran en piedras sumergidas en el río Elba y el Rin, que quedan al descubierto este verano por la falta de agua. La más antigua se remonta al siglo XV y recuerda que la falta de recursos hídricos no es novedad en Europa



Las sequías alrededor del mundo están dejando al descubierto toda clase de hallazgos: desde ciudades olvidadas hasta tanques de guerra. Pero en Alemania y República Checa la sequía del Elba y el Rin ha revelado una advertencia del pasado que estaba casi olvidada: las Piedras del Hambre. Llamadas Hungersteine en alemán, las piedras tienen talladas advertencias -en algunos casos centenarias- relacionadas con el peligro de hambrunas que traía en el pasado el bajo nivel de los ríos.
«Si me ves, llora», dice la ominosa inscripción en algunas de las piedras que otra vez pueden contemplarse y que forman parte de una tradición que se remonta hasta el siglo XV.
Esa frase aparece, por ejemplo en una piedra encontrada en el río Elba, que data de 1616. «La sequía aflora una macabra advertencia sobre la hambruna, un mensaje de nuestros antepasados del Siglo XV», tuiteó el periodista Olaf Koens.
Huiveringwekkend. Door de droogte in Europese rivieren komen er Hungersteine bovendrijven. Macabere waarschuwingen van onze 15e eeuwse voorouders over hongersnood.
‘Wenn du mich siehst, dann weine’https://t.co/kbo03caaZX pic.twitter.com/CMTcMvfQQp
— Olaf Koens (@obk) August 11, 2022
¿Pero cómo llegaron ahí esas advertencias? En el siglo XIX muchos viajeros en momentos de sequía registraron sus advertencias sobre las Hungersteine. En Sajonia (este de Alemania) se han encontrado, según el diario Sachsische Zeitung, docenas de Hungersteine. Normalmente quienes escribían la advertencia también señalaban la fecha de la sequía. En el Elba la inscripción más antigua data de 1417. Las piedras se encuentran en sitios dónde solo pueden observarse cuando los niveles hídricos bajan a niveles alarmantes.


La advertencia, «Si me ves, llora», ha sido relacionada con el hecho de que una de las consecuencias de la sequía era que hubiese malas cosechas, lo que a su vez podía desembocar en hambrunas. En muchas piedras aparecen registrados varios años en los que la sequía hizo que volvieran a salir a la superficie.
Las piedras con el registro de carencias afloran no solo en Alemania si no también en lo que es hoy la República Checa. Un ejemplo de las Piedras del Hambre, que se encuentra en la margen izquierda del río Elba, muestra varias fechas con los años de penurias y las iniciales de autores perdidos por la historia. En la piedra se conmemoran las sequías en los años: 1417, 1616, 1707, 1746, 1790, 1800,1811, 1830, 1842, 1868, 1892, 1893 y 1900. Esto recuerda que las sequías azotando a Europa no son novedad, lo que sí es nuevo es la frecuencia. Esta piedra se dejó ver por última vez en 2019, y ahora en 2022. Tan solo tres años entre sequía y sequía.
El problema moderno
Actualmente, el problema no es tanto la amenaza que implica la sequía para la agricultura como los problemas que el bajo nivel de los ríos trae para el transporte fluvial. Según la Confederación de la Industria Alemana (BDI), es un problema para las cadenas de suministro, lo que puede afectar toda la actividad económica.
Además de las complicaciones para la industria, la sequía y el bajo nivel de los ríos representan una amenaza ecológica. El aumento de la temperatura del agua y el bajo nivel de los ríos crean, según los expertos, una combinación tóxica para los peces y para otros animales.


«Tenemos poca agua en el Rin debido a la sequía. Además tenemos altas temperaturas en el agua y la combinación de los dos factores es algo tóxico para los habitantes del Rin», dijo el experto en asuntos climáticos Karsten Brandt a la revista Der Spiegel.
Según Brandt lo que está ocurriendo es que lo que vienen anunciando los modelos sobre el cambio climático desde hace años, aunque durante un tiempo se haya tenido la esperanza de que Alemania y Europa Central se vieran menos afectadas por la crisis.
