La resiliencia hídrica, un camino cimentado en la innovación y alianzas

La resiliencia hídrica, un camino cimentado en la innovación y alianzas

Ante los futuros escenarios climáticos, los expertos recomiendan ser flexibles con la gestión del agua para alcanzar la resiliencia hídrica. La innovación, la inversión y la gobernanza adecuada serán clave para hacer frente a este desafío, siendo las aguas regeneradas uno de los gigantes dormidos con los que empezar a trabajar


Clima y agua son dos elementos de una misma balanza que se está alterando por los estragos del cambio climático. Los expertos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) ya han anunciado cambios en el ciclo hidrológico y un aumento de los fenómenos extremos relacionados con el agua que han llevado a más personas a sufrir estrés hídrico.

En la actualidad, 2.200 millones de personas en todo el mundo todavía carecen de agua potable gestionada de forma segura, incluidos 785 millones sin agua potable básica, una cifra que promete aumentar hasta las 5.000 millones para el 2050, según la Organización Metrológica Mundial (OMM).

“En los últimos 20 años, los depósitos de agua continental —la suma de toda el agua que se encuentra sobre la superficie terrestre y debajo de esta, con inclusión de la humedad del suelo, la nieve y el hielo— se han reducido a un ritmo de un centímetro por año”, señala la OMM.

Para un panel de expertos, compuesto por Xavier Bernat, director de Transición Ecológica y Justa de Aigües de Barcelona; Xavier Amores, director del Catalan Water Partnership; Antoni Ventura, mánager de Aigües de Manresa; y Sandra Casas, responsable de la Línea de Agua en la Unidad de Agua, Aire y Suelo del Eurecat, la solución para este inmediato futuro radica en la “gestión eficiente de los recursos hídricos”.

Xavier Bernat, director de transición ecológica y justa de Aigües de Barcelona, durante la ponencia

En este sentido, Xavier Bernat recordó durante su participación en la Barcelona New Economy Week que el agua es un elemento de vida para las personas y para los ecosistemas, lo que convierte la gestión del líquido elemento en una “máxima responsabilidad” que se debe llevar a cabo de forma integral y en paralelo con los nuevos escenarios que está imponiendo la crisis climática.

“La resiliencia hídrica es la capacidad que necesitamos desplegar con máxima urgencia para adaptarnos a esta nueva situación de tensión hídrica con normalidad, estructura, continuidad y de manera sostenible. No debemos solventar un problema puntual, sino transformar el modelo de la gestión de los recursos hídricos para garantizar la mayor disponibilidad de agua presente y futuro”, apeló.

Xavier Amores, por su parte, destacó que alcanzar esa resiliencia no será una tarea sencilla, sino todo lo contrario, sobre todo por la “incapacidad de mirar a largo plazo y la inflexibilidad de modificar la capacidad de ofrecer los recursos esenciales como el agua”. Por ejemplo, sacó a relucir el caso de España como uno de los países que mayor proporción de agua reciclan al año, a pesar de tratarse de una alternativa que “no está recibiendo el apoyo que merece”.

Bernat añadió que el agua regenerada lleva dando muestras de potencial desde hace décadas en territorios donde el agua se ha convertido en un bien más valioso si cabe, como en California o Singapur. En España, afirmó, esas mismas tecnologías llevan presentes casi el mismo tiempo, pero a diferencia de en esas regiones, no se le ha dado la salida que se le debería dar:

Solo se reutiliza el 12% de toda el agua que se podía regenerar. Es un número muy bajo si tenemos en cuenta el déficit hídrico español. Hay que hacer un llamamiento por utilizar la infraestructura que está implantada, insistir en invertir en una depuración completa y de calidad para poder cerrar el círculo del agua y alcanzar esa resiliencia de la que hablábamos”, subrayó.

Para él, los fondos europeos diseñados para la reconstrucción verde y digitalización serán más que necesarios en este proceso que pretende sacar el máximo partido a la infraestructura de regeneración española. Asimismo, aclaró que las alianzas entre actores involucrados serán la clave para construir un sistema de seguridad hídrica estable presente con una proyección también hacia el futuro en un contexto de recuperación verde tras la pandemia.

“Ya no solo hablamos de gestores del agua, sino de sociedad. A ella también hay que hacerla partícipe de este proceso para que valoricen de verdad este recurso y puedan caminar de la mano junto al proceso de transformación tecnológica en el sector del agua. Hay que visibilizar el trabajo que implica el que todo el mundo pueda disponer de agua en cualquier parte del país y en todo momento. Hay un trabajo pendiente”, indicó.

Como conclusión, hizo un llamamiento a la solidaridad y al trabajo conjunto para seguir trabajando y pasar a la acción. Solo así “se podrá transformar una de nuestras mayores desventajas, como es el estrés hídrico, en una potencial herramienta de la que salir beneficiados. El agua regenerada debe ser la punta de lanza de esos esfuerzos”, insistió.



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