Ramsar, medio siglo del gran acuerdo internacional para la protección de los humedales

Ramsar, medio siglo del gran acuerdo internacional para la protección de los humedales

Ramsar, medio siglo del gran acuerdo internacional para la protección de los humedales

Hace 50 años se firmaba el Convenio Ramsar para la protección internacional de los humedales. Desde entonces se han sumado a la iniciativa 171 países que han dado cobertura a unos 2.500 espacios húmedos en el planeta. Al cumplirse medio siglo de aquel acuerdo pionero, el mensaje que se lanza es no solo proteger los que quedan, sino también restaurar los humedales perdidos. El Gobierno español acaba de anunciar un plan para recuperar de aquí a 2030 unas 20.000 hectáreas de humedales, aplicado a lagunas perdidas como las de La Janda, Antela y Mar de Campos


Pedro Cáceres | Director adjunto
Madrid | 5 febrero, 2021


Hace justo ahora 50 años, en la ciudad iraní de Ramsar, a orillas del Mar Caspio, se firmaba uno de los acuerdos internacionales de protección de la biodiversidad  que más ha hecho por la conservación de los recursos hídricos y el bienestar material humano.

El Convenio Ramsar, aprobado un 2 de febrero de 1971, es un acuerdo internacional pionero que tiene como objetivo fundamental “la conservación y el uso racional de los humedales, a través de la acción nacional y mediante la cooperación internacional, a fin de contribuir al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”. Desde 1997 se conmemora el Día Mundial de los Humedales el 2 de febrero precisamente para celebrar la firma de ese acuerdo.

Ramsar ha sido un anticipado en la conservación de la naturaleza en muchos ámbitos. El primero de ellos, la protección del medio ambiente desde una época tan temprana; pero también incluso en su exposición de motivos. La defensa que hace el artículo 3 del convenio Ramsar sobre el uso racional y sostenible de recursos anticipa la el concepto de desarrollo sostenible que tan en boga está en nuestros días, pero que es moderno y posterior al acuerdo. No fue hasta 1987, con el conocido Informe Brundlandt de la ONU, que se acuñó el término sustainable development, traducido habitualmente al español como desarrollo sostenible o desarrollo sustentable, y que ya había anticipado el convenio de protección de humedales de 1971, sumando naturaleza y bienestar humano en una misma propuesta.

Crédito: Cartoon Head

El Convenio Ramsar anticipaba un enfoque holístico de la conservación de la naturaleza que ya es main stream en nuestra época: la suma de interés natural y humano en la conservación del ambiente. Proteger espacios sabiendo que con ello se permite también el bienestar de las personas y el desarrollo a largo plazo de las actividades humanas. Cuidar la naturaleza no solo por ella misma, sino por nuestro propio interés, ya que el capital natural y los servicios ecosistémicos que la naturaleza nos presta son esenciales para nuestra propia prosperidad.

Una red internacional de humedales

En los 50 años transcurridos, ya son 171 países los adscritos al convenio y 2.416 espacios naturales los amparados bajo su manto, que suman 254 millones de hectáreas, es decir, unos 254.000 kilómetros cuadrados o la mitad del territorio español.

Cuando un país se adhiere al Convenio de Ramsar contrae una serie de compromisos generales de conservación y uso racional de sus humedales, y además tiene la obligación de designar al menos un humedal para ser incluido en su Lista de Humedales de Importancia Internacional.

En el caso de España, nuestro país ratificó el Convenio de Ramsar en 1982 e incluyó entonces dos zonas húmedas en la Lista de Humedales de Importancia Internacional: Doñana y las Tablas de Daimiel. Después se han sumado otros: con 75 espacios que ocupan más de más de 300.000 hectáreas, España es el tercer país con más humedales incluidos en el Convenio de Ramsar, solo por detrás de Reino Unido y México.

El listado completo puede consultarse en la página web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).

Este acuerdo internacional es el único de los modernos convenios en materia de medio ambiente que se centra en un ecosistema específico, los humedales, y aunque en origen su principal objetivo estaba orientado a la conservación y uso racional con relación a las aves acuáticas, actualmente busca el reconocimiento de la importancia de estos ecosistemas como fundamentales en la conservación global y el uso sostenible de la biodiversidad.

Que las aves fueran protagonistas de Ramsar no es casualidad, pues debido a sus migraciones, conectan países y continentes y son un gran indicador de la calidad ambiental. Países avanzados como los del norte de Europa, empezaron a mostrar preocupación por lo que le ocurría a sus preciadas especies de aves cuando iban a invernar al sur. Esto generó en los años 50 y 50 un movimiento impulsado por estados pioneros en la preocupación por la naturaleza por extender la protección de sus aves más allá de sus fronteras, tratando de mantener en buen estado los lugares donde invernaban.

Servicios ecosistémicos

Con las aves como avanzadilla, el mundo pronto empezó a entender la importancia de los humedales. Durante siglos tenidos como lugares insalubres -no sin razón, pues eran fuente de enfermedades como la malaria transmitida por mosquitos que medran en el medio acuático- se trató durante años de desecarlos, ganando terreno para la agricultura y reduciendo el posible efecto que pudieran tener en la salud humana.

Pero el mundo del siglo XXI no es el de hace cientos de años. Y ahora hemos descubierto la función imprescindible que los humedales prestan.

Los humedales ofrecen invaluables servicios ecosistémicos y tienen importantes funciones (regulación de la fase continental del ciclo hidrológico, recarga de acuíferos, estabilización del clima local), valores (recursos biológicos, pesquerías, suministro de agua) y atributos (refugio de diversidad biológica, patrimonio cultural, usos tradicionales).

«El Convenio Ramsar anticipaba un enfoque holístico de la conservación de la naturaleza que ya es ‘main stream’ en nuestra época: la suma de interés natural y humano en la conservación del ambiente»

paisaje cercano a la ciudad de Ramsar en Irán, donde las montañas cercanas al mar acumulan niebla y lluvias y ofrecen un ambiente humedo extraño en Oriente Medio. | FOTO: Ali Mohajeri
paisaje cercano a la ciudad de Ramsar en Irán, donde las montañas cercanas al mar acumulan niebla y lluvias y ofrecen un ambiente humedo extraño en Oriente Medio. | FOTO: Ali Mohajeri

 

Qué es un humedal

Son áreas que están saturadas o inundadas de agua de forma permanente o estacional. Incluyen puntos continentales como charcas, lagunas, lagos, ríos, áreas pantanosas y marismas y también enclaves costeros, si hablamos de marismas de agua salada, estuarios, manglares o albuferas. Los embalses, arrozales y salinas se consideran humedales artificiales. Alrededor del 40% de las especies vegetales y animales del planeta viven o se reproducen en zonas húmedas y unos 1.000 millones de personas en todo el mundo dependen de ellos para su sustento diario.

Día Mundial de los Humedales

Cada año el 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales (DMH) para conmemorar la fecha de la firma del Convenio de Ramsar, relativo a la conservación de estos ecosistemas, en la ciudad iraní de dicho nombre el 2 de febrero de 1971. El objetivo de esta efeméride es visibilizar y crear conciencia acerca del valor de los terrenos húmedos para la humanidad y el planeta. Con este fin, cada año se selecciona un lema que ayuda a centrar la atención en alguno de sus valores y funciones esenciales.

La cuenta oficial de Twitter de las Naciones Unidas recordaba esta semana cómo el agua y los humedales están «inseparablemente conectados» y también son «vitales para la vida humana y la salud de nuestro planeta». El tuit recordaba que los humanos siguen «usando más agua dulce de la que la naturaleza puede reponer», lo que deja «consecuencias devastadoras para los humedales».

La importancia de los humedales cobra más valor si tenemos en cuenta, señala la Secretaría de Ramsar, que «estamos viviendo una creciente crisis del agua dulce que amenaza a las personas y al planeta». Se está utilizando más agua de la que se puede reponer, destruyendo el ecosistema del que más dependen el agua y la vida en general: los humedales.

El agua y los humedales están unidos en una convivencia inseparable que es vital para la vida, nuestro bienestar y la salud de nuestro planeta. La campaña 2021 destaca la contribución de los humedales a la cantidad y calidad del agua dulce en nuestro planeta.

Algunos datos

Nuestro consumo de agua hace que quede menos agua para la naturaleza. La pérdida y contaminación de los humedales han intensificado una crisis del agua que amenaza la vida en
general, afirma la campaña del Convenio Ramsar de 2021. Algunos datos ayudan a entenderlo:

  • Se ha perdido casi el 90 % de los humedales desde 1700, y los que quedan están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques
  • El 25 % de todas las especies que habitan en los humedales y una de cada tres especies de agua dulce están amenazadas de extinción. Esto incluye a las aves acuáticas, los mamíferos dependientes del agua dulce, las tortugas marinas y las especies que construyen arrecifes de coral
  • El cambio climático está reduciendo las aguas superficiales y subterráneas en regiones ya áridas
  • Desde 1970 ha disminuido el 81% de las especies de los humedales continentales y el 36 % de las especies de los humedales costeros y marinos
Cartel del Día Mundial de los Humedales de 2021.
Cartel del Día Mundial de los Humedales de 2021.

«España se marca como objetivo alcanzar la recuperación de 20.000 hectáreas de humedales en 2030»

España restaurará humedales

Esta misma semana, y con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales y los 50 años de la firma del Convenio Ramsar, la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, presentaba la apuesta del Gobierno para impulsar la recuperación de las zonas húmedas. España se marca como objetivo alcanzar la recuperación de 20.000 hectáreas de humedales en 2030, que complementarán las 18.000 ya restauradas en las últimas décadas.

En 25 años, desde que España se adhirió al Convenio Ramsar, se han recuperado al menos 18.000 hectáreas de humedal y se han obtenido importantes logros en su conservación, pero quedan grandes retos y nuevos desafíos para revertir su pérdida y degradación, afirmaba la ministra.

Ante esta situación, la también vicepresidenta cuarta del Ejecutivo destacaba la firme voluntad del Gobierno español de emprender acciones decididas en el campo de la regeneración de humedales. “No sólo se trata de conservar adecuadamente los humedales, sino de seguir emprendiendo la restauración progresiva de todos aquellos que puedan recuperar la estructura y funciones perdidas por la acción humana”, explicaba.

Con este propósito, se persigue el objetivo de alcanzar la recuperación de otras 20.000 hectáreas de humedal, así como la restauración parcial de tres de los mayores humedales españoles perdidos en el pasado: Laguna de la Janda (Cádiz), Laguna de Antela (Orense) y Mar de Campos (Palencia). Como explicábamos recientemente en nuestro diario, hay ejemplos notables de áreas restauradas en los últimos años que han traído beneficios a los territorios donde se insertan y han devuelto la vida y el agua a antiguas zonas desecadas.

Recuperar las orillas de los ríos

Coincidiendo con esta preocupación por los humedales, la Agencia Europea de Medio Ambiente (EMA), el observatorio oficial del medio ambiente en la UE, presentaba a finales de 2020 un informe que recomienda restaurar también las llanuras aluviales como medida de adaptación al cambio climático y de prevención de riesgos.

El informe asegura que las llanuras de inundación tienen un papel clave en la mejora de la mitigación y adaptación al cambio climático, la biodiversidad y el agua.

“Un enfoque basado en los ecosistemas para el manejo de las llanuras de inundación ayudaría a conservar y restaurar la biodiversidad y reducir la contaminación química y de nutrientes en ríos, lagos y humedales, además de aumentar la retención de agua”, asegura el informe, cuyo texto completo puede consultarse aquí (Llanuras de inundación: un sistema natural para preservar y restaurar).

España y el Convenio Ramsar

La adhesión de España al Convenio de Ramsar en 1982 “marcó un punto de inflexión en la protección de los humedales en nuestro país”, aseguraba la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, esta semana.

Con 75 espacios que ocupan más de más de 300.000 hectáreas, España es el tercer país con más humedales incluidos en el Convenio de Ramsar, que este año celebra su 50º aniversario, solo por detrás de Reino Unido y México, lo que demuestra el fuerte compromiso de nuestro país con las tareas de conservación de estos ecosistemas y su restauración, señala el Ministerio.



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